Capítulo 16

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El día había llegado, y finalmente, después de mucho tiempo, la selección alemana de futbol estaba regresando a las canchas.

Las alineaciones estaban confirmadas, solo faltaba salir a dar lo mejor de cada uno de ellos.

Francia no era cualquier oponente y ellos lo sabían, pero confiaban y estaban seguros que ellos ganarían.

Los alemanes cantaban el himno de su país orgullosamente, y Karianna miraba el partido desde su casa a través del televisor.

Como cada vez que Thomas salía a jugar, ella no podía evitar ponerse nerviosa, y antes de cada juego pedía por el bien de él y de todo el equipo.

La cámara pasó enfocando a los jugadores, y con ello a Thomas, quien siempre guiñaba el ojo.

Maximilian dio una patada a Karianna, como si quisiera decirle algo.

—Sí, mi amor, es tu papá —Dijo tocando su vientre y aferrándose a él.

Cada día que pasaba y no lo veía físicamente, se sentía morir. Lo extrañaba demasiado y lo necesitaba a su lado.

Los capitanes de cada equipo intercambiaron banderines y se dieron un abrazo amistoso.

El árbitro silbó, y el partido dio inicio con ello.

No pasó del 9’, cuando Mario Götze estaba anotando el primer gol para los alemanes.

El calor y la euforia en el estadio eran inminentes. Los franceses comenzaron a ir fuera de órbita cuando Erik Durm dio una asistencia de pase largo a Mats Hummels y este anotó el segundo gol.

El primer tiempo había terminado y Joachim haría su primer cambio del partido. Mesut Özil entraría en lugar de Toni Kroos.

La segunda mitad comenzó, y en el 47’ Raphaël Varane le dio el primer gol a Francia.

En ese momento existían varias posibilidades, como que el marcador se quedara tal cual, que empataran o que cualquiera de los dos ganara. Pero algo tenían que hacer pronto para obtener la victoria.

Al 68’, Thomas Müller cometió una falta de tarjeta amarilla al hacer una barrida que tumbó a Paul Pogba. Los dos equipos se acercaron a discutir con el árbitro, sin embargo, Thomas, quien estaba enojado, sí había tenido la culpa.

Karim Benzema fue el encargado de cobrar el penal causado por la falta de Thomas, y el empate fue inevitable.

Karianna estaba preocupada por él. Sabía que después del partido terminaría enojado por su error, fuera cual fuera el resultado.

Joachim hizo otro cambio. Lukas Podolski fue sustituido por Max Krause. Tenían que sacar el marcador por delante y estaban perdiendo las esperanzas de hacerlo. Se habían agregado 4 minutos al concluir los 90 de ambos tiempos.

El estadio comenzó a encenderse cuando André Schürrle corría hacía la portería y con un potente disparo anotó el tercer gol para Alemania en el 90+2’.

El marcador final había quedado 3 – 2. Y Maximilian lo sabía, no dejaba de moverse y patear a Karianna.

—Tranquilo, pequeño. Ya sé que papi ganó —Dijo mientras reía.

Dejó pasar unos minutos prudentes para que el equipo se encontrara en los vestidores y poder llamar a Thomas.

Su celular comenzó a vibrar y miró la pantalla que tenía el nombre de Karianna, una sonrisa instantánea se formó en su rostro y contestó.

—Amor…

—Felicidades, Tom —Karianna sintió su alma regresar al cuerpo cuando la llamó de esa manera.

—Gracias, ¿Cómo están? Los extraño —Dijo nostálgico.

—Estamos bien, y también te extrañamos.

—¿Cómo se ha portado Max? ¿Está inquieto?

—Me hubiera gustado que vieras como estaba hace rato. No dejaba de moverse y patear cuando ganaron —Karianna rio.

—Te dije que sería futbolista, lo trae en la sangre —Soltó una carcajada.

—Tal vez lo será.

—Kari, el otro día estabas extraña, ¿te encuentras mejor? No quiero que me mientas.

—Estoy bien, no tenía nada, solo era la sensación de separarme de ti —No le estaba mintiendo del todo, era verdad lo que decía.

—Confío en ti. Tengo que dejarte, debo tomar un baño y cambiarme para ir al hotel, te llamo cuando esté allá. Adiós, te quiero.

—Adiós, también te quiero.

Thomas no había olvidado que ella estaba extraña y no le gustaba que el notara lo que pasaba. Tenía que tratar de sacarse esa nota de la cabeza o bloquear sus pensamientos para no preocuparse.

No pasaron ni 24 horas, cuando Thomas estaba de vuelta en casa. Karianna no pudo evitar llorar al verlo y finalmente, después de tantos días, se sentía completa y segura.

—Te extrañé demasiado —Dijo mientras abrazaba a su esposa.

—Yo mucho más —Dijo Karianna entre sollozos.

—Tranquila, ya estoy aquí. Tengo un par de días libres, solo quiero pasarlos contigo.

—¿En serio? Deberías ver a tus papás, ellos también te extrañan —Dijo con preocupación.

—Puedo verlos el siguiente fin de semana.

—Tom…

No la dejó que hablara, necesitaba sentir sus dulces y suaves labios, jamás se cansaría de ellos, la sensación era indescriptible y mágica, era como si todo a su alrededor desapareciera y se olvidara del mundo entero.

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Hola chicas :)

¿Cómo están? Yo muy bien, tuve un día muy ligero en la escuela, incluso salí más temprano de lo normal. Les dejo el capítulo y tal vez no sea el más interesante de todos pero forma parte de la historia rumbo al climax.

Gracias por sus votos y sus comentarios. xx

They Don't Know About Us (Thomas Müller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora