Los Chicos Del 39B [Maylor / Deacury]

Chapter nine

Al amanecer los chicos se alistaron para ir al colegio.

No sin antes Freddie diciéndole a John todo el tiempo que él tuvo razón y el castaño no pudo negarlo con un leve sonrojo en sus mejillas.

Brian y Roger solo observaban la escena riendo y con un gatito cada uno en sus brazos.
Definitivamente los tres chicos se enamoraron de los pequeños gatitos del pelinegro.

Ahora los cuatro jóvenes se dirigían para el colegio a su primera clase de Geografía con el profesor Lee.

Al llegar a la institución Brian pidió a los demás chicos que se adelantaran, ya que él necesitaba ir a la cafetería a comprar algo para desayunar.

Sin embargo, éste al llegar a su destino observó algo que hizo que se escondiera antes de poder pedir su comida.

-"Acaso la bibliotecaria está coqueteando con... ¿EL PROFESOR DE MATEMÁTICAS?"- Pensó el rizado

No había nadie en la cafetería, solo ellos dos. Se le veían muy cariñosos y tiernos, hablando de temas al azar mientras bebían un café.

El rizado se devolvió a su clase corriendo, pues no quería incomodar a la pareja y quería contarle a los chicos lo que vio. -Freddie, definitivamente amará esto.- Pensó.

Al llegar a su clase se sentó atrás con sus amigos.

-¡Pss! Freddie, necesito contarte algo.

-¿Que pasó querido?

El rizado iba a empezar narrar los hechos sin embargo éste notó que el profesor Lee se veía algo frustrado por que interrumpían mucho la clase -No, mejor te cuento luego.

-Agh, no hagas eso. Me dejas con la curiosidad. Dime ya.

-No, luego te digo.

-¡Harold, me cuentas ya!- Gritó Bulsara muy histérico haciendo que toda la clase quedara en silencio.

-May, Bulsara. Por favor, presten atención y dejen de hablar.- Exclamó el profesor observando al par.

-Lo siento profesor Lee.- Expresó el rizado.

El pelinegro solo rodó los ojos.

La clase transcurrió con normalidad y al concluir, seguiría la clase de biología.

-Por fin es viernes y es la última clase de hoy.- Exclamó Roger alzando los brazos mientras se dirigían al salón.

-Si, rubia. Y tal vez podríamos hacer otra pijamada cuando salgamos hoy.

-Suena excelente Fred.

-Pero ésta vez será en mi casa queridos.

-Freddie...- Llamó el menor del grupo

-Y habrá de todo para comer- Continuó el pelinegro.

-Freddie...

-Y haremos de todo- Volvió a exclamar el pelinegro.

-¡Freddie!

-¡¿Qué mi cielo?! ¡¿Qué pasó?!- Exclamó sin una pizca de paciencia.

-Es que, creo que olvidamos algo...

El pelinegro soltó un suspiro cansado para empezar a hablar mientras acariciaba el cabello del castaño. -Deacy, cielo. ¿Qué pudimos haber olvidado?