🍃 10- Ley Natural🍃

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Jinyoung había escuchado atento todo lo que había salido de mi boca. Cada palabra, cada suspiro, cada bocanada de humo que expulsaba del cigarro. Y yo...yo no podía más que desear que las maquinas del tiempo existiesen.

Cuando acabé de contar hasta donde era conveniente saber me levanté y me fui a mi casa con el castaño pisándome los talones.

- ¿Pero qué pasó después?- preguntó viendo como apagaba la colilla en el cenicero de la cocina y tiraba la lata de refresco.- No puedes soltarme semejante bomba y después dejarme con la miel en los labios, no es justo- en ese momento no sabía si derretirme, reírme o comerle la cara a besos. Estaba haciendo un berrinche digno de mi hermanastro, de esos en los que hasta que no tuviese lo que quería no paraba. Dios...que me estaba pasando, no me reconocía. Yo queriendo comerle la cara a besos a alguien. ¡Yo!

- No puedo seguir, tengo que irme a trabajar- y tengo miedo de que si termino quieras alejarte- ya seguimos otro día-

- Esta noche- interrumpió él- iré a recogerte a la cafetería donde trabajas y seguiremos- dijo dejando atados todos los cabos que yo había dejado sueltos.

- De todos modos te toca a ti contarme algo- dije alzando los hombros, quizás podría librarme.

- Esta bien- dijo resignado- pero luego seguirás tu-

- Claro, cuando llegue a la cafetería te mando la ubicación- dije cogiendo la chaqueta y algunas cosas más que debía llevar a la cafetería. Él asintió.

Me fui dejándolo en el patio de nuevo, pensando, mirando hacia un punto del cielo. Parecía que estaba reuniendo el valor de hacer algo.

Durante el camino pensaba en como continuaría la historia.

Al principio este trato había empezado como un método para intentar quitarme el peso que cargaba encima desde hace mucho tiempo. Había muchos métodos que no había probado con mi psicóloga, ella no me caía bien ¿Quién me dice a mi que este no me serviría?

Después le siguió la curiosidad. Había empezado a desarrollar una extraña curiosidad por Jinyoung, por su pasado. ¿Cómo alguien con un pasado horrible había aprendido a ser feliz? Yo quería saber esa manera y si podía encontrarla contándole mis secretos a un desconocido...lo haría.

Conocía a Jisoo y Youngk desde los ocho años, ellos fueron los únicos niños que se acercaron a mi sin importarles nada. Ellos me consolaban cuando lloraba, me abrazaban cuando me sentía sola, me animaban cuando estaba mal, me protegían de mi misma cuando no podía más. Ellos eran un pilar imprescindible para mi. Al igual que Yoongi con los años.

Ahora lo que sentía por Jinyoung era algo extraño, era un sentimiento al que no sabía dar nombre. Sentía que todo lo que tenía que ver con él era importante para mi, algo que no podía pasar por alto. ¿Todo eso en una semana? Pues si, no sabía muy bien como pero con él daba igual que no lo conociese de nada, podía confiar en él. Quería que alguien me dijese que es lo que me estaba pasando, que era esto que revoloteaba en mi estómago cuando Jinyoung me rozaba una sola célula.

Porque por mas que lo pensase esto no era amor. No podía serlo. Me negaba. Yo no sabía que era amar a una persona.

A mi madre le había querido, pero eso era amor sin sentido. Porque es mi madre y la tengo que querer, no porque yo quisiera. A mi padre lo había querido...pero con lástima, compadeciéndome de él, porque estaba enfermo, que pena que después se estropease todo. A mis amigos los quería pero eso no era amor de pareja, ellos eran mis pilares pero no mi pareja de vida. Mi exnovio, lo quise pero como al que quiere a un cachorrito. Él no sabía esperar y yo no confiaba del todo en él, él me pedía más de lo que yo podía ofrecerle en ese momento y yo no sabía ceder. Él no me quería...y yo me engañaba con que si. Por eso me puso los cuernos, por eso me dejó, porque yo no podía darle mas que dos besos cortos en los labios.

Mi estúpido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora