Capítulo 15.

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NICOLÁS

Mi vida es una mierda.

¿Por qué la dejé ir?

Quería ser bueno, quería ser noble, quería darle lo que ella necesitaba. 

Al demonio. Yo no soy ninguna de esas cosas. Toda mi vida fui un miserable egoísta, el único que me importaba era el peque y él ya no esta. 

Pero esta ella. O estaba.

Sarah.

Maldición, ¿por qué no podía simplemente odiarla como al principio?

La extraño tanto todo el tiempo que en mi vida se ha vuelto todo en torno a ella. Voy a algunos lugares para olvidar a Sarah. No voy a algunos lugares para no ver a Sarah. Hago algunas cosas para no pensar en Sarah.

Es patético. Soy patético. Ella ya debe haberme olvidado. Han pasado dos meses desde que estacionó su auto en la puerta de mi casa luciendo... guau, luciendo como lucia. Venía de una cita, con algún idiota que no pudo llegar a impresionarla lo suficiente. O al menos eso esperaba. Fue solo una primera cita, y aunque traté de sonar todo lo confiado que pude esa noche, a pesar de que ella estaba allí, conmigo, y no en su casa con él, eso no significa nada realmente. Podría estar en su casa ahora, por lo que yo sabía.

Mi vista cae inmediatamente en mi teléfono sobre la mesa, rápidamente tomo mi cerveza y le doy un trago. Porque todo lo que hago es entorno a ella, para evitarla. Sarah es una tentación constante. 

-Oye, amigo, tómalo con calma. - Mike se ríe y toma su propia cerveza. 

El es uno de mis compañeros de casa. Vivo con él y su hermano mayor Pike, quien es uno de mis compañeros en el trabajo. Son buena gente.  Ninguno de ellos dudó en abrirme la puerta de su casa cuando llegué por la noche después de tomar una de las decisiones más impulsivas de mi vida. Ninguno de ellos hizo preguntas tampoco. Bueno, Mike como que quería, pero Pike lo silenció con una mirada. 

Vivir con ellos no es un problema para ninguno de nosotros. Cada quien paga sus cuentas y nos dividimos los gastos como el alquiler, nadie me pidió el dinero, pero no iba a vivir de su generosidad por siempre. Además, tengo suficiente con mi trabajo. Podría incluso pensar en mudarme por mi cuenta, pero no creo que tanto silencio le haga bien a mi salud mental. Por otro lado esta casa siempre esta vibrando con energía. 

Mike suele traer a sus amigos a la casa, fuman hierba y beben hasta caer inconscientes, y a nadie parece molestarle salvo a la novia de Pike, Rachelle, es una pequeña mujer con el rostro suave de una niña pero no hay nada suave en ella. Tiene mucho carácter, esa es una cosa que me gusta de ella, me recuerda un poco a Sarah, pero no. Es diferente. Rachelle grita para hacerse escuchar y tú la obedeces porque instintivamente porque nunca podrías esperar esa actitud de alguien tan pequeño e inocente. Sarah no necesita gritar para hacerse oír, ella no luce tierna e inocente, ella no parece dócil en ningún momento. Cuando Sarah susurra una orden, resuena más fuerte que cualquier grito. 

-Necesito otra de estas. - Le digo a Mike y camino hacia la nevera. 

Hay una pareja besándose en la esquina de la cocina, así que me muevo al rededor de ellos y voy a mi asunto. 

La casa esta abarrotada de personas por todos lados y la música suena tan fuerte que estoy sorprendido que aún no haya aparecido la policía. Pike esta en casa de Rachelle, por lo que ella no vendrá a gritarnos, lo cual es un alivio. 

Tengo tantas ganas de llamar a Sarah. Han pasado dos semanas desde la última vez que hablamos por teléfono. Dos meses desde la última vez que la vi en persona. No tengo ninguna excusa para vernos. No necesito dinero, no necesito un favor, no necesito fingir que tendremos una cena familiar. Definitivamente no necesito eso último. 

EdipoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora