Jungkook frunció el ceño cuando el lobito paso por su lado ignorándolo totalmente. Muy disgustado con ello decidió ignorarlo también y seguir adelante.
Retrocedió los cuatro pasos que avanzó y comenzó a perseguir a Taehyung decidido a decirle unas cuantas palabras mejor. Le siguió a prudente distancia hasta que dio en su escondite, su habitación en el primer piso.
Parado frente a la puerta, la observó sin saber qué hacer. Lo que estaba haciendo era realmente estúpido si lo pensaba.
¿Lo había perseguido solo porque le ignoró? ¿Qué estupidez era esa?
—¿Qué estoy haciendo? —se preguntó en un susurro, sacudiendo su cabeza. Dio media vuelta dispuesto a irse pero algo le detuvo, un sollozo.
Sin esperar invitación alguna, Jungkook entró y cerró la puerta detrás de él. Buscó con la mirada por toda la habitación hasta encontrar a Taehyung en una esquina del cuarto, sentado en el suelo tenía sus piernas abrazadas y su rostro culto en ellas, su espalda subía y bajaba erráticamente por sus sollozos sofocados.
Un odio sorprendente se encendió en su interior por aquél que provocó aquellas lágrimas, luego una manta de preocupación lo cubrió superándolo.
Rápidamente cruzó la habitación y se sentó frente a él, aprovechó el que Taehyung se enderezaba asustado por ser descubierto y entonces abrió sus piernas y lo tiró más cerca de él, dejando que aquellas piernas rodearan su cadera obligó a que el lobito apoyara su cabeza entre su cuello.
Sabía que aquello era un gesto tranquilizante entre los cambiaformas lobos, aunque era un truco que se usaba generalmente más en los cachorros, esperaba que funcionara en el castaño.
Taehyung no evitó aquel abrazo, aunque estaba sorprendido por el sujeto del que provenía, tenía que admitir que era muy cómodo y reconfortante.
Pero el vampiro no dijo nada, y en el silencio Taehyung lloró hasta que las lágrimas simplemente se negaron a salir más, o tal vez se quedó sin ellas de tanto que lo hizo.
En todo momento el vampiro lo estuvo abrazando y de vez en cuando, acariciando su espalda en una sutil forma de consolación torpe.
—¿Me dirás a quién tengo que matar? —preguntó tranquilamente Jungkook una vez que no quedaron más que pequeños hipidos y espasmos en el cuerpo entre sus brazos.
—N-no hay nadie a quién matar —respondió con voz apagada, sorbiendo su nariz. Acurrucándose más en el contrario, escondiéndose en el cuello del peligris.
—Alguien provocó tus lágrimas, alguien tiene que sufrir —gruño suave. Tenía tantas ganas de matar al idiota que hizo llorar al chico entre sus brazos.
Taehyung deseaba preguntar por qué estaba actuando así, pero no quería arruinar el momento, provocando que el vampiro dejara de abrazarlo y oírse tan preocupado por él, por lo que no preguntó al respecto.
—Solo descubrí algo —susurro soltando un suspiro.
Sabía que no debía de haber escuchado la conversación de su tío y quién resultó ser su pareja, pero no pudo evitarlo una vez que pronunciaron su nombre.
Namjoon había estado tan distraído contándole al hombre rubio que no se había dado ni cuenta de su presencia al otro lado de la puerta como siempre.
Estaba feliz porque su tío había encontrado a su pareja, pero averiguar al mismo tiempo que no era quién creyó ser todos esos años, fue un golpe duro.
Por sus padres... No había mucho que sentir al respecto si realmente nunca los conoció. Sí, era triste pero no era una emoción tan fuerte como descubrir que era un híbrido.
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Algo más...
FanficUna subasta. Lo compró perdido en su belleza, pensando lo bien que quedaría junto a sus otros objetos pero... ¿Por qué se siente diferente? Yoonmin.