Sentimientos que no se van

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Crying. Aerosmith.

Son de las primeras dos cosas que soy consciente, aunque no consigo hacer que coincidan. ¿Qué tienen en común? No lo sé, estoy demasiado dormida para averiguarlo.

La canción sigue sonando, entonces caigo en la cuenta. Crying de Aerosmith es mi tono de llamada especial para Sam.

Tanteo mis bolsillo en busca de mi celular.

-Hum... contesta- gime Sam a mi lado.

Es hasta oír su voz que me percato de un detalle que no encaja: es el tono de llamada de Sam, pero no de su nuevo número, sino del viejo, del que le robaron. Además mi amigo se encuentra aún medio dormido a mi lado, así que realmente no tienen ningún sentido que me esté llamando. Cuando alcanzo mi teléfono, éste ha dejado de sonar y justo va entrando un mensaje. Lo abro.

"C"

Eso es todo lo que dice. Una simple "c" y nada más.

-¿Qué pasa?- a mi lado, Sam empieza a despertarse.

Mi primer instinto es decirle que no pasa nada, que esta todo bien. Pero esto también lo involucra y tiene derecho a saberlo. Así que le enseño la pantalla de mi celular. Su ceño se frunce de inmediato.

-¿Tienes idea de que puede significar?

-Para nada.

-Violet, sé que no me quieres contar nada- dice con la mirada aún fija en el extraño mensaje, evitando mirarme-. Y ya te dije que respeto eso, pero estoy dispuesto a averiguar que pasa si eso te afecta.

-No quiero que...

-¿Qué me involucre?- me corta con frialdad antes de clavarme una mirada profunda, como si quisiera observar mi interior-. Ya estoy involucrado. Eso no me importa: lo que me importa eres tú. No quiero que te pase nada.

-Estoy bien- replico con brusquedad, bajando la vista para no cruzarme con la suya.

-¿Te llevo a tu casa? Dan debe estar ya allí.

-Aja.

El resto del camino es tenso. En estas dos semanas hemos tenido más momentos tensos que en todo lo que va de nuestra amistad. Sé que Sam esta sumamente preocupado y que todo esto lo incluye ahora a él, pero no quiero decirle, tengo que evitar contarle lo que pasa durante el mayor tiempo posible. Me siento con la obligación de protegerlo: Xavier lo acosa por mi culpa, así que tengo que ser yo quien evite que algo malo le pase.

Me despido vagamente de Sam al llegar a mi casa. Me sienta pésimo que un día tan bueno haya terminado así. Tenía la esperanza de que las cosas volvieran a la normalidad. Ahora veo que el destino es más caprichoso que eso.

Como Sam predijo, Dan ya está en la casa, vagando por ahí sin hacer nada.

-Oí que Sam y tú se cayeron a la presa- dice sin mirarme y de pasada, como si fuera algo que sucediera a diario.

-Sólo al río.

-Mamá llamó: no llegara a comer.

-Vaya sorpresa- suspiro.

-Alimentame, tengo hambre- sé me acerca con ojos de cachorrito mientras me jala por la manga.

Ruedo los ojos. Cuando se trata de quien manda cuando mamá no esta, Dan se niega a hacerme caso porque soy sólo un año mayor; cosa que no sucede a la hora de comer: mi año de más me otorga la obligación de cocinar para mi hermano.

-Tengo mejores cosas que hacer que darte de comer. Hay cereal y leche: sírvete.

-Soy un hombre- se queja en un tono lastimero que no resulta muy masculino-. Necesito proteínas.

CPS(Comento Para Saber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora