YoungK se fue un poco antes de la hora de comer con la cosa de que tenia que recoger a la dichosa de su novia de su casa, irían a una preciosa e idílica cita en la que ella parecería un angelito y él estaría contentísimo. La verdad es que ella no era un ángel y Youngk no era feliz con ella, no hacía falta que me dijese nada, yo lo sabía, lo conocía demasiado como para no saberlo.
Estuvimos toda la mañana charlando y riendo de cosas sin importancia, me contó que su madre había conseguido un ascenso en el trabajo y que a su padre lo habían hecho fijo en la estación de policía del rio Han. Youngk había pasado por tantas casas de acogida como recetas de cocina sabe, todo hasta que tres años antes de su mayoría de edad encontró a esta maravillosa familia, tenía una hermana pequeña que quería como si fuese su única forma de respirar. Él había conseguido ser feliz, sin embargo...¿Qué pasaba conmigo?
Yo había sido feliz, hace mucho, cuando no sabia ni sumar 2+2, con el tiempo descubrí que la felicidad no era más que un privilegio para el que lo conseguía, yo no lo tenía.
A la hora de comer me hice un poco de ramen instantáneo, vuelvo a recalcar que soy un poco nula en la cocina. Cuando terminé, después de fregar un poco los trastos que había en la cocina, fui a mi habitación con la pregunta típica de: ¿Qué me pongo?
No tenía lo que se dice un armario muy extenso pero si que me gustaba ir un poco a la moda. No quería darle muchas vueltas al asunto, no lo merecía, cogí lo primero que mis ojos pudieron ver, esto no era tremendamente importante, no teníamos que sorprender a nadie con nuestra vestimenta.
Cogí un pantalón negro corto, una camiseta blanca lisa y una camisa de cuadros negros, grises y blancos. Me puse mis clásicas Vans blancas y me maquillé un poco sutilmente. Cuando me estaba poniendo un poco de cacao en los labios llamaron a la puerta.
- ¿Estas lista?- dijo Jinyoung entrando al salón sin esperar ninguna respuesta de mi parte.
- Hola Jinyoung, buenas tardes, claro pasa sin problema- dije de manera irónica como si siguiese en la puerta.
- Perdón- dijo con una sonrisa tímida- ¿estas lista?- volvió a preguntar.
- Para tu sorpresa, si, cojo mi mochila y nos vamos- dije yendo a mi cuarto a por lo dicho.
Yo no era de las típicas que llevaban un bolso, si podía coger mi mochila negra pequeña era feliz. Me daba mucho coraje el tener que estar colocando bien constantemente en el hombro la tira del bolso.
Cogí todo lo necesario y salimos al rellano.
- ¿A dónde te apetece ir?- preguntó mientras yo echaba el seguro a la puerta.
- Conozco una cafetería bastante buena a unos 15 minutos- dije acordándome de una cafetería a la que Youngk y yo habíamos ido un par de veces.
- Pues vamos en coche y tardamos menos- dijo con una sonrisa tierna en los labios mientras yo asentía ante su propuesta.
Bajamos hasta el garaje y tras un sonidito y un parpadeo de luces nos montamos en el precioso Opel corsa negro que poseía Jinyoung.
Nos mantuvimos en silencio unos intensos 5 minutos en los que por primera vez me limité a apreciar a Jinyoung en su manera mas natural, es decir, sin que ninguno de los dos tuviese esa fachada de tipo duro que nos caracterizaba como si fuese un caparazón que nos protegiese de todo el medio externo.
Jinyoung era bastante atractivo, de esas personas que por mucho que mires nunca te cansas de hacerlo porque descubres cosas nuevas, cosas que antes pasaban desapercibidas ahora eran cosas que veía mas que las demás otras, no sabría decir qué pero tenia ese no se qué que qué se yo que no me dejaba apartar la vista mientras conducía.
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Mi estúpido vecino
FanficEn la vida de Park Suni no había sido todo color de rosa. Tenía un pasado que ocultar, unas pesadillas que combatir y ahora un nuevo vecino que afrontar. - Quiero saber más de ti- - Deberías tenerme miedo, no curiosidad- - No puedo temer a una ch...