Para cuando Luhan pasó los doce años de edad, los cambios de la infancia a la adolescencia comenzaban a hacerse evidentes en él; ya no solo por el aumento de altura y peso, teniendo que ser renovado prácticamente todo su vestuario porque todo le quedaba pequeño, sino también en su mente. Siendo ya un chico de doce años, sabía las cosas que debía de saber, el amor tenía un sentido en su mente más grande que el de la amistad, la diferencia entre niños y niñas también y el sexo.
Como niño de doce años, poco hacía que había pasado la charla con sus padres sobre que era el sexo, de donde venían los bebés – fue vergonzoso, para que negarlo – y demás cosas, así como lo importante que era la protección y el vivir cada cosa a su momento.
Luhan no era idiota, comprendió todo desde la primera vez que sus padres hablaron con él e incluso por propia cuenta, en la biblioteca de la secundaria, había leído sobre esos temas. Su mente maduraba al ritmo de su edad, comprendiendo conceptos que antes no cabían en su mente y que daban una cierta explicación a ciertos sucesos en su mente.
Sucedió después de ver una de esas películas románticas que su madre veía siempre que podía, cuando aquella noche, después de ver uno de sus vídeos sobre Minseok y de irse a dormir, tuvo una especie de sueño extraño. Bueno, extraño quizás no fuera la palabra, más bien era un reflejo de lo que pasaba por su mente pero que nunca cuestionó, hasta entonces, su significado. El sueño era simple, él y Minseok paseando juntos por un parque cercano a su casa, cogidos de la mano y hablando muy pegados, diciéndose cuanto se querían.
También había un tímido beso.
Cuando despertó, para Luhan fue como si ese sueño hubiera sido real, como si de verdad sus labios hubieran tocado los de Minseok.
Luhan quería saber cómo sabían los labios de su único artista favorito, quería saber cómo se sentía su mano junto a la suya, cómo sería hablar con él pegados en un parque, solos, y acariciándose. Cosas románticas e infantiles, típicos de un primer amor para un niño de 12 años, pronto 13.
A partir de ahí, ese tipo de sueños se fueron haciendo una pequeña costumbre cada pocos días, en diferentes situaciones. A veces soñó que Minseok era una princesa a la cual rescatar de un dragón y después recibía un beso como recompensa, otras veces que era alumno de unos cursos más abajo y salían juntos, también soñó con un futuro con Minseok, viviendo en una casa los dos solos.
Eran hermosos los sueños, pero llegaron a darle una idea a Luhan de que lo que en verdad quería no era una simple amistad con Minseok. De pequeño, cuando el amor no era algo realmente natural, cuando lo máximo que se sentía era un pequeño amor platónico hacia alguien de clase – él con Minseok – solo pensó en una amistad, pero ahora, la sola idea le molestaba. No le era suficiente tener a Minseok con él jugando fútbol o comiendo helado.
Él quería ser novio de Minseok, quería que Minseok fuera solo suyo.
Y, sin decir nada a nadie, se prometió que Minseok sería suyo. La idea de que alguien más caminara con Minseok de la mano, que sus labios probaran los de otro, le era molesta, horrible y una extraña e incontrolable rabia surgía de su interior, una rabia que intentaba calmar sujetándose con fuerza de los cabellos y respirando con fuerza mientras contaba pacientemente hasta cien.
Minseok sería suyo cuando fuera más grande, era un hecho imposible de contrarrestar.
Por otra parte, en el instituto Luhan seguía siendo popular debido a la familia a la cual pertenecía. Todos querían ser amigos de Xi Luhan, pero pocos lo conseguían, mucho menos las chicas de su edad o un poco mayores que se acercaban a él con otras intenciones que él sabía.
En su mente nadie era tan bueno como Minseok.
Minseok le pertenecía tanto como él pertenecía a Minseok.
En las clases se aburría, y es que todo lo que enseñaban o ya se lo sabía o lo aprendía con apenas leerlo y escucharlo, por lo que normalmente se la pasaba siempre en las nubes o dibujando en clase siempre a Minseok, también escribiendo pequeños relatos de cómo sería un encuentro con él. A la hora de comer iba con sus contados amigos, reían, les escuchaba hablar sobre las chicas de clase y fin.
Incluso llegó a preguntarse un día, porque no se fijaba en alguna chica si, en teoría, era lo normal. Cuando miraba a una chica, podía decir si era guapa o no, pero las comparaba con Minseok y le daban asco. Probó a fijarse en otros hombres, teniendo un resultado parecido, aunque menos radical, quizás porque Minseok fuera un hombre.
¿Era gay?
Luhan prefería catalogarse Minseoksexual.
Categoría especial al amar a alguien especial.
En todo caso, la obsesión de Luhan hacia Minseok crecía a cada año que pasaba, y mediante su mente iba madurando, su obsesión iba a otros parámetros. Empezó a solo amigos, pero ahora Luhan quería imaginar en ser algo más. Mientras eso no podía suceder, Luhan seguía recibiendo de sus padres los programas gravados a los que iba Minseok, seguía comprando las revistas donde salía, los posters que llenaban su habitación entera y recientemente tenía una carpeta con cosas del instituto en su casa con su imagen.
Todo lo relacionado con Minseok lo tenía Luhan.
Había ido, incluso, en persona a algún programa después de gritarles a sus padres cuando le dijeron que no, y aunque verlo de lejos le encantó, siguió sin ser suficiente, sobretodo porque observaba como los padres trataban a su hijo.
Los padres de Minseok eran su enemigo número uno, les odiaba con toda su alma.
Luhan no creía odiar a alguien tanto como odiaba a los progenitores de Minseok.
¿Qué padres trataban así a su hijo? Echando la vista atrás y recordando aquel momento, hace dos años, cuando Minseok hizo su primer mini concierto y quiso ir a jugar con ellos, donde la imagen de esos padres pegando a Minseok solo porque este quiso jugar con ellos venía a su cabeza, la ira y rabia de Luhan salían a flote, teniendo de nuevo que estirar de sus cabellos y contar hasta diez para calmarse.
En todo caso, Luhan convivía con un día a día de aparentar que le interesaba el pequeño enamoramiento de uno de sus amigos por una chica que apuntaba maneras de zorra, en hacer ver que le gustaban las chicas cuando la única persona que venía a su mente era Minseok y en estudiar duro para un día poder reunirse con él, mientras tenía preguntas de '' cómo saber que lo que se siente es amor y no amistad '' y cosas por el estilo.
Bueno, para eso estaban sus padres o alguna de las criadas.
En todo caso, la vida de Luhan era buena, aunque llena de falsedades en la escuela, Luhan no podía quejarse.
Nuestro Luhan de adolescente jejejeje
Bueno espero que el capitulo les gustara y si le dan mucho amor en un par de días les subo el siguiente capitulo, así que ya saben a comentar y dar sus votos XD
Un fuerte abrazo y sean traviesas/traviesos
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Ese monstruo que yo amo (XiuHan, LuMin)
Fiksi PenggemarMinseok era un niño prodigio, un genio de la música, y sus padres aprovecharon eso para crear al niño perfecto, viviendo del dinero que producía, sin amarlo realmente, dándole una miserable vida a un ser inocente. Luhan es un niño de familia adinera...