Capítulo 5

1.8K 58 6
                                    

Thomas regresaba a  Munich después de jugar un partido en Estados Unidos, se había prometido que hablaría con Karianna para terminar esa relación antes de que ella saliera realmente lastimada.

No era un hombre mujeriego ni nada por el estilo, pero en ese mundo resultaba difícil mantenerse alejado de los rumores y los periodistas, que no tardarían en descubrirlo y publicar notas falsas solamente para vender su amarillismo.

Al llegar, se llevó la gran sorpresa de que al entrar a su departamento ella se encontraba ahí, esperándolo.

Le confesó que necesitaba hablar con él de un asunto serio. Thomas, asustado por lo que le fuera a decir, dejó a un lado su decisión para concentrarse en ayudarla en lo que le estaba pasando. Fuera como fuera, la quería; y si, tal vez pensaba terminar con ella, pero eso no le impedía apoyarla.

Cuando ella habló, sintió como si el tiempo se hubiese detenido a su alrededor, no podía creer lo que acababa de escuchar.

Los ojos de Thomas estaban cargados de remordimiento. 

Se sentía culpable de lo que estuvo haciendo los últimos 6 meses.

Pero era increíble como esa pequeña chica le había movido tantas cosas con tan solo mirarla la primera vez, fueron tantas las emociones de aquél entonces que no pudo contenerse cuando la tuvo en su departamento y la besó con tanta pasión que le hizo el amor hasta el amanecer.

Estaba embarazada, esperaba un hijo suyo. De inmediato sus planes de separación se esfumaron y todo fue como si le hubieran dicho que acababa de ganar el mundial nuevamente.

Estaban juntos y eso debía seguir así, iba a formar una familia con la mujer que quería.

Thomas la miró, la tenía entre sus brazos, y si en sus manos estuviera, pediría pasar el resto de la vida de esa manera junto a ella.

—Kari —Dijo.

—¿Sí?

—¿Te quieres casar conmigo?

Karianna se incorporó en el sofá donde estaban y lo observó con detención.

—Thomas, no es necesario que lo hagas —Guardó una pausa—. Tengo mucho miedo de lo que vaya a pasar con mis papas y yo solo quiero que tú estés conmigo cuando hable con ellos. No te estoy pidiendo eso, yo no quiero que pienses que soy una interesada o que solamente estaba contigo por ser quien eres... —Thomas la interrumpió.

—Kari, mi amor —La tomó de las manos—. Te lo estoy proponiendo enserio. Si estamos juntos es porque nos queremos, además, quiero que nuestro hijo nazca dentro de una familia. Soy lo suficientemente hombre para hacerme responsable de mis actos.

Los ojos de Karianna se hicieron agua en el momento que escuchó todo aquello. Podía decir que la quería pero no estaba segura que lo sintiera y mucho menos que la amara con la misma intensidad que lo hacía ella.

—Por más duros que sean tus padres, yo hablaré con ellos. Les diré que nos vamos a casar y que pueden estar seguros de que estas en buenas manos.

—Seguramente no te dejarán hablar —Dijo Karianna desanimada—. Dirán que soy una cualquiera y que en la primera oportunidad que tuve, quise jugar a la adulta estando contigo o que solamente buscabas divertirte conmigo y ahora ya no sabes cómo solucionar esto.

—Kari, no te preocupes, todo saldrá bien.

Y tal como ella lo había dicho, sus padres se enfurecieron al saber que su única hija estaba embarazada de un ‘sin vergüenza’, como ellos lo habían citado.

Viajaron a Lippstadt, la ciudad natal de Karianna, un par de días después. Por principio, sus padres la habían reprendido por ir a verlos en temporada de clases, pero el verdadero problema comenzó cuando vieron a Thomas con ella.

Su padre argumentó que le pagaba la universidad para estudiar y no para que consiguiera un novio, y aunque él trató de explicarle los motivos por los que estaba ahí, no recibió más que insultos, era imposible tratar con Erigh Kähler.

Antes de partir, la madre de Karianna le dijo que estaba decepcionada de ella y que no querían volver a verla. Ahora estaba sola y Thomas era el único a su lado.

De vuelta en Munich, y cada uno por su lado se dedicaron a pensar.

Thomas sabía que tenía que comprar un anillo de compromiso para ella, buscar un organizador de eventos para tener una fiesta sencilla y comenzar a buscar una casa en donde vivir, pues su departamento sería pequeño para ellos.

Tal vez era pronto, pero le emocionaba pensar en el futuro que les esperaba.

También debía presentar a Karianna con su familia y amigos. Era como una liberación para él saber que no iba seguir escondiéndola de la misma forma que lo hacía.

Mientras que ella, en la oscuridad de su cuarto, se abrazaba a sí misma y solamente rogaba a Dios que todo lo que se les venía por delante saliera bien.

They Don't Know About Us (Thomas Müller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora