Capítulo 17(parte 2 de 3)

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―Yo buscaré en la cocina―dice John aún sabiendo que está en el baño y dirigiéndose a la cocina

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―Yo buscaré en la cocina―dice John aún sabiendo que está en el baño y dirigiéndose a la cocina.

―Yo me encargué de limpiar en salón de arriba a abajo y no encontré nada― admito. Esto sí es verdad.

―Voy contigo al baño, Yasmine―le dice Daisy―. Ven si quieres también―dice también dirigiéndose a mí.

Subimos los tres juntos y entramos en el baño.

―Perdón por el desorden, me he salido de la ducha y he bajado corriendo―se excusa Daisy apartando su ropa.

―No te preocupes―murmura ella sin quitarle la mirada de encima y explorando el baño a la vez.

Empezamos a buscar por todos los cajones y armarios del baño hasta que Yasmine lo encuentra. El silencio que pasa hasta entonces es un silencio de sospecha. Lo sabe, seguro. Tenemos que matarla. A Charlotte también... Y a su amiga Alloy por si le ha dicho algo también.

―Aquí está―sonríe un poco mientras saca el móvil del hueco de detrás del váter.

Bajamos al salón donde John ya estaba sentado en el sofá con el móvil. Seguro que escogió mirar la cocina para no tener que buscar. Jugará al fútbol y hará todo el deporte que quiera, pero es un vago de primera.

―¿Habéis encontrado algo?―nos pregunta levantándose y guardando su móvil en el bolsillo.

―Sí, ya tengo su teléfono. Gracias por todo... Es tarde, y creo que me iré ya para no seguir molestando aquí.

―No hay de que―dice Daisy sin quitarle la mirada de encima―. Te acompaño a la puerta.

Suspiro cansado. Menos mal que ya se va. John y yo miramos como ellas se van a la puerta, salvo que John mira el culo de Daisy y yo miro con curiosidad a Yasmine. Es exactamente igual que su hermana, es como imposible.

―Gracias otra vez, hasta otra― se despide y se larga de una vez.

Daisy cierra y se apoya en la puerta mirando hacia nosotros. John se pasa las manos por el pelo nervioso y ella asiente mordiéndose el labio.

―¿Dónde estaba el móvil?―pregunto una vez que comprobamos que se ha alejado de la casa.

―Debajo de tu cama, lo llevé al baño para que ella lo encontrara allí. Pero la vi mirando la ducha y, entonces caí, no había agua y yo dije que me acababa de duchar. Tampoco había vaho. Dudó y no me ha quitado la vista de encima. Hay que matarla y a Charlotte también.

―Vale. A ver, vale. No podemos dejar sospechas―dice John algo nervioso.

―¿Y si nos pillan?―pregunta Daisy auto abrazándose. Es de las pocas veces que la he visto con miedo de verdad.

―Joder. Si nos lo montamos bien podemos salir airosos. Vale, ella es lista y quiere ser detective, por lo que se fija en todo. Y su pintauñas es un problema porque cuando mete el dedo en el agua le cambia de color si lleva droga o exceso de alcohol.

―Su hermana hizo lo mismo en la fiesta―le respondo a John. Ahora entiendo por qué supo que llevaba droga la bebida―. Eso se quitará con el tiempo. ¿No? Porque si sigue así su pintauñas sabrá que la drogamos en la fiesta.

―¿Donde está el cuerpo?―pregunta Daisy mirándome.

―Con los demás cuerpos―murmuro.

―Como lo encuentre encontrarán los demás cuerpos capullo―me dice Daisy después de tragar saliva―. Y están nuestras huellas.

―Hay que quemarlos y matar a Charlotte y a Yasmine― sugiere John.

―¿Y si por matarlas nos metemos en un lío más gordo? A lo mejor ya se lo han dicho a alguien superior a ellas. No creo que se pongan a buscar a su hermana ella sola―sigue hablando Daisy atropelladamente.

―Las mataremos a mi manera, suicidio.

―Eso tarda mucho― digo mirando a John.

―Las secuestraremos, diremos que están bien y lo haremos a mi puta manera. Porque a vuestra manera nos van a pillar.

―A mí no me convence―digo.

―A mí tampoco― me sigue Daisy―. Las matamos y las quemamos. Ya está, no sufren y se tarda poco.

―No―la mira serio John―, mejor quédate al margen de esto. Te está superando. Y la vas a cagar y nos van a pillar por tu culpa.

―No, puedo con esto.

―No, te vas a quedar fuera. Déjanoslo a nosotros, por favor. Sabes que pido pocas cosas por favor.

―No quiero que os arriesguéis... Yo también estoy metida en esto...

De verdad luego dicen que no se quieren. John se acerca a ella y le coge los brazos con delicadeza para acariciarlos.

―Quédate al margen, por favor.

―No...

―¿Por qué no vas a visitar a tus padres? Hace bastante que no lo haces.

―¿Enserio quieres que me vaya?―pregunta un poco sorprendida.

―Si así te vas a quedar al margen y no te vas a poner en peligro sí quiero que te vayas.

―Mañana por la mañana me iré... Así os dejaré con vuestros sádicos planes a solas―dice molesta mientras se separa de John.

John se queda callado. Sé que le molesta que ella se enfade con él desde siempre, pero hace lo mejor para todos. Ella al ver que no decimos nada más se va a su habitación y cierra de un portazo.

―Haces bien, es demasiado para ella.

―Lo sé― suspira llevándose las manos a la cabeza―. Esto se le queda grande.

―Cuando esto acabe te lo agradecerá.

―Eso espero.

―Mañana no vamos a clase, como esté allí Yasmine nos mata.

―No, tenemos que ir. Si no va a sospechar―me mira John.

―Mañana haré pellas con Charlotte para que no le puedan preguntar.

―¿Crees que Charlotte faltará a clases?

―Si se lo pido amablemente seguro que sí.

―En principio Daisy y yo iremos a clase.

―No veo a Daisy muy por a labor...

―Hablaré con ella. Joder. Ahora vuelvo.

Entonces John se levanta y se va con ella. Enamorarse le va a pasar factura.

Sadismo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora