Ese monstruo que yo amo (XiuHan, LuMin)

Parte 28

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Unos días después, otra escena de celos sucedió entre Luhan y Minseok. No fue algo demasiado fuera de lo normal, pero por alguna razón Luhan reaccionó muy mal. Estando en la casa de los padres de Luhan, Minseok pensó que nada pasaría, que Luhan descansaría y podrían bajar esas escenas de celos, pero jamás supo que Luhan tendría celos de su propio hermano, Sehun.

Sucedió el 28 de diciembre, pocos días antes de año nuevo, cuando Sehun comenzó a mostrarse un poco más cariñoso con él de lo normal, más motivado porque tenía unas décimas de fiebre que por ser cariñoso, pero Luhan pareció no entender ese detalle y estuvo muy disgustado con la escena delante de sus ojos, una escena que sería tierna a ojos de cualquiera menor de Luhan, porque no pensaba que Sehun solo tenía doce años y era normal que se volverá cariñoso cuando estaba enfermo, porque quería que le atendieran, y que Minseok, por su amable naturaleza, le cuidara y le prestara algo más de atención.

Nadie más que Sehun, que lo escuchó todo debido a la cercanía de su habitación a la de Minseok, supo que pasó esa noche en la habitación de Luhan. Sexo, gritos de placer y gritos de '' eres mío, solo mío, dilo, grítalo, que se enteren todos '' junto con las respuestas de Minseok de '' tuyo, todo tuyo, en cuerpo y alma, Luhan, tuyo ''.

Ahí Sehun comprobó más cerca que nunca que la obsesión de Luhan hacia Minseok no era una broma.

Minseok, por otra parte, no entendió porque Luhan se puso así, después de todo solo era su hermano y estaba enfermo. Minseok, tonto, no entendía la verdad. Quizás debieron de darle pistas la cantidad de objetos suyos en aquella habitación, quizás debieron de darle pistas las escenas de celos y la desesperación de Luhan para que Minseok reconociera ser suyo.

Minseok jamás entendió, pero lo dejó pasar hasta que, días después de volver de casa de los padres de Luhan, algo más grave sucedió, algo que de verdad asustó a Minseok. Normalmente, las veces que Luhan le poseía por celos las disfrutaba muchísimo, algo así como sexo desenfrenado pero siempre preparándole, sin embargo, aquella vez fue diferente.

Todo fue diferente.

El motivo no fue simple, fue algo que en realidad Minseok pudo entender. Un chico le estaba coqueteando abiertamente, proponiéndole incluso un encuentro sexual y un Minseok sonrojado le negaba los intentos. Habría usado su mirada de hielo, pero no funcionó con ese chico. Aquello fue visto, por supuesto, por Luhan que golpeó al chico que intentaba coquetear con él. Minseok, con horror, comprobó como Luhan daba golpe tras golpe, dejándolo inconsciente y podría haberlo matado de no ser porque intervino corriendo.

Aun así, tomado por Luhan como que lo defendía, cogió a Minseok y lo metió en el coche a la fuerza, sacándolo del edificio de la empresa, y por mucho que Minseok protestó, Luhan no le habló, no le quiso escuchar. Le ignoró.

Cuando llegaron a casa, Luhan lo sacó con la misma fuerza, lo estampó contra la pared y quitándole apenas los pantalones y la ropa interior, sin decir nada, le poseyó.

Sin preparación, sin toques iniciales, sin besos y juegos previos, sin te amor y susurros de amor, sin '' eres mío '' de por medio. Al contrario, con estocadas duras, fuertes que hacían gritar a Minseok de dolor, solo dolor, y llorar porque no entendía nada, con sus manos apresadas por Luhan dejándole sin posibilidad de escapar, y cuando Luhan se corrió, alcanzando el orgasmo, con mirada seria le soltó.

'' Eres mío, que no se te olvide ''

Minseok no se pudo mover en dos días apenas, y en esos dos días no dejó que Luhan le tocara, asustado y sin entender que hizo mal, porque él solo quiso evitar que Luhan se convirtiera en un asesino, porque él detuvo a ese chico sus intentos, pero aun así pagó las consecuencias.

Y Luhan, cuando razono, se arrodilló delante de él llorando por un perdón, porque entendió que se pasó, que se dejó llevar, pero fue sincero y jamás prometió no volverlo hacer, porque ambos eran conscientes que Luhan podría hacerlo de nuevo si entraba en locura otra vez.

Cuando se recuperó, en su inocencia pensó, quizás solo estaba estresado.

Ah, Minseok, inocente, que no acababa de entender la realidad detrás de Luhan, pero que pronto lo descubriría.

¿Qué haría, entonces, nuestro Minseok, cuyo mundo entero era Luhan aun con lo que había pasado?