Capítulo 16

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Hyuna dejó de mirar sus uñas y observó a los dos perros junto a Jungkook acercarse a ella.

—¿No se supone que nos iríamos juntos? —le reclamo al vampiro una vez estuvo frente a ella.

—Uhm, creo que la poca, por no decir nada, de estimación que te tengo estaba más que comprobada como para que actúes como si fuéramos amigos—se burló—. Tú quedaste en eso, no yo.

—Si bueno —responde desinteresada, observando a Taehyung—. Perro menor, lleva mis maletas a la habitación de mi prometido.

Namjoon y Taehyung gruñeron disconformes, el primero enojado y el segundo indignado.

—No le hables así —ordenó el alfa.

—Tú no me hables así —ordenó la mujer dándole una mirada desdeñosa—. Después de todo no son más que eso, perros.

—Hyuna, ésta no es tu casa —le recordó Jungkook, haciendo puños sus manos—. Además, que Yoongi te haya dejado entrar para aclarar ese malentendido tuyo acerca de ser parejas, no significa que tienes permitido quedarte —sonrió con burla.

—Quiero hablar con Yoongi —anuncio intentando ir más allá de esos tres, hacia la escalera.

El cuerpo de Namjoon rápidamente se le cruzó frente a la escalera, negándole el paso mientras se cruzaba de brazos sobre su pecho en una postura intimidante que aprovechaba al máximo su altura y cuerpo.

—No tienes permiso para ir más allá de este lugar —anunció con tranquilidad, ignorando la mirada llena de rencor de la vampiresa.

—Escúchame perro faldero, yo-...

—Taehyung, Jungkook —llamó Yoongi interrumpiendo, los nombrados alzaron su cabeza observándolo en el tercer piso—. Suban.

—¡Yoongi! ¡Amor! —grito Hyuna intentando seguir a los dos chicos, pero viéndose otra vez detenida por el alfa.

Ignorando la discusión que la pelinegra comenzaba con Namjoon, Yoongi observó a los dos contrarios ya a su lado.

—Vayan a mi habitación y ayuden a Hoseok —ordenó en un susurro, en segundos ellos ya habían vuelto a desaparecer para cumplir la orden.

Yoongi bajo las escaleras con tranquilidad hasta llegar al lado de Namjoon, observó a Hyuna, una mujer vampiro que conocía hace varios años, desde el tiempo que aún estaba en aquella casa y trabajaba obedeciendo en todo a los Min.

Era una mujer ambiciosa e hipócrita al igual que todos los de esa casa.

—¿Necesitas algo? —preguntó con frialdad.

—¿No puedo venir a saludar a un viejo amigo y futuro marido? —exclamó llevando su mano con varios anillos hacia su pecho, estirando su labio inferior en un puchero.

—Primer error, no soy tu amigo. Segundo, no soy tu puñetero prometido ni ahora, ni nunca. Tercer error, por qué jodida mierda tienes tu basura contigo —preguntó señalando las maletas.

Hyuna resoplo, recargó todo su peso en una pierna y cruzó sus brazos bajo su pecho.

—Mira, intenté llevar esto por la buena pero ni modo —ladea su cabeza y sonríe—. El señor Min quieres que dejes tu comportamiento infantil e indigno y vuelvas a casa. Además, estamos comprometidos porque así lo quiso el señor Min y mi padre, no hay nada que puedas hacer.

—Namjoon, pon devuelta su mierda en su vehículo —ordenó señalando el equipaje, ignorando totalmente su palabrería.

Namjoon rompió en risas ante el rostro rojo en furia de la mujer ante el trato despreciativo de Yoongi, con gusto tomo sin cuidado alguno las maletas y desapareció tras la puerta.

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