Parte 25

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Mediante fueron pasando los días, Minseok comenzó a conocer en más profundidad a Luhan, quizás porque este siempre estaba pegado a su persona, quizás porque Minseok en su afán por saber más del chino comenzó a ver y comprender determinados gestos de Luhan o quizás por las dos cosas; el caso era, Minseok comenzó a entender ciertos aspectos del chino.

Para empezar, era un pervertido de mucho cuidado. La primera vez que estuvieron juntos, nada más declararse, la primera ronda donde perdieron sus virginidades, fue hermosa, lenta y llena de amor, pero la segunda que le siguió fue pura lujuria, sexo desenfrenado, pasiones desatadas en fuertes embestidas y gritos de placer. Por supuesto, no había día que no tuvieran relaciones sexuales. Si era un día de esos tranquilos, lo más seguro fuera que terminara empotrado contra la pared o la mesa de la cocina siendo follado duro por Luhan, pero en aquellos días agotadores, lo más seguro fuera que en la cama, o en la ducha, el sexo fuera más bien lento, harmonioso y pasional, más como hacer el amor.

En cualquier caso, Luhan era un pervertido que siempre estaba tocándole el trasero, susurrándole cosas sucias y entrando en la ducha siempre que se duchaba – habiéndole rebelado que le espiaba siempre que se duchaba antes de ser pareja –.

Para continuar, Luhan era posesivo, quizás demasiado, pero a Minseok no le importaba demasiado ese aspecto. Tener a Luhan siempre a su lado, aunque fuera asegurándose de que nadie le tocara, le era acogedor y hermoso. Luhan siempre estaba ahí, a su lado, apoyándole o detrás, abrazándole por la espalda.

Minseok notó como, cuando alguien se acercaba demasiado a él, Luhan apretaba el abrazo alrededor de él; era un hecho que comprobó Minseok varias veces en esos días.

Por si fuera poco, Luhan resultó ser muy celoso, lo notaba siempre que alguien a sus espaldas hablaba de Minseok de manera sexual, siempre que Minseok sabía que alguien tenía dobles intenciones, Luhan lo había escuchado o notado antes y se alteraba, aunque Minseok parecía poder controlar, de momento, esos ataques de celos abrazándole, susurrándole que le amaba más que a cualquier otra persona y otras tantas cosas.

Pero no eran aspectos malos aunque pudiera parecerlo, para Minseok eso estaba bien mientras estuviera bajo control. Luhan era su todo, y era comprensible si se miraba de manera lógica. Minseok odiaba el mundo donde vivía, odiaba la música, cantar para tantas personas; en general, odiaba el mundo donde le metieron sus padres, pero ya no lo odiaba tanto desde que Luhan estaba ahí. Luhan fue esa pequeña luz a la que se aferró en medio de tanta oscuridad, Luhan fue la persona que consiguió que no fuera por un mal camino.

Luhan lo era todo.

Luhan tenía, en la relación, sus cosas buenas. Era atento, quizás demasiado, siempre se aseguraba que Minseok estuviera bien, que estuviera bien alimentado; era romántico, quizás no siempre, pero había demostrado poder serlo aprendiendo a cocinar un plato chino solo para Minseok cuando cumplieron un mes juntos, le susurró muchas veces cuanto lo amaba, cogido de su mano, con su intensa mirada en su persona y después le hizo el amor lento y con mucho amor en el ambiente.

Vale, había citas más románticas que esa, pero viniendo de una persona rica, que no sabía limpiar, cocinar o hacer tareas del hogar en general, ya era mucho detalle en realidad.

En todo caso, después de dos meses de relación, Minseok era muy feliz. Se notaba en la distancia la felicidad de la princesa de hielo, que si bien seguía inaccesible para el resto del mundo, cuando estaba Luhan a su lado era todo sonrisas, sonrojos y brillo. Ni Luhan ni él se escondieron jamás en la empresa, mucho menos Luhan que besaba a Minseok estuviera donde estuviera salvo en lugares donde fans pudieran verles.

La carrera de Minseok como cantante iba bien, pero recientemente había comenzado un proyecto como actor en una película donde sería el protagonista principal. Luhan se encargó de hablar con Minseok sobre las ofertas en diferentes películas, descartando una romántica con beso porque Luhan se negaba a que esos labios fueran besados por los de alguien más, y aceptando una de drama y misterio.

Minseok estuvo de acuerdo.

-Lu Ge –Le llamó Minseok. Recientemente le decía de esa manera –Vamos, Lu Ge, no puedo llegar tarde al rodaje de la película.

-Claro, ahora voy, espera.

Luhan, agachado en el suelo, buscó su pulsera, aquella que le regaló Minseok hacía dos años de un gatito en su cumpleaños. Por alguna razón, se le había caído en el suelo y ahora no la encontraba.

-¿No la encuentras?

-No, lo siento –Se disculpó el chino algo apenado, esa pulsera le encantaba porque se la dio Minseok –Luego, cuando volvamos, la seguiré buscando, no puedes llegar tarde.

-Lu Ge, no estés triste, seguro que aparece –Le animó con una sonrisa y un casto beso en sus labios, Luhan sonrió.

-Minseok, eso no es un beso.

Luhan le cogió de la cintura y le besó con lengua incluida, haciendo que Minseok jadeara de sorpresa y placer pero rápidamente correspondió, sujetándose agarrando los hombros del mayor, pegando más su cuerpo al de Luhan y cerrando sus ojos. Cuando se separaron, ambos sonrieron.

-Eso es un beso.

-Lu Ge pervertido –Dijo riendo –Vamos, mánager.

-Me encanta cuando me dices así, suena erótico.

Minseok, avergonzado, rió y corrió hacia el coche de Luhan, que recién se sacó el carnet de conducir, siendo seguido por el chino quien se colocó en el asiento del conductor comenzando el camino hacia el lugar de rodaje de la película a la cual, calculaban, solo le quedaban unos días para acabar completamente de ser rodada después de un mes entero teniendo que ir al mismo lugar.

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Bueno espero que les gustara el capi, ya va quedando menos para terminar, aunque no puedo decir exactamente cuanto XD.

Un abrazo de oso para todos.

Ese monstruo que yo amo (XiuHan, LuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora