Momento Zumito

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Un simple detalle,
lo cambia todo.

~•~

-¿Está seguro que no desea que llamé a su chófer? - Cuestionó Zury preocupado.

-No, prefiero cambiar un poco. -Dijo con simpleza saliendo del elevador. -Vete a casa y descansa, Zasho. Mañana será un día de locos.

-Como usted diga. - Se despidió con una sonrisa resplandece que como siempre él ignoró.


Él salió de las instalaciones de Avon con un semblante serio, y una aura depresiva a su alrededor que aplastaba con solo una simple mirada a cualquiera que deseara perturbar su caminata monótona.


-¡Señor esperé un momento!


Cuahutémoc encaró con indisimulada molestia hacía su joven e inexperto asistente quién traía entre sus sudorosas manos un pequeño paquete con envoltorio amarillo junto con un enorme moño blanco.

-¿Qué es eso?


-Yo...¡Feliz cumpleaños señor!

Abrió sus ojos con sorpresa, un leve rubor cubrió sus mejillas cuando Zasho lo abrazó o eso quiso hacer antes de retirarse corriendo con las mejillas encendidas cual semáforos hasta su coche dejándolo solo a mitad del estacionamiento con un pequeño presente en sus temblorosas manos.

-...¿Gracias?

~•~

Arrojó el presente a su escritorio mientras se aflojaba la corbata que aprisionaba su cuello, botó el saco y se dejó caer en su sofá frente a la lujosa vista de su televisor abriendo una de las latas de cerveza para revisar los preparativos de la fiesta de su malcriada hija.

"Zury sabe más de esto que yo."


Ese pensamiento lo hizo sonreír de manera dolorosa mientras recordaba esa sensación desagradable que tiñó sus mejillas de color melocotón con una mueca, "¿desde hace cuánto no sentía eso?" Miró de reojo ese insignificante presente que significaba más que un regalo material para él sino el hecho de que incluso él pasaba desapercibido su propio cumpleaños.

Bebió de un solo tragó el amargo líquido marrón antes de aplastarlo.

"Zury"


Él mas torpe, y servicial asistente que haya podido tener siempre sacándolo de quicio con su "Señor" o su manía de hacerle recordar lo jodido que realmente estaba por situaciones así deseaba nunca haber aceptado sustituir a Enzo en la Presidencia y quizás ahora estaría acurrucado con su ex-marido y no llorando en silencio mientras bebía en la soledad de su lujoso departamento.

"Todo esto es tu maldita culpa."


Su celular sonó sacándolo de sus depresivos pensamientos que solían rondarlo seguido en la soledad que el mismo se había confinado a estar soltando una risa hueca al ver el nombre del dueño de sus lágrimas en la pantalla del celular.

"Fue tuya, solo tuya por ser tan malditamente estúpido."



~•~

Gracias a Zury tenemos esta historia. De hecho, solo iba a hacer este pequeño escrito y ya pero luego ¡bom!

Qué se me ocurre oír Mumford & Sons y surgió esta loca idea xd

Estamos a unos cuantos capítulos de acabarse, chicas :3

Qué poquito nos duro el amor [ARISTEMO/ZUMITO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora