Bloqueo el teléfono sin pensarlo y lo guardo en el bolsillo de mi chamarra deportiva mientras me escabullo fuera del vestuario de chicos.
Trato de pensar en Sam, pero no puedo evitar que los pensamientos comiencen a girarme a mil por hora. ¿Quien demonios es Gabriel? Aunque, pensándolo bien, no tengo porque conocerlo, ¿no? A fin de cuentas Xavier es súper popular y tiene una vida completamente independiente de la parte en que me acosa como un psicópata.
Aunque algo en todo esto no me da buena espina.
Me deslizo sigilosamente por el pasillo, sintiendo como si el aparato en mi bolsillo tuviera vida propia y latiera duro y constante contra mi costado. Me mantengo atenta por si veo a Sam y a los chicos que lo perseguían. O a Xavier.
Empiezo a preocuparme hasta que, al pasar frente a la dirección, los veo. Están los cuatro parados muy serios, tapándome la vista del director que esta echándoles no sé que sermón de seguro sobre saltarse las clases o algo así.
Al menos Sam esta bien.
Estoy a punto de regresar a mi clase de fútbol cuando noto una mirada fija sobre mí.
El quinto chico se encuentra apoyado contra la pared exterior de la oficina, fuera de la vista del director. Xavier me observa con ojos hambrientos, salvajes.
Doy un paso involuntario hacia atrás, sintiendo esos ojos como garras sobre mi piel expuesta.
Xavier me sonríe.Echo a correr.
Xavier:
Espero a los chicos fuera de la dirección. Estúpidos, no pueden hacer nada bien. Lo único que quería era que atraparan al idiota de Samuel, y yo me encargaría del resto, pero ni eso pudieron hacer.
Veo acercarse a una distraída Violet. Parece absorta en un tema de vida o muerte.
Me encanta verla así, tan pensativa, con una ligera mueca distorsionando su bello rostro y la concentración presente en cada uno de sus rasgos.
La observo mientras ella, a su vez, escruta dentro de la habitación. Reconozco su alivio apenas lo siente. Pareciera como si una enorme carga hubiese desaparecido de sus menudos hombros. Debe haber visto a Samuel, por eso su alivio.
Maldita sea. ¿Por qué no puede mirarme a mí así? Hubo un tiempo en que lo hizo y era el paraíso. Ser la persona a quien sus ojos violeta buscan en una habitación era lo mejor.
Hasta que dejé de ser yo a quien miraba y centró su atención en su patético amiguito. Ya me encargare yo de que las cosas vuelvan a la normalidad. Porque Violet es mía, siempre lo ha sido. A pesar de que no lo sepa. Ya le haré yo entender donde esta su lugar. A quien debe mirar.
Sus iris pálidos se mueven con brusquedad en mi dirección. Me esta mirando, pero no el tipo de mirada que yo espero obtener. Yo quiero una mirada que diga que me necesita, que soy su todo.
Pero cada cosa a su tiempo.
Primero tengo que encargarme de ciertos asuntos, Samuel incluido.
Los ojos de mi amada parecen titilar cuando me ve. Me encanta el miedo que veo en ellos, me encanta saber que soy yo quien la controla y nadie más. Soy yo quien hace que sus rodillas tiemblen y le falte el aire.
Y sólo como comprobación de mi poder, le lanzó una sonrisa inocente y llena de maldad al mismo tiempo. No hace falta más para que la chica sé de media vuelta y eche a correr como si yo fuese el mismísimo demonio.
Mi sonrisa se ensancha. Bien, es lo que quería. Porque mientras Violet me siga temiendo como lo hace, yo seguiré siendo su dueño.
No Sam.
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CPS(Comento Para Saber)
RomanceVi siempre ha pensado que la preparatoria es un buen lugar para enamorarse, ¿por qué no? Y sobretodo es un buen momento para olvidarse de su psicópata ex novio. Sin embargo, Loan, un enigmático chico lector, no se encuentra en su instituto, de hech...