Los Chicos Del 39B [Maylor / Deacury]

Chapter twenty two

"Mamá, papá. Ella es mi novia, Rogerina."

Es lo único que el señor y la señora May son capaces de escuchar. Ya no podían prestar atención a nada, ni tampoco tenían la capacidad de responder algo. Estaban completamente anonadados. Era increíble.

Había una pregunta que no dejaban de hacerse; ¿de verdad finalmente su hijo había entrado en razón?

Al cabo de unos segundos, ambos entraron en sus cinco sentidos nuevamente y, finalmente, lograron hablar:

-¡Oh, hijo, eso es genial!- Exclamó la madre sin quitar ni un segundo la cálida mirada sobre Roger -o más bien- Rogerina.

-Pero no se queden ahí, pasen adelante.- Exclamó el padre haciendo un ademán un tanto ridículo para dar a entender que entren a la residencia.

-¡Oh, muchas gracias!- Contestaron la joven pareja al unísono y con mucha incomodidad.

La pareja entró a la casa del rizado y pasaron a la sala de estar.

Tenemos que ser sinceros con una cosa; este par de chicos son excelentes para fingir todo el nerviosismo y ansiedad que estaban sintiendo en estos momentos. Pues aunque a la vista no se note, ellos sentían que en cualquier momento sus corazones saldrían del pecho o se iban a detener a causa de un infarto. Ambos se encontraban con las manos entrelazadas y de vez en cuando se dedicaban miradas cálidas, que en el fondo -muy en el fondo- se gritaban: "AYÚDAME, QUIERO SALIR DE AQUÍ"
No obstante, ninguno emitía alguna ayuda para el otro. No podían tomar ese riesgo.

Brian no dejaba de sudar frío, Roger podía sentirlo, él también se encontraba muy nervioso, mas sin embargo, él limpiaba su sudor con aquél pañuelo rosa que se encontraba en uno de los pequeños bolsillos del vestido.

Los minutos pasaban y pasaban, cada segundo se hacía un minuto y cada minuto era una hora. Realmente era todo un infierno; hasta que afortunadamente, llegó la hora de cenar.

La señora May preparó una deliciosa cena vegetariana -como siempre tienen la costumbre- y todos degustaron de ella. Afortunadamente, los padres de Brian estaban sumamente encantados, pues "Rogerina" resultó ser una joven sumamente dulce y agradable.

El plan de Brian era que, cuando presentara Roger como su novia a sus padres, éstos quedarían encantados. Luego realizaría un plan para convencer a éstos para que el rubio se quede a vivir con él por un tiempo.

En resumen: sus padres no volverían a molestarlo con sus absurdos discursos y Roger estaría a salvo en casa del rizado.

Lo recalco nuevamente; mató dos pájaros de un tiro.

Y afortunadamente, el plan triunfó.

El rizado les comentó que "la rubia" se encontraba pasando por una situación difícil y quería pedir la autorización de sus padres para que ella pudiese quedarse en la casa por un tiempo.
Como era de esperar, los padres de éste aceptaron gustosamente.

La cena transcurrió con normalidad, y llegó la hora de dormir. Y a pesar de que sus padres no estuvieron muy de acuerdo en este detalle a la hora de aceptar, era ya un hecho, Brian compartiría la habitación con la invitada.

Cuando ya estaban acostados ambos con sus respectivas pijamas -estrellas y carritos- y estaban listos para dormir; el rizado empezó a hablar.

-¿Por qué te golpeó tu papá, Roggie?