Parte 19

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Esos finos labios sobre los propios, esas manos acariciando su desnudo cuerpo consiguiendo que gemidos salieran de su boca, las fuertes embestidas que daba contra su próstata y el sudor de ambos cuerpos mezclándose; todo lo amaba Minseok.

No sabía cómo habían llegado a estar así, solo que estaban en la sala de ensayos, él contra el espejo de la sala y Luhan detrás embistiéndole rápidamente, gimiendo cerca de su oído y Minseok con sus ojos cerrados evitándose ver en el espejo por la vergüenza que tenía al perder su virginidad con Luhan, mayor que él y su mayor apoyo jamás existido.

Sentir a Luhan era fabuloso, la sensación de su miembro invadiéndole y partiéndole en dos – no literalmente – lo amaba, así como los gemidos que escuchaba, como gruñidos de placer entre extraños susurros en chino que no entendía del todo, pero que sonaban eróticos.

'' Mío '' Escuchó decirle a Luhan.

'' Todo tuyo '' Contestó.

Minseok despertó de golpe, sudando, y con una erección entre sus piernas que dolía como el demonio. Recuperándose un poco, se tumbó de nuevo y tapó su rostro rojo cual lucero. No podía ser, simplemente no podía haber tenido un sueño húmedo con Luhan, su mejor y único amigo, de esa intensidad, de aquella manera tan íntima, no solo lujuriosa.

Simplemente, no podía ser cierto.

Pero lo había tenido, y la erección entre sus piernas lo confirmaba. Vamos, que tenía dieciséis años, no era un santito caído del cielo, había tenido sueños así pero ninguno con Luhan y, encima, era virgen. Bueno, no se podía quedar así, eso estaba claro. Después de ir al baño y solucionar su problema con rapidez, tratando de no pensar en el chino pero sin éxito alguno y alcanzando el orgasmo con su imagen en mente, Minseok terminó de ducharse, se vistió y sin desayunar por falta de hambre por su vergüenza, fue corriendo a casa del profesor particular.

Después de que estuviera estudiando, se fue a la empresa donde fue recibido por el coreógrafo y comenzaron a bailar. De repente, un poco después, la puerta se abrió y reveló a Luhan. Minseok, al ver a Luhan, no pudo evitar recordar aquel sueño que tuvo, haciendo que mirara hacia otro lado avergonzado.

Maldito cerebro, pensó.

-Hola –Saludó Luhan.

-Hola, Luhan –Saludó el coreógrafo. –Siéntate donde quieras.

-Claro... Minseok.

El mencionado se giró para ver a Luhan y se sonrojó de nuevo, girando su mirada hacia otra cosa. No se atrevía a ver a Luhan a la cara. ¿Cuándo Luhan se volvió tan atractivo? Pensó en su mente, consiguiendo que se reprochara a sí mismo.

-¿Minseok? –Preguntó Luhan confundido, sin entender porque diablos Minseok no le miraba.

-Esto... Hola, Luhan –Saludó sin mirarle y volvió a comenzar a bailar, dejando al de origen chino extrañado.

¿Estaba enfadado con él? ¿Hizo algo que le molestó y no lo sabía?

Bueno, ya hablaría con él después.

Después de la práctica de baile, el coreógrafo se fue despidiéndose del frío Minseok, que apenas le miró, acostumbrado a ese tipo de actitud hacia los demás menos con Luhan. Normalmente, ahora que había pasado un año aproximadamente desde que Luhan estaba a su lado, desde que se conocían y que Minseok confiera en él, solía sentarse al lado del chino, abrazarle ocultando su rostro en el pecho del mayor para descansar un rato, pero esa vez se quedó en medo de la sala de ensayos incómodo.

Eso no gustó nada a Luhan, debía decirse, por lo que se acercó un tanto molesto.

-Minseok –Dijo serio -¿He hecho algo que te molestara?

-No... No es así.

-¿Entonces?

Minseok se atrevió a mirar a Luhan a la cara con un puchero en su rostro, algo avergonzado, y recordó de nuevo aquel sueño tan excitante. La sensación de las manos de Luhan sobre su cuerpo, sus roncos gemidos, sus embestidas.... Minseok miró corriendo a otro lado.

-No... Es que... Es que... -¿Cómo le decía ahora el motivo que le tenía así? Jamás podría enfadarse con Luhan, no cuando fue él quien le mostró otra vida, quien le hizo saltarse varias veces la dieta, quien le enseñó a jugar fútbol, un deporte que ahora amaba ver aunque no lo jugara a menudo pero planeaba seguir aprendiendo, quien le hizo ver que le quería por ser Minseok, no Xiumin, el famoso. –Es que...

-Vamos, dime ¿Hay algo que te tiene molesto? ¿Es alguien más?

Si era alguien más, Luhan se encargaría de poner en su lugar a dicha persona.

-No... Bueno... Es que he tenido un sueño muy raro y... Ahora me siento... extraño.

-¿Un sueño raro? –Preguntó curioso.

Sin intenciones detrás, llevó su mano a la barbilla del menor alzando su rostro y acercó el suyo al de Minseok quien se incomodó un poco, sobretodo porque la cercanía del cuerpo de Luhan al propio conseguía que su corazón latiera con rapidez y una sensación que no entendía se colorara en su estómago, como un nerviosismo. No sabía definirlo.

-Vamos, sabes que puedes decirme cualquier cosa.

-Es que... Creo que la adolescencia comienza a afectarme.

Luhan alzó una ceja.

-¿Tuviste un sueño húmedo? –Dedujo, Minseok se volvió casi como un tomate.

-¡¿Qué te hace pensar eso?! ¡¿Yo?! ¡No! ¡Claro que no!

-Lo tuviste –Dijo juguetón -¿Fue con alguien especial? ¿Un sin rostro?

Minseok, avergonzado, puchereó.

-No recuerdo...

Luhan rió y acarició los cabellos de Minseok entre risas y carcajadas que a Minseok terminó por hacerle sonreír. Luhan sabía, Minseok estaba en plena adolescencia. Él había pasado esa etapa hace poco, con sus dieciocho años actuales, aunque seguía siendo hormonal, no tanto y sabía mantener un auto control más estable que antes.

Ah... Si Minseok supiera lo que había en la mente de Luhan...

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Bueno espero que les guste, denme sus opiniones y sus votos, siempre es importante saber la opinión y los votos para saber si la historia gusta

un fuerte abrazo

Ese monstruo que yo amo (XiuHan, LuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora