C. 2 La Liberación

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En la profundidad de aquel bosque Santi permaneció inconsciente, para volverse un profundo sueño, se quedó dormido toda la noche. Hasta qué llegó la mañana siguiente, despertando se sintió adolorido y con frío, el suelo donde permaneció estaba húmedo, pero cubierto de hojas. quizá habían servido como colchón. Lentamente comenzó a reaccionar.

—¿Qué pasó? ¿Todo fue una pesadilla?

Repentinamente escuchó una respuesta a su espalda.

—No

Muy asustado de un salto se puso de pie

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Muy asustado de un salto se puso de pie.

—¡AH! ¿de dónde saliste? —dijo temblorosamente.

—De las sombras, —respondió calmadamente.

En cuanto reconoció a ese sujeto tomó con calma sus palabras, por alguna razón qué no entendía del todo, aquella presencia lo tranquilizaba, de pronto Will rápidamente le mostró una bolsa qué procedió a arrojarle.

—Necesitarás esto.

Revisando la bolsa noto que tenía comida, ya que Santi moría de hambre la aceptó sin dudar, Ambos se sentaron alrededor de lo que parecían restos de una fogata, qué no había sido usada en mucho tiempo. Santi comenzó a comer aunque solo era pan y agua, no tenía forma de quejarse, terminando rápidamente empezó una conversación.

—Qué rayos pasa contigo ¿Qué fue lo que hiciste en ese lugar? ¿Qué pasó con mis compañeros? no puedo creer nada de lo qué está pasando.

Will respondió fríamente.

—olvídalos, ellos no tienen ningún valor.

Santi se veía preocupado pero Will habló nuevamente.

—No le ha pasado nada a los inocentes

Santi procuro hablar con cuidado, ya qué aquel sujeto parecía molestarse con facilidad.

—¿Qué fue lo que pasó ayer? ¿Qué era eso qué los rodeaba? ¿acaso están muertos?

Con cara seria e indiferente Will respondió.

—Es sencillo.

Fijando su mirada hacia un tronco de árbol cortado, repentinamente este fue cubierto por un extraño humo negro, y tan pronto como apareció se desvaneció junto con aquel tronco. Santi se levantó y retrocedió completamente mudo, siendo capaz de sentir aquel poder, no podía creer lo qué acababa de ver. Preguntándole desesperado

—¿Qué es lo que quieres? ¿por qué me buscas?

Con cara seria y mirada fija hacia Santi respondió.

—El tiempo sabe volar, pero se dirige a su muerte, siempre de la misma forma, sin pasado no hay futuro.

—Qué clase de respuesta es esa -dijo Santi sin entender nada.

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