Thomas abrió la boca y levantó las cejas en forma de sorpresa. Se quitó el mandil que estaba usando y fue al recibidor.
¿Era en serio que Lisa lo estaba buscando? ¿Por qué? Más bien, ¿para qué?
—Hola —Dijo a la mujer que observaba atentamente un retrato familiar.
—Thomas —Le sonrió ampliamente.
Lisa se acercó a él y le dio un cálido abrazo que Thomas aceptó gratamente. No podía negar que ella era una gran mujer y habían vivido momentos increíbles juntos.
—Cuánto tiempo, ¿no? —Dijo Lisa.
—Mucho —Sonrió a medias.
—Recién he llegado de España y me he enterado de todo lo que pasó —Comentó con preocupación.
—¿España? ¿Desde cuándo te fuiste? —Preguntó curioso.
—Hace dos años y medio. Pero eso no es lo importante, supe lo de Stefanie y todo lo que armó.
—Esa loca por poco cumple su objetivo.
—Siempre te quiso para ella —Dijo seriamente.
—Y jamás lo logró —Agregó Thomas.
—Lo bueno es que ya está pagando lo que hizo.
—¿Sabes? Llegué a sospechar de ti cuando todo eso empezó, pero tú no eres capaz ni de matar a una mosca —Rio amenamente.
—Me conoces tan bien que eso es cierto —Sonrió—. Pero bueno, mi verdadero motivo de esta visita es para felicitarte.
—¿Felicitarme? ¿Y cómo por qué? —Preguntó confuso.
—¿Cómo que por qué? ¡Venga, Thomas! ¿No se te hace suficiente razón esta hermosa familia? —Señaló el retrato que miraba antes—. ¡Tu hijo está precioso y tu esposa es muy bella!
—Muchas gracias, Lisa —La abrazó—. Jamás esperé volverte a ver, y mucho menos que vinieras hasta mi casa a esto —Extendió los brazos.
—Sabes que entre nosotros no quedó rencor alguno cuando terminamos.
—Tienes razón. Pero dime, ¿qué ha sido de tu vida? —Dijo interesado.
—Bueno, pues me he casado hace 6 meses con un hombre increíble y… —Se sonrojó—. Estamos esperando a nuestro primer hijo.
—¡Felicidades! Te deseo una gran dicha a ti y a tu familia, Lisa.
—Gracias, Tom —Le sonrió.
Karianna veía la escena desde la sala. No parecía una mujer mala, al contrario, a simple vista resaltaba la belleza interior y exterior de Lisa.
—Quiero que conozcas a mi esposa. Espera un segundo.
Thomas fue con ella, y sin decir nada, le tomó la mano y la llevó junto con él al recibidor.
—Lisa, te presentó a Karianna. Karianna, te presento a Lisa
—Es un gusto conocerte, Karianna —Le estrechó la mano.
—El gusto es mío —Le devolvió el saludo.
—Y este pequeño de aquí debe de ser Max, ¿o me equivoco? —Dijo mientras se agachaba para estar a su altura.
—Estás en lo cierto —Respondió Thomas.
—Tom, ¿nos dejarías solas unos instantes? —Pidió Lisa.
—Claro —Dijo dudoso.
Thomas se llevó a Maximilian con él, y una vez que ambas estuvieron solas, Lisa miró a Karianna fijamente a los ojos.
—Tienes un excelente hombre a tu lado. Jamás lo dejes ir, y sea cual sea la circunstancia, pelea por él. Thomas es una gran persona, y puede que en ocasiones te saque de quicio o sea un bufón, pero te aseguro que no hay dos como él en este mundo. Les deseo lo mejor y espero que su felicidad se multiplique para toda la vida.
—Muchas gracias, Lisa. Yo igual te deseo lo mejor.
Curioso o no, la exnovia y la esposa de Thomas Müller estaban abrazándose con cariño como si fuesen grandes amigas.
Minutos después, Lisa se marchó prometiendo no perder contacto con ellos.
Finalmente, Karianna estaba viviendo la realidad que siempre había soñado. Estaba segura que a partir de ese día en adelante, su familia no se dejaría derrumbar por nada del mundo.
Karianna y Max se encontraban en el patio de su casa admirando un arcoíris que se había formado hacía apenas minutos después de la lluvia.
Thomas estaba detrás de ellos observándolos. Sonreía ampliamente. Tenía a su lado a una mujer increíble y a un hijo maravilloso.
Caminó hasta ellos y tendió los brazos para cargar a Max.
—Parece que le encanta estar en los brazos de su papá —Dijo Karianna.
—Y a mí también me encanta, pero disfruto más tener a la mamá en mis brazos —Se mordió el labio.
—¡Thomas! —Lo reprendió.
—¿Qué? Estoy siendo sincero —Rio.
Karianna solo sonrió forzadamente pero no contuvo la risa. —Estás loco.
—Pero por ti.
Thomas dejó que Max caminara por el patio y tomó a Karianna de la cintura. Pegó su frente con la de ella y le acarició la mejilla derecha.
—Sé que ha pasado ya un tiempo, pero quiero decirte que jamás te dejaré sola y pase lo que pase estaremos juntos —La besó fugazmente—. Te amo, mi vida no sería la misma sin ti y sin Max. Por ustedes daría todo lo que tengo y hasta lo que no.
Karianna abrazó a Thomas. Nadie más que ella estaba tan feliz de escucharlo.
—Y las personas podrán decir que no debemos estar juntos, que no duraremos para siempre, pero ellos no saben lo que hablan. Nuestro amor es demasiado fuerte y si es necesario gritaría al mundo que eres mía y de nadie más —La cargó sorpresivamente.
—¡Thomas, bájame! —Pataleó.
—De eso se trata esto —Sonrió—. Ellos no saben las cosas que hacemos, no saben nada sobre ‘los te amo’, pero si lo supieran estarían celosos de nosotros. No saben cuántas veces nos hemos desvelado juntos y ni siquiera tienen idea de cuánto esperé para encontrarte.
Thomas bajó a Karianna y puso sus manos sobre la cadera de ella.
—Y nadie sabe lo especial que eres para mí, ni lo que le has hecho a mi corazón y todos pueden decir lo que quieran porque ellos no saben nada de nosotros, Kari.
Karianna enmarcó el rostro de Thomas y lo besó. No le hacía falta escuchar nada más, tenerlo a él era suficiente.
Thomas sintió un tirón en su pantalón. Maximilian trataba de llamar la atención de sus padres para que lo cargaran.
—Parece que este pequeñín es muy celoso —Dijo Karianna tocando la diminuta nariz de su hijo.
—Yo la vi primero —Thomas se dirigió a Max—. Y de ahí naciste tú.
Ella soltó una carcajada. —Haces de la vida un chiste, Tom.
—Y tú eres la que le chiste a mi vida.
Y ese era el principio de su nueva vida. Era el principio de muchos momentos que vivirían juntos.
ESTÁS LEYENDO
They Don't Know About Us (Thomas Müller)
FanfictionPodría ser una figura pública, pero las personas no sabían nada de la vida privada de Thomas. Ellos no sabían cuanto amaba a Karianna.