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—No puedo cambiar —se quejó Taehyung abriendo sus ojos.
—Eso es algo bueno —señalo Jin sentado en el suelo al igual que Jimin.
—¿Por qué es algo bueno? No puedo cambiar —refunfuña.
—Significa que tu lado elfo es más predominante que tu lado lobo, lo cual nos dice...
—Que puedes llamar a las hadas —chillo Jimin emocionado, aplaudiendo felizmente.
Quería ver a aquellas pequeñas criaturas brillantes con alas casi transparentes que conocía solamente por las ilustraciones de los cuentos que Taehyung le mostraba.
—Eso es ge... ¿Cómo era? —pregunto observando a Jin.
—Genial.
—Eso es genial Tae —los ojos del nombrado mostraron que pensaba exactamente igual a su amigo tritón.
—Entonces, ¿qué tengo que hacer para que ellas aparezcan? —pregunto con el mismo entusiasmo con el que empezó.
—Cierra tus ojos —el castaño obedeció inmediatamente—. Intenta relajarte, escuchar y sentir lo que ocurre a tu alrededor.
Lentamente, Jimin percibió como algo en su amigo fue cambiando. Era como si algo que estuvo dentro de él todo ese tiempo comenzara a brotar o florecer.
Emocionado observó al omega a su lado. Jin le sonrió y colocó un dedo sobre sus labios pidiendo silencio. El muchachito acuático asintió con su cabeza y volvió a contemplar a su amigo.
Taehyung pudo sentir, había algo, podía percibir pequeñas presencias juguetonas en el bosque, reunidas alrededor del arroyo oculto en el bosque.
Pero cuando creyó que pudo haber hecho contactos con ellas, algo desequilibró su concentración.
—Hay noticias.
—Oh, hola Chanyeol —saludo Jimin sonriente—. Se supone que no debes de estar aquí ¿no? —le recordó sin perder su sonrisa, no quería a su vampiro enojado.
—¡Chanyeol! ¡lo perdí por tu culpa! —se quejó Taehyung abriendo sus ojos.
El nombrado le observó confundido antes de mirar al tritón y luego a Jin.
—Woozi está aquí —le informó.
Cuando el alfa no estaba presente, el segundo que tenía más poder sobre la manada era la pareja de este, por eso se lo estaba informando a Jin.
—¿Quién? —preguntó confundido.
—El que me lastimó —le recordó Jimin.
—Es a quien el señor Min quiere matar —añadió Taehyung.
—Okey, yo le diré —asintió Jin—. Tu vuelve con los demás a vigilarlo, no sería bueno que se volviera a escapar.
—Gracias y es un gusto finalmente conocerte —le sonrió antes de desaparecer tan rápidamente como apareció.
—Hice bien, ¿no? —pregunto Jin a sus dos amigos, no muy seguro de haber actuado bien en lo que parecía haber tratado con el primer problema en el que los de su manada confiaban en él.
Su manda... Yo no estaba solo.
—Sí, hiciste bien. Si hubiésemos llamado al señor Yoongi aquí, él se habría enojado porque Chanyeol rompió la regla de no acercarse a Jimin, así que le ahorraste un castigo —explicó Tae.
—Bueno... ¿Quién me acompaña a decirle? —preguntó con una sonrisa nerviosa.
Las pocas veces que se había encontrado con el vampiro, su pareja estaba a su lado acompañándolo y no cruzaron más de tres palabras y una mirada.
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Algo más...
Hayran KurguUna subasta. Lo compró perdido en su belleza, pensando lo bien que quedaría junto a sus otros objetos pero... ¿Por qué se siente diferente? Yoonmin.