Cuauhtémoc se sirvió un trago de vino, dejándose caer pesadamente en su sofá con vaso en mano dispuesto a brindar en la soledad de su pieza. Además, escuchaba "Gloomy Sunday" a todo
volumen, para así poder sacar toda la tristeza contenida, la rabia mal controlada y las ideas depresivas.Al final, todo esto le ayudaría a tomar el control de sus acciones y relajarse. Especialmente con el sabor dulce del vino añejo, cortesía de su adorado padre.
- Feliz aniversario, Aristóteles - brindó a la nada con una sonrisa lastimera.
Aristóteles Córcega Castañeda. El amor de su vida, el padre de su única hija y el dueño de todas sus lágrimas. Llevaba su nombre tatuado en su corazón y en su brazo.
El hombre que aparecía en portadas de revistas reconocidas, realizaba propaganda y campañas para apoyar a la comunidad, que orgullosamente gritaba a los vientos ser parte.
Siempre del brazo de su hija, la hija que sólo veía a él como una figura paterna, un ejemplo a
seguir.La misma persona que destruyó su vida con tres simples palabras: quiero el divorcio.
- Señor, no tiene que sufrir por alguien así - escuchó vagamente la voz de Zury.
Se limpió de manera brusca sus lágrimas y se levantó para encararlo, dispuesto a
desquitarse con su estúpido asistente.
- ¿Cómo es que entraste aquí? ¡¿Qué estás haciendo aquí exactamente?¡Explícate. Zasho!
- Por la única razón que usted me hubiese permitido hacerlo, Señor - dijo MVviéndole con sincera preocupación-. Se trata de sus padres Don Pancho y Doña Susana... Sufrieron un accidente de camino a la casa de Cuernavaca.
Él parpadeó, confundido, mientras Zury lo ayudaba a sentarse de nueva cuenta. Le ayudó con una sonrisa reconfortante, de esas dedicadas a tranquilizarte, pero sólo provocaban un sabor realmente amargo en su boca. Por el otro lado, la canción todavía sonando. Sintió los brazos de Zasho rodearle, acunando su rostro contra su pecho. Extrañamente, eso calmó sólo un poco su caos interior.
- Cancelé todas sus citas de mañana y preparé todo para que pueda ir mañana
mismo a Cuernavaca -informó, levantando de manera delicada su rostro.
- Por primera vez, señor, su familia debe ser una prioridad, porque quizás sea la última vez que pueda estar con ella.
Él soltó una risa ácida e irónica, apartándose de manera brusca de su reconfortante agarre. Se llevó consigo la botella de vino y apagó de una maldita vez la música. Se encerró en la primera habitación que encontró para ahogar sus penas en licor, olvidándose por un momento del rubor que cubría sus mejillas o el golpeteo errático de su corazón. Se sintió de esa específica manera, después de tanto tiempo.
- A lo mejor no todo está perdido.
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Qué poquito nos duro el amor [ARISTEMO/ZUMITO]
FanficCuahutémoc Lopéz y Aristotéles Corcega se casaron jóvenes, se arriesgaron a formar una familia en tan poco tiempo. Enfrentaron difíciles situaciones que pusieron fin a su burbuja de felicidad teniendo como único lazo a una hija. ¿El corazón nunca s...