Todo lo que descubrí de Xavier- lo que hace cuando nadie lo ve, el rostro que oculta bajo ese máscara de inocencia- empezó en una fiesta. Habíamos acudido juntos y a mí todavía me rodeaba un aura de tonta felicidad, esa que te obliga a sonreír en todo momento y no te deja pensar claro. En un momento dado nos separamos y cuando volví con él estaba besandose con otra. Ok, quizás no sea el termino adecuado: más bien una chica estaba besándolo. Porque puedo decir infinidad de cosas malas de Xavier, pero no es infiel, jamás me puso el cuerno aún cuando tenía muchas opciones con las cuales hacerlo. Alcance a ver como él se alejó y la reprendió, pero no puse mucha atención a esto. Sólo me comporte como una niña y salí disparada de ahí, las lágrimas empezando a brotar amargas y saladas. Recuerdo la voz de Xavier, tan hermosa en ese tiempo para mí, gritar mi nombre, sin poder alcanzarme. Yo corrí hasta que los tacones me empezaron a molestar y mis pies gimieron de dolor. Así que me detuve y me deje caer en una mesa abandonada, llena de vasos tirados y bebidas derramadas. Tenía el rostro húmedo y el maquillaje corrido, pero nadie a mi alrededor parecía notarlo, cada quien estaba sumido en sus propios asuntos. Excepto un chico, Leonel- a Sam no le gustan mucho las fiestas, además nunca le agradó Xavier así que raramente nos acompañaba a algún lado-, que me vio y se sentó a mi lado como si nada, no dijo ni hizo nada, se limitó a quedarse ahí.
-¿Hola?- dije porque la situación era demasiado extraña como para decir algo inteligente.
-Hola.
No sé muy bien como, pero terminamos presentándonos y platicando agradablemente. Leo tuvo incluso la delicadeza de no preguntarme porque lloraba, pero aún así se lo dije.
-Vaya- fue lo único que dijo-. ¿Quieres bailar?- me ofreció después de un rato.
Acepte, pero sólo una canción y únicamente porque estaba enojada, triste y sola.
-Tengo que buscar a Xavier.
-Esta bien- no me detuvo, simplemente se despidió y volvió a sentarse en el lugar donde estábamos antes, aparentemente sumido en sus propios pensamientos.
Me puse a buscar frenéticamente a Xavier. No sabía de donde salían esas repentinas ganas de encontrarlo. Cuando lo hice me asuste: estaba sentado en una esquina, rodeado de sombras y con un encendedor en una mano. A veces, en sueños, aún soy capaz de verlo ahí, entre la oscuridad, rozando el pulgar contra la ruedecilla del encendedor. Y el sonido y la espontánea llama que duraba sólo un segundo antes de volver a sumir todo en penumbra. Ambos están muy presentes en la mayoría de mis sueños.
-¿Xavier?- titubee porque nunca lo había visto así, tan escalofriante. En ese tiempo sólo era mi tierno y lindo novio que nunca haría nada para lastimarme a mí ni a nadie.
Que ingenua.
-Violet.
-¿Podemos irnos?
-Aja. Pero antes hay que encargarnos de unos asuntos.
-¿Qué asuntos?- nunca debí preguntar, lo supe en cuanto las palabras salieron de mi boca.
Aún se me revuelve el estómago al pensar que esa se convirtió en la peor noche de sus cortas vidas para dos chicos: Becka, la que había besado a Xavier, y lamentablemente también para Leo. Xavier nos había visto bailar y eso no se lo iba a perdonar. Porque dentro de su retorcida mente se le ocurrió que Leonel me había obligado a bailar con él, forzadome con amenazas y golpes. No sé de donde sacó eso, la cosa es que en verdad se lo creía.
Yo no quería ayudar, pero él me obligo. Lo repito; era una chica estúpida muy, muy enamorada de un chico que a todos los ojos lucía como un ángel y lo sigue siendo para la mayoría. Así que no podía decirle no a nada. Tenía miedo de perderlo, me siento como una total estúpida al recordar como no le temía a él sino a que se alejará de mí. Ahora solo deseo todo lo contrario.
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CPS(Comento Para Saber)
RomanceVi siempre ha pensado que la preparatoria es un buen lugar para enamorarse, ¿por qué no? Y sobretodo es un buen momento para olvidarse de su psicópata ex novio. Sin embargo, Loan, un enigmático chico lector, no se encuentra en su instituto, de hech...