Capítulo 8

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Estaba viendo la Tv cuando mi teléfono sonó.

Frank: Sal afuera.

Fruncí el ceño en confusión.

Gerard: ¿Por qué?

Frank: porque te dije, por eso.

Suspiré, apagando la televisión.

Salí y me quedé inmóvil cuando vi a Frank. Tenía un gran cartel que decía:

"Sé que esto es tonto y cursi, pero ¿irías al baile de bienvenida conmigo?''

— ¿F-Frank? — Pregunté nerviosamente.

Él sonrió, extendiendo un ramo de rosas.

— ¿Irás al baile de bienvenida conmigo? — Preguntó.

— ¿C-Como... una cita? — Pregunté.

— Sí, una cita.— Dijo Frank.— Será nuestra primera cita.

Fruncí el ceño, confundido, mientras le quitaba las rosas.

— ¿N-no irás con Jamia?— Pregunté.

— ¿Por qué iría con ella?— Preguntó Frank.

— Porque los dos salieron a una cita el otro día y después estuviste solo en tu habitación con ella y tu brazo estaba alrededor de su cintura y tú cerraste la cortina y...

— Fuimos al cine como amigos.— Interrumpió Frank.— Y ella se molestó porque había estado hablando de ti todo el tiempo. Ella me ayudó a encontrar la forma de invitarte al baile, por eso cerramos las cortinas, no quería que lo vieras. Y mi brazo estaba alrededor de su cintura porque se había torcido el tobillo, así que solo la estaba ayudando a caminar.

— Oh.— Murmuré.

— Sé que lo que tenemos es complicado y todo, pero el baile está por venir y realmente quiero ir contigo.— Dijo Frank.— Me haces muy feliz, Gee, me encanta ver tu cara todos los días, incluso si me presionas, literal y metafóricamente. Y te conozco desde hace poco más de un mes, pero se siente mucho más tiempo. Somos el destino, Gee.

¿Cómo le digo que no?

— Frank...— Me detuve.

— Sé que tienes miedo, Gee, pero no tienes que estarlo.— Dijo.— No te lastimaría, preferiría morir que herirte. Y estaré aquí cuando me necesites, estaré aquí cuando estés triste y asustado. Todo lo que te pido es que lo hagas, dame tu corazón, aunque sea solo un pedacito y prometo que lo cuidaré como si estuviera hecho de cristal.

Mi corazón se aceleraba en mi pecho mientras asentía. Frank sonrió, sosteniendo mi mano, acarició mi mejilla gentilmente mientras se acercaba, pero nunca me besó. Me tomó un momento darme cuenta de que estaba esperando que yo hiciera el primer movimiento, no quería obligarme a nada.

Me incliné hacia delante, cerrando la distancia entre nosotros. Este beso fue tan perfecto como el primero. De hecho, pensé que mi corazón había salido de mi pecho y se había caído al suelo. Estaba golpeando el piso entre nosotros para que Frank lo apreciara o lo aplastara.

Una de sus manos sostuvo mi cadera mientras la otra se enredó en mi cabello. Lo acerqué más, el beso entre nosotros se profundizó. Se apartó lentamente, su frente apoyada contra la mía.

— No sabes lo feliz que estoy ahora.— Dijo Frank con una pequeña risita.

Fifteen Minutes  || FRERARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora