Cap.10. La primera atrocidad

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Aunque sabia qué podía ser una trampa avanzó sin vacilar, ya había oscurecido y la luz pública no iluminaba lo suficiente, en ese extraño mundo él era como un fantasma, se preguntaba si la gente normal podría llegar a verlo, y si así fuera qué es lo qué verían, iba directo a un lugar, el origen de su actual sufrimiento, que se alejaba cada vez más, mientras observaba a sus alrededores, tratando de divisar al sujeto sospechoso, aunque no estaba seguro si podría reconocerlo en ese extraño lugar.

Pronto se alejó de la colonia, ya no reconocía las calles, aquel lugar era una zona residencial, las casas tenían una mayor porción de terreno, la sensación de peligro se hacia mas fuerte, notando lo que parecía ser un campo seco, con una casa en el centro, aquel terreno era 4 veces mayor a los otros, además estaba protegido con vallas de alambre desgastadas, era extraño, parecía estar abandonado. Santi noto que el origen de aquel mal yacía en esa casa, se mantenía serio y era capaz de manejar su dolor.

—Es aquí, debe ser en ese lugar.

Se agacho tratando de ser discreto, estaba seguro de qué aquel ser ya sabía de él, entró por una rotura en la reja, estaba algo molesto. Se preguntaba porque esta clase de cosas ocurren tan cercanas a él. Comenzó a avanzar atravesando el campo, la hierba era un poco alta, pero la atravesaba sin problemas, tocaba la hierba con su mano, hasta que llegó a la casa, la luz pública no llegaba a la casa, estaba muy oscuro y esto empeoraba aún más ese lugar.

—Ya no puedo ver nada.

Tomando una decisión potencialmente peligrosa, decidió salir de aquel mundo, revisó que nadie moraba por los alrededores, de todas formas sabía qué no estaba protegido contra eso. Sus dudas de que él era el causante de todo disminuían, además podía sentir que algo en la casa lo llamaba. regreso al mundo normal y rápidamente reviso que nadie estuviese mirando.

—Mucho mejor.

Aquel campo tenía hierba en proceso de marchitarse, y no faltaban las tenaces malas hierbas, sigiloso se acercó a la entrada de la casa.

—Espero que no salga de la nada.

Aquella casa grande era de 3 pisos, sin embargo podía ver qué no estaba completa, era un obra abandonada, las ventanas estaban rotas, el interior tenía marcas de vandalismo, no había ninguna iluminación a parte de la luz de la luna, la cual entraba por las ventanas, viendo a donde se supondría qué hubiera una puerta, decidió entrar discretamente.

—No hay nada en la entrada.

Los muros estaban agrietados y rayados. parecía que incluso habían encendido una fogata en su interior, comenzó a revisar la primera planta la cual tenía una sala, dos cuartos y una cocina, o eso parecían.

—Huele a podrido.

Había restos de basura y mantas sucias, claramente alguien estaba usando el lugar como refugio. le parecía extraño.

—¿Él vive así?

Algo no le cuadraba del todo, ya qué el sujeto qué enfrentó días atrás, no tenía para nada la apariencia de un vagabundo, Incluso podría llamarlo de clase media. Terminando de revisar el primer piso, no encontró nada. por lo que comenzó a subir las escaleras lentamente. Algunos escalones estaban rotos.

—Todo está viejo y abandonado. ¿por qué eligió este lugar?

Sus pisadas hacían rechinar el acero en los escalones por lo que tuvo que caminar con más cuidado. El ambiente se volvía más pesado y su dolor de cabeza iba en aumento.

—¿Me habrá descubierto?

Pero a estas alturas ya nada lo va a detener. En el segundo piso había 4 cuartos, de los cuales 2 estaban incompletos, la tenue luz de luna entraba por las ventanas y los muros faltantes, podía ver que todo estaba lleno de grafitis. De alguna manera intuyo qué tampoco encontraría nada.

Blaking DoorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora