Salí y vi una barra de chocolate encima de mi buzón. Frank estaba caminando a la escuela y suspiré en silencio mientras recogía la barra de chocolate que Frank había dejado allí.
Seguí unos metros detrás de Frank, poniéndome los auriculares. Caminé quince minutos, solo mirando a la parte de atrás de la cabeza de Frank mientras hacía todo lo posible por no llorar.
Me bajé las mangas cuando nos acercamos a la escuela. Frank me devolvió la mirada y me dedicó una pequeña y triste sonrisa antes de entrar. Seguí atrás, asegurándome de mantener mi distancia. Fui a mi casillero y encontré a Jamia esperándome.
— Hola.— Dije en voz baja.
Ella sonrió, besando mi mejilla.
— ¿Cómo estás hoy?— Preguntó.
Me encogí de hombros, abriendo mi casillero.
— Te quiero, Gee.— Dijo ella, entrelazando nuestros dedos.
— Yo también te quiero, Jamia.— Le dije.
La besé en la mejilla y ella sonrió.
— Eres el mejor.— Dijo ella.
Le di la última parte de mi chocolate que había recibido de Frank.
— Te quiero mucho.— Le dije.— Gracias por todo.
La aferro en un fuerte abrazo y ella entierra su cara en mi pecho, sollozó silenciosamente y yo pasé mis dedos por su cabello.
— Por favor, no llores.— Le susurré.— Si lloras entonces voy a empezar a llorar.
— Siempre estaré aquí para ti, Gee.— Murmuró Jamia.
Asentí, besando la parte superior de su cabeza. Nos separamos cuando el pasillo comenzó a llenarse. Tomé su mano y ella levantó mi brazo, dándole a mi muñeca una caricia suave.
— Un día limpio.— Susurró ella.— Puedes empezar de nuevo, pero ahora es un día, la parte más difícil.
— Un día.— Murmuré.
Solía estar cuatro meses limpio, arruiné todo eso como si arruinara todo lo demás.
— Pronto estarás diciendo dos millones de días limpios.— Dijo.
Sonreí suavemente, besando su mejilla.
— Te veré en el almuerzo.— Dijo ella.
Sonreí y asentí, dándole un pequeño apretón a su mano antes de que camináramos por caminos separados. Afortunadamente, parecía que el virus de la gripe estaba circulando porque Pete y Lindsey estaban enfermos y eran los peores de todos.
El día fue mayormente tranquilo, aparte de los momentos en que tuve que evitar a Frank. Incluso nos sentamos uno al lado del otro en la cuarta hora, pero nos ignoramos todo el tiempo. Podía decir que Frank quería hablar conmigo, odiaba los silencios y amaba hablar.
Finalmente, el almuerzo llegó y me apresuré a ir a la mesa habitual de Jamia. Suspiré de alivio cuando me senté, sacando mi almuerzo.
— ¿Aún no haz hablando con Frank?— Preguntó.
— No, ya no quiero verlo.— Le dije.
— Lo vi entrar a la biblioteca antes del almuerzo.— Dijo Jamia.— Está solo, éramos sus únicos amigos.
— Estoy seguro de que podrá hacer nuevos amigos con bastante facilidad. — Murmuré.— Él no necesita que lo arrastre hacia abajo.
— Tú no lo arrastras hacia abajo.— Dijo ella.— Le gustas, te besó.
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Fifteen Minutes || FRERARD
FanfictionFrank se muda a una nueva ciudad, tan optimista acerca de comenzar una nueva vida con sus nuevos amigos. Gerard, sin embargo, no es tan optimista como se esperaba. Advertencias activadas por abuso, abuso de alcohol, autolesiones, pensamientos suic...