Blaking Doors

Cap.16. A donde vaya el viento

Repentinamente, fuertes palabras condenatorias retumbaron en la habitación, era un discurso, y un rayo de luz se colaba al interior, Santi despertó, aún seguía en aquel mundo extraño, estaba adolorido por dormir en el suelo, y también estaba hambriento.

De pronto noto qué el lugar estaba repleto, era extraño, una gran cantidad de gente estaba en las bancas, o eso creía ver, no quedaba ni un solo espacio libre. Era una reunión temprana, nadie era capaz de verlo, pero Igualmente se levantó preocupado, lentamente trató de salir de aquel lugar, haciendo el menor movimiento posible, afortunadamente sus preocupaciones fueron en vano.

Salió por las puertas sin problemas, se relajó, y procedió a alejarse de la iglesia, buscando un lugar adecuado donde no llamase la atención, encontrando una grieta en la montaña se acercó, y logró salir de ese mundo extraño sin problemas, observo a su alrededor y comenzó a caminar como si nada hubiese pasado, finalmente bajo la montaña caminando, algo qué no le tomó mucho tiempo.

Rápidamente llegó a una colonia, yendo directo a buscar algo de comer, Santi no trajo consigo tanto dinero, lo que era preocupante, pero era lo suficiente para regresar, esto no estaba en sus planes, aun no entendía por qué había hecho eso.

Después de comer algo en un pequeño parque público, fue en dirección a la estación de autobuses, rápidamente compró un boleto de regreso, ya no le quedaba ni una moneda más, él había vaciado su cuenta tiempo atrás, dejando el dinero oculto en su departamento, esto por qué no quería ser rastreado tan fácilmente.

—Solo un poco más, para regresar a casa. —pensó mientras suspiraba.

Mientras esperaba en la fila, se sentía irritado, aturdido y cansado, solo quería llegar a casa, no prestaba atención a su entorno.

Pero en ese momento, percibió algo muy extraño, algo que llamó toda su atención, como si solo hubiese silencio, como si el tiempo fuese más lento. Dirigió su mirada a un muro, qué era lo que llamaba su atención, donde yacía la salida de los autobuses, podía ver un gran terreno árido, lleno de pasto seco, escasos árboles y plantas áridas, también marcados cerros (montañas) a la distancia.

Santi tenía una extraña sensación, algo indescriptible, su corazón latía fuertemente y le temblaban las manos al ver aquel paisaje, quizá eso era lo qué él estaba buscando, pero en ese momento llegó el autobús.

Sin embargo se quedó quieto, él no sabía qué hacer, entonces la fila detrás de él comenzó a avanzar, haciéndolo a un lado, aquel autobús se llenó y muy pronto partió, Santi perdió el autobús, ya no le sería nada fácil regresar, pero él no estaba preocupado, estaba centrado solo en lo qué sus ojos trataban de ver.

Tembloroso se movió, saliendo de la fila vacía, y en el primer lugar despejado que encontró, desapareció, caminaba con la mente en blanco, comenzó a salir de la estación en dirección a ese árido paisaje, preocupado de qué no llegara o saliera algún camión, en ese misterioso mundo el sol no le calaba, se dirigió hacia lo qué parecía ser una seca vegetación, camino y camino hasta que ya no pudo ver la estación, tampoco había más carreteras, ni ningún rastro de civilización. Un pensamiento no lo dejaba tranquilo.

—¿Qué es? ¿Qué me está llamando?

Cuando menos se dio cuenta, estaba completamente solo, a mitad de la nada, sacó su teléfono para ver la hora, sin embargo este ya estaba descargado.

Tratando de salir de ese transe regreso al mundo normal, ahora podía apreciar mejor el entorno, el pasto seco le llegaba hasta las rodillas y se le impregnaba en la ropa, el viento seco soplaba suavemente, el sol de era muy intenso, los cerros le cerraban la vista, sin importar a donde viese, estaba perdido, también estaba cansado de tanto caminar, sin embargo, sentía una inexplicable alegría, se quedó quieto unos momentos y, se echó al suelo, algo qué él nunca haría, mientras contemplaba el cielo exclamó unas frase llena de alegría.