Karianna lucia hermosa, se atrevía a asegurar que era la novia más bella que jamás haya visto.
Caminaba directo al altar en compañía de nadie, solo de ella sosteniendo un ramo de rosas blancas al frente.
Y él estaba ahí parado, esperando, observándola llegar, y cuando lo hizo la miro a los ojos y descubrió su cara cubierta por el velo de tulle de seda.
Parecía una muñeca de porcelana, tan delicada, tan fina, lucia tan virginal pero no lo era, en su vientre cargaba una criatura de 8 semanas.
Pero eso no hacía que no luciera perfecta.
Su vestido había sido confeccionado por una modista italiana recomendada por la abuela de Thomas. Era blanco como la nieve, la parte superior estaba cubierta por encaje y se ajustaba a la cintura para después soltarse de las caderas. El peinado parecía hecho por las mismas diosas griegas, un trenzado perfecto que dejaba caer su cabello por la espalda. Su rostro estaba cubierto con un maquillaje natural, a excepción de sus ojos que habían sido resaltados con delineador y sombras oscuras, pero se veía amenazado por las lágrimas traicioneras que querían salir de sus ojos.
La familia de él observaba todo con detalle, así como sus amistades que no creían lo que veían.
Thomas Müller, el jugador del FC Bayern München, estaba jurándose amor eterno frente a Dios con una chica común y corriente.
Kari notó una expresión de angustia en el rostro de él, no se sentía bien con ella misma, pues sabía que lo había ‘atrapado’ con el truco más viejo del mundo y que un hombre tan recto como él jamás se hubiera negado a hacerse responsable de sus actos.
Se sentía culpable de estar arrebatándole la libertad a un hombre de mundo como Thomas pero lo que no lograba comprender, es como una chica ingenua e inocente como ella había podido ‘atraparlo’ y como él había dejado que lo hiciera.
La misa había avanzado, se había perdido en sus pensamientos por unos minutos. Bastian y su novia Sarah eran los padrinos de lazo mientras que Philipp y su esposa Claudia eran los padrinos de anillos.
Por último sellaron la promesa religiosa con un beso, Karianna estaba ruborizada y nerviosa pero Thomas logró calmarla brindándole un cálido abrazo.
Finalmente estaban casados por todas las leyes, la ceremonia civil se había llevado a cabo apenas dos horas atrás y ahora nadie ni nada podía acercarse a ella porque primero tenían que pasar sobre su cadáver. Thomas no sabía de qué forma expresar sus pensamientos, pues estaba contento por el hecho de que Karianna era su esposa y que estaba esperando un hijo suyo.
La ceremonia terminó un poco antes de lo previsto, se limitaron a dar unas cuantas fotografías solo con sus familiares.
A las 8 p.m. en punto, Thomas y Karianna abordaron un auto que los llevaría a recorrer la ciudad para después arribar a la fiesta privada en uno de los hoteles de la familia de Sarah. Él se había encargado de que hubiera seguridad y los periodistas no pudieran irrumpir en el evento.
Ambos permanecieron en silencio desde que habían subido al auto. Thomas abrazaba a Karianna por los hombros, podía sentir la presión que él ejercía sobre ella. Le hubiera gustado pensar que se aferraba a ella de esa forma por temor a que alguien la arrancara de su lado. Cuando para Thomas realmente era así.
Las luces de la ciudad iluminaban aquella noche de marzo. Karianna las observaba con atención, estaba pérdida en la ventana del auto hasta que sintió los labios de Thomas sobre su cien.
—Te quiero —Pronunció al atraerla hacia él y besarle los labios con tanta pasión, como sólo él sabía hacerlo. Kari quedó mareada después del beso, respirando más rápido de lo normal, se apegó al pecho de Thomas como solía hacerlo después de hacer el amor. Y prácticamente con ese beso había sentido las mismas emociones que si le hubiera hecho el amor.
—Yo también te quiero.
Fue lo último que Kariana dijo antes regresar su vista a la ventana del auto.
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They Don't Know About Us (Thomas Müller)
FanfictionPodría ser una figura pública, pero las personas no sabían nada de la vida privada de Thomas. Ellos no sabían cuanto amaba a Karianna.