Fifteen Minutes || FRERARD

Capítulo 23

Realmente no pensé que mi madre siquiera notaría que me había ido. Miré a mi mamá, dejando caer mi bolsa. Parecía furiosa mientras se acercaba, una sensación de muerte y desesperación a su alrededor.

Mi corazón latía con fuerza. Volví a encogerme en mi interior, no quería nada más que simplemente salir corriendo por la puerta y estar en los brazos de Frank. Quería estar con él donde me sintiera seguro y feliz.

— ¿Dónde diablos estabas? — preguntó mi madre — Yo-yo — chillé — Solo estaba, estaba, no lo hice, no lo estaba, ¡de Jamia! ¡Yo... estaba en lo de Jamia!.

— ¿Todavía estás hablando con ese patético culo gordo? — preguntó ella.

Me mordí el labio mientras la miraba.

— ¿O estabas con el marica de al lado? — preguntó.

Jadeé, mirando en dirección a la casa de Frank.

— Por favor, dime que no eres un maldito maricón — dijo ella — No solo crié a un hijo ingrato, egoísta y patético, también es un marica.

Sí, claro, como si realmente me criaras. Ahora si solo tuviera la confianza de decir eso en voz alta.

— Eres jodidamente repugnante — escupió.

Me empujó contra la pared y gemí. Una fuerte bofetada aterrizó en mi mejilla y grité suavemente mientras me encogía contra la pared. Mi estómago cayó cuando el miedo se apoderó de mí.

—P-por favor — jadeé.

— Eres un niño tan jodido — se quejó ella — Pensé que finalmente había salido de todos tus lamentos y llantos, pero cuando ocurrió el accidente, volviste a ser odioso.

— M-mi papá y mi hermanito murieron — le susurré — Te necesitaba, eras mi madre y yo era un niño.

— Eres patético — dijo ella — Tu padre tenía razón, debí haberte abortado.

— Papá nunca diría eso — negué.

— Donald no es tu padre — dijo ella —  Era un conductor de camión y lo hicimos mientras estábamos en éxtasis.

Negué con la cabeza, dándome la vuelta mientras salía corriendo de la casa. Miré hacia donde Frank pero negué con la cabeza. Él ya me odiaba por todo el asunto del tatuaje, no podía ir a él. Bajé a la calle y me senté en el borde antes de llamar a Jamia.

— ¿P-Puedes recogerme? — jadeé

— Por supuesto, ¿qué pasa? — preguntó.

— Todo — murmuré antes de colgar.

Ella me recogió, llevándome de regreso a su casa. Me dejé caer sobre su cama mientras hundía mi cara en su almohada.

— ¿Qué pasa? — preguntó — ¿Quieres algo de comida? ¿Tienes hambre?.

Sacudí la cabeza, soltando un sollozo.

— Gee, ¿qué pasó? — Preguntó Jamia, recostándose a mi lado mientras me rodeaba con un brazo.

—Yo ... pensé que se suponía que debía ser feliz — jadeé — Todo está arruinado otra vez. Frank ahora me odia porque le rompí el corazón y yo ... acabo de descubrir que mi padre ni siquiera es mi padre.

— ¿De qué estás hablando? — preguntó.

— Frank, fuimos a la cabaña de su familia y se hizo un tatuaje de mi nombre en su cuerpo — dije — Y le dije que no me gustaba.

— ¿Por qué harías eso? — Preguntó Jamia — Se tatuó tu nombre en su propio cuerpo. Es completamente permanente y tú simplemente lo insultaste.