🍃17-¿En serio?🍃

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Me despierto con el sonido estridente y repetitivo de la alarma del móvil. La cabeza me iba a explotar, me dolía todo y sentía el cuerpo entumecido del frío, vamos, un pedazo de despertar. Me siento en la cama y me estiro un poco a ver si con eso se me quita un poco del dolor. ¿Qué hice anoche? Esa es la primera pregunta que me viene a la cabeza, la cual no para de bombear como si me fuese a explotar de un momento a otro.

Recapitulemos:

1- Llegué a casa después de ir a la compra.

2- Me encerré en mi cuarto indignada como una adolescente.

3- Cogí la botella de wiskhy que tenía guardada y .supongo que el resto se deduce solo.

Solo espero y rezo a los dioses por no haber hecho ninguna tontería, que me conozco, y cuando bebo demasiado me da por hacer cosas que en mis cabales me horrorizarían. Miro alrededor de la habitación y lo veo todo tal y como lo recordaba la última vez, supongo que no he hecho ninguna locura.

Me levanté y vi la maleta, el recuerdo de que hoy me iba de "retiro" como lo había apodado mi madre.

Cogí las cosas y me fui a la cocina, el cuarto de Jisoo seguía cerrado por lo que supongo, a parte de por la hora, que no se había levantado. Me preparé un café, para empezar algo más despierta el día, y lo acompañé de una pastilla para el dolor de cabeza y el malestar del cuerpo. Jisoo la llamaba la pastilla milagrosa.

Miré el móvil que parpadeaba en señal de que había algunas notificaciones esperándome. Lo de siempre, publicidad de algunas apps de compra por internet, algunos mensajes de texto de mi madre y un correo de mi profesora de literatura. ¿Qué hacia esta mujer escribiéndome un sábado por la mañana?

Obviamente me metí a ver que quería y juro que el corazón se salto algunos latidos del susto.

Buenos días Suni-shi, he recibido correctamente el documento, lo he leído y me he quedado bastante impresionada. Me parece que es lo mejor que he leído hasta el momento. No tengo dudas de que serás la mejor de la clase o por lo menos estarás en el podio. De momento te aseguro que la nota es muy alta, de hecho la mejor que llevo. Siento no haberte pedido permiso pero he decidido colgar el relato en la página de la universidad, si me lo permites...me gustaría dejarlo allí, te subiré la nota por ello. Que tengas un buen fin de semana.

Las manos me temblaban. ¿Qué había hecho? ¿Qué relato? ¿Lo hice borracha? JODER. Y si, en letras mayúsculas porque era una putada muy gorda. Decidí no llevar el santo al cielo, quizá lo que había enviado no era malo, no ponía en entredicho nada personal o sencillamente lo había hecho con cabeza, aunque no me acordase.

Me metí en los correos enviados y miré el último.

A las tres y treinta y cinco de la mañana. Esto apestaba a malas decisiones a kilómetros.

M metí con manos temblorosas en el archivo y suspiré.

Érase una vez, hace muchos años, en una tierra muy muy lejana, un pequeño castillo abandonado.

Este castillo había sido el más feliz y concurrido de todo el reino. Siempre lleno de la buena gente del pueblo y de un príncipe bondadoso con un corazón de oro.
Este príncipe había conocido a una joven princesa de la que quedó incondicionalmente enamorado. Juntos crearon un bello jardín lleno de flores hermosas, tantas como personas podría haber en el mundo.

Pero había una flor en concreto que les había dejado sorprendidos. Se trataba de un rosal negro, los reyes le habían cogido un gran cariño debido a su hermosa apariencia. Una flor tan poco usual y con tan gran poder. Era especial, única e irrepetible.

Mi estúpido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora