Al más puro estilo de Xavier Sciolla

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Mi corazón da un vuelco instantáneo. Apenas estoy desbloqueando mi celular para responderle cuando me llega otro mensaje de Loan.

"¿Estas ahí?" 

"Aja" escribo con dedos temblorosos.

"Que bien porque ansiaba hablar contigo".

Asdfghfd por fin entiendo esa frase, ese sentimiento que te provoca que alguien te diga algo así. Una sonrisa se abre paso instantáneamente por mi rostro.

"Así que" escribo yo "ya sabes cuando vernos".

"Tengo todo preparado".

Me la paso como una hora sentada en los escalones de entrada de la casa de Sam, usando su wi-fi para definir los detalles con Loan. Cuando dijo que lo tenía todo preparado hablaba enserio. No sólo quedamos un día específico, sino hasta lugar y hora.

"¿cómo podré reconocerte si nunca te he visto?" inquiero.

"Tengo fotos".

"No es lo mismo" me quejo "y si te confundo?" pregunto a pesar de que sería imposible: no siempre se encuentran chicos como él por allí.

"Que propones entonces?".

"¿Tienes skype?".

"¿Quieres hacer una video llamada?" 

"No, quiero hablarte de los peligros del internet" casi puedo verlo poner los ojos en blanco. "Obvio si, quiero conocerte".

"Tendrás que esperar porque ahora mismo tengo que salir".

"Porque justo ahora?" me quejo.

"Lo siento 😓 te prometo que mañana la haremos vale?".

"Ok" acepto a regañadientes.

"No te enojes, ya lo prometí".

"No estoy enojada".

"Vale, te creo. Hablamos mañana 😘 descansa^^.

Desconectado.

No contesto, siento que no tiene mucho sentido hacerlo. Simplemente bloqueó mi celular y me levanto. Tengo las piernas entumidas por el frío y por la posición rígida en la que me mantuve durante toda la conversación. Doy unos cuantos saltitos para relajarlas y me pongo en camino.

En cuanto el mundo perfecto que encierra el internet desaparece, la realidad me golpea con más fuerza de la habitual: llevo una hora aquí sentada y ni señales de vida de la familia Wessel. Marcó el número de Sam. Nada.

MALDICIÓN.

Camino a casa, dando brincos ocasionales que me deben hacer parecer como una loca, pero que me mantienen caliente. Cuando llego a casa, Dan ya esta ahí, sentado en la sala y con un interrogatorio listo. ¿Cuándo se volvió tan sobreprotector, tan... hermano?

-¿Dónde estabas?

-¿Qué te importa?- no puedo evita replicar. Cuando tu hermano te aborda de esa forma la única manera de la que puedes responder es en modo defensivo.

-Has estado muy rara.

-No he podido hablar con Sam, ¿ok? Me tiene preocupada- admito, más porque tengo ganas de contárselo a alguien que por hablar con Daniel.

Pero este resulta no ser mi día, si no el de mi hermano, que se levanta con expresión desesperada.

-Lo siento, te esperé porque no sabía que más hacer.

-¿Hacer de qué?

-De todo: estoy desesperado.

-¿Por?

CPS(Comento Para Saber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora