Capítulo 12

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Los abuelos de Karianna veían con asombro a Thomas.

—Pasen, platicamos adentro.

Los cuatro tomaron asiento en una acogedora sala y las miradas se desviaron a él.

—Mucho gusto —Se acercó—. Thomas Müller —Estiró su mano.

El abuelo tomó la mano y se presentó. —Ben Adams.

—Yo soy Lynn, muchacho —Sonrió la abuela.

—Así que, ¿te casaste? —Su abuelo lo miraba.

—Sí —Respiró profundo—. Estoy embarazada.

La voz de Karianna se oía quebrada y Thomas la abrazó, no era fácil para ella estar ahí y mucho menos decirles que esperaba un hijo.

—Con que vamos a ser bisabuelos, ¿eh?

—Así es, abuelita.

—¿Y tus padres, Kari? —La cuestionó su abuelo.

—No quieren saber nada de mí. Era de esperarse que tanto mamá como papá me darían la espalda, lo supe desde el principio.

—¿Enserio hicieron eso? —Lynn estaba asombrada.

—También dijeron que estaban decepcionados de ella y nos insultaron a ambos —Dijo Thomas.

—No puedo creer que Dinah haya hecho eso, de Erigh lo pude haber esperado pero no de ella —La decepción de Ben se sentía en cada palabra.

—Un error lo comete cualquiera, Dinah no debió tratarlos de esa forma —La abuela también mostró su decepción.

<<Un error>>

Eso aparentemente era para todo el mundo lo que ellos habían cometido. No era un error, ambos se querían y haber hecho el amor no era más que entregarse el uno al otro en un acto de pasión.

Ben separó del sofá y los miró a ambos.

—Ustedes cuentan con nuestro apoyo para lo que sea, económico, moral, psicológico, solo pídanlo.

—Sí hija, tu abuelo y yo podemos apoyarlos cuando lo necesiten, nunca duden en decirnos.

—Lo mismo digo, si en alguna ocasión necesitan dinero o alguna de nuestras presencias, estamos para ustedes —Thomas hablaba sinceramente, no pensaría dos veces en ayudar a la familia de su mujer.

—No hijo, nosotros no podemos quitarles algo como dinero, están a punto de formar un hogar y ustedes lo necesitan más que nosotros —Dijo Ben.

—Pappy, hay algo que tienen que saber —Karianna habló.

—¿Qué es, mi vida?

—Thomas es un futbolista, jugó en la final de la copa del mundo.

Sus abuelos se miraron entre sí incrédulos, esperando el momento en que les dijeran que era una broma.

—Actualmente milito en el FC Bayern München —Dijo Thomas sacando de su cartera la identificación oficial del club.

—Entonces, ¿no es una broma? —Lynn estaba aún dudosa.

—No, abuelita. Thomas es un excelente jugador, incluso ganó el botín y el balón de plata en el mundial.

—Sí gustan pueden corroborar cualquier información que les digo en internet —Thomas bromeó.

—Así que tenemos un campeón del mundo en la familia —Ben rio.

Karianna se sentía feliz y liberada de esa presión que sentía al no ver a sus abuelos desde hacía años. 

Thomas encontró en ellos otra familia en la cual tenía apoyo y no dudaba de sus palabras.

A partir de ese momento, el tiempo se les fue volando, y la noche cayó.

Los abuelos de Karianna los invitaron a pasar la noche ahí, querían disfrutar de su nieta y conocer más a su marido.

Y así fue, al día siguiente pasearon por la plaza y alimentaron a las ardillas del lugar. Desayunaron en un pequeño café y después regresaron a la casa, en donde Ben le mostró a Thomas las medallas que habías recibido cuando era basquetbolista.

Por la tarde, los llevaron al aeropuerto de Waco, en donde tenían que tomar un avión de regreso a Malibú.

La despedida había sido más dura que el reencuentro. Karianna y Thomas prometieron volver cuando su hijo naciera para que así lo conocieran.

—Nanny, pappy, desde que los volví a ver he querido decirles que los quiero mucho y que espero que ustedes jamás me abandonen.

—Y no lo haremos nunca, Kari —Decía Lynn mientras la abrazaba.

—Nosotros también te queremos mucho, preciosa —Ben también la abrazaba.

—Mucha suerte en tus partidos, hijo.

—Gracias, señora.

Ben se acercó a Thomas y le dio un abrazo. —Cuídala mucho, Thomas.

—Eso haré.

Con eso, se dieron un último adiós y subieron al avión, dejando a los abuelos en la sala de abordaje.

—Ben, ¿crees que ese muchacho sea el correcto para Kari?

—Lo es. La forma en que la mira es la misma que Erigh miraba a Dinah a esa edad. Puede que ese testarudo sea eso, pero ni tú ni yo podemos negar que siempre la ha amado. Y si Thomas no la quisiera, no la habría traído hasta aquí.

They Don't Know About Us (Thomas Müller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora