Parte 27

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Para navidad, Luhan le propuso a Minseok un plan que le puso nervioso, pero que Minseok pensó que si quería ir de verdad en serio, debía de suceder tarde o temprano y que indicaba que tan en serio iba Luhan. El plan del mayor era simple, ir y celebrar la navidad con su familia, en la mansión, conocerles y presentarle formalmente.

Minseok, nervioso, aceptó. Le dijo que él no podría hacer lo mismo porque por alguna razón, sus padres se cambiaron de teléfono y hacía muchos meses que no sabía nada de ellos, sin notar la ligera tensión en Luhan. Aclarando que no pasaba nada, que si viera a sus padres lo más seguro les golpeara haciendo reír a Minseok, quedaron con eso.

Luhan llamó a sus padres pocos días antes de navidad para avisarles del plan, y no se sorprendieron del hecho de Luhan habiendo conseguido a Minseok, sabiendo que tarde o temprano eso pasaría – o queriendo que pasara por el bien de todos al negarse a encerrarlo en su momento –.

Por eso, ese veintitrés de diciembre, Minseok estaba en el coche de Luhan medio dormido viajando por la noche hacia la casa de los padres de Luhan, donde se quedarían hasta año nuevo – se tomaron unas vacaciones de navidad – y volverían al trabajo. Al principio, estaba muy nervioso, pero Luhan le calmó, nada que hiciera molestaría a sus padres, solo tenía que ser educado.

Era cierto, el mayor era consciente que sus padres no se atreverían a meterse en la relación.

Cuando llegaron, Luhan estacionó el coche en el enorme garaje y despertó a Minseok a base de besos, Minseok despertó con una sonrisa y correspondiendo uno de los tantos besos que recibió de Luhan, quedándose unos minutos en el coche en una hermosa y amorosa sesión de besos y risas hasta que decidieron salir del coche. Luhan tocó la puerta y fue recibido por un chico adolescente, de rostro muy serio y parecido a Luhan.

Minseok pensó, era como una versión pequeña y masculina de su Lu Ge.

-¡Hermano! –Gritó el niño -¡Llegaste!

Aunque su rostro no expresara demasiado, estaba verdaderamente feliz de ver a su hermano de nuevo.

-¿Qué pasa mocoso? ¿Te comportas bien como te dije?

-Claro que sí –Dijo orgulloso –Después de todo seré yo quien herede la empresa.

-Así se dice, mocoso.

-Hola, señor –Saludó Sehun con educación –Debe ser el hyung novio de mi hermano ¿Cierto? Ese del cual tiene una obsesión extraña.

-Sehun...

-Sí, soy Minseok –Saludó -¿Tú eres?

-¡Sehun, de doce años de edad y quien heredará la empresa ya que mi hermano es un incompetente!

-Mocoso...

Entraron dentro de la casa encontrándose con los padres de Luhan, una pareja seria de apariencia pero rostros hermosos que saludaron educadamente cuando estuvieron frente a ellos.

-Encantada, soy la madre de Luhan, él es mi marido. –Saludó. -¿Eres Minseok? Eres más hermoso en persona.

Minseok, sonrojado, sonrió.

-Encantado, sí, soy Minseok, gracias por el alago.

Ella sonrió educadamente y miró a su hijo.

-Poneos cómodos. Luhan, tienes tu habitación tal y como la dejaste, nadie entró en ella así que puede que haya algo de polvo.

-Tranquila, la limpiaré personalmente, si no te importa iremos ahora a mi habitación para dejar el equipaje.

Cuando Minseok entró en la enorme habitación de Luhan, supo que no era broma lo que le dijo Luhan una vez sobre ser su fan desde que era pequeño, puesto que había posters de él de todas las edades, desde pequeño hasta más grande, lleno de revistas donde participaba y demás. Estaba lleno de su cara, eso era incómodo.

-Vaya...

-Lo siento, no mentí cuando dije que siempre he sido tu fan –Dijo Luhan riendo, Minseok sonrió.

-Muy tierno –Dijo.

Abrazó a Luhan cuando dejaron el equipaje en el suelo, aterrizando ambos cuerpos en la cama que una vez perteneció al mayor de ambos. Luhan, debajo del cuerpo de Minseok, sonrió y besó a Minseok con amor, y este correspondió con una sonrisa de lado, feliz de tener en su vida a Luhan, de haberle conocido y de darle la oportunidad de conocerle de verdad, de abrirse a Luhan. Después de otra ronda de besos amorosos y empalagosos, se arreglaron un poco y bajaron al salón de la casa algo más decentes.

La cena fue tranquila, con preguntas a Minseok para conocerle mejor y este las respondió con paciencia y educación, siempre con intervenciones del menor de la familia, Sehun, que siendo un pícaro con sus apenas doce años, alagaba a Minseok con comentarios sutiles sabiendo que ponía de los nervios a Luhan, que mirándole de reojo le avisaba que cuidado con lo que hiciera.

Linda relación de hermanos de amor – odio.

Al día siguiente, Minseok paseó con la madre de Luhan por los centros comerciales comprando los regalos para la familia mientras Sehun y Luhan lo hacían con el padre. La madre quiso conocer personalmente a Minseok, ver si era tan buena persona como parecía por televisión, y aunque no tardó en ver que Xiumin era un papel interpretado, supo que Minseok era realmente de buen corazón y que amaba a su hijo por como hablaba de él.

Era como si Luhan fuera su dios.

Pensar que su hijo, con una obsesión preocupante por aquella hermosa criatura, consiguió enamorarle de aquella intensa manera le hizo sentir extraña. Su hijo debería de estar encerrado, debería de estar en un psiquiátrico, pero su marido se negó porque un Xi no podía estar enfermo, porque traería mala fama a la familia.

Ponía antes el qué dirán que su familia, pero ella en parte lo entendía, era difícil aceptar que su hijo no era tan perfecto como siempre pensaron.

Solo esperaba que Minseok siempre estuviera al lado de Luhan, no deseaba ver a su hijo con sus manos manchadas de sangre por acontecimientos negativos.

Ninguna madre deseaba el mal a sus hijos, ni ella, con todo el poder económico que tenía.

Ese monstruo que yo amo (XiuHan, LuMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora