Prólogo

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Los ojos de Thomas estaban cargados de remordimiento. 

Se sentía culpable de lo que estuvo haciendo los últimos 6 meses.

Pero era increíble como esa pequeña chica le había movido tantas cosas con tan solo mirarla la primera vez, fueron tantas las emociones de aquél entonces que no pudo contenerse cuando la tuvo en su departamento y la besó con tanta pasión que le hizo el amor hasta el amanecer.

Recordó como el cuerpo de ella tembló con el primer toque íntimo que le hizo y como es que suspiró al momento que le besó la curva de entre el cuello y el hombro.

Notó la inexperiencia con la que ella contaba, sus movimientos torpes al quitarle la camisa o sus reacciones al ser tocada por él.

Desde ese momento sabía que estaba haciendo mal, que si seguía con lo que estaba haciendo terminaría quemándose con fuego.

Hacían el amor cada que podían, salían al cine, a cenar, a divertirse juntos pero a escondidas de todos.

<<A escondidas de todos>>

Abruptamente volvió a la realidad y observó los ojos de la chica frente a él, llenos de miedo, de tristeza, de confusión. Thomas podía adivinar el pensamiento de Karianna en ese momento. Ambos podían sentir la tensión en la habitación, estaban separados por apenas 2 metros de distancia, los cuales él fue acortando a consecuencia de sus pasos.

Tomó la suave y pequeña mano de ella y la atrajo hacía sí para estrecharla entre sus brazos. Le acarició el cabello con su mano y después viajó hasta su aún diminuta cintura. Besó la parte superior de su cabeza e hizo que levantara el rostro húmedo por las lágrimas.

Sus miradas se conectaron en un instante y terminaron por besarse pero la falta de aire los hizo separarse.

Los labios de ella estaban entre abiertos, hinchados y rojizos por el beso que acababan de darse. Su nariz estaba ruborizada y sus ojos tenían una fina capa cristalina.

Thomas se lamió los labios y entonces habló.

—No pienso dejarte sola— Soltó un suspiro que llevaba segundos reteniendo y entonces siguió hablando—. Estamos juntos en esto.

Nuevamente la envolvió entre sus brazos y la sentó en su regazo, pasando así el resto de la noche, pensando en lo que se les avecinaba. 

They Don't Know About Us (Thomas Müller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora