-¿En verdad tengo que hacerlo?- suspiro, apesadumbrado.
-No- responde para mi sorpresa la chica frente a mí. Entonces agrega:- Pero me gustaría que lo hicieras.
Ésta vez lo que sale de mi boca, más que un suspiro es un bufido o un tenue aullido de aflicción. Claro que tengo que hacerlo, no podría dejarla así, con la duda, no a ella. Tras conseguir despegar mis ojos del suelo, levanto la mirada y me permito observarla por unos instantes. Recorro su rostro con paciencia, demorándome en los rasgos que más me gustan: en sus labios llenos y bien delineados, en sus cachetes que suelen tornarse rojos en los peores momentos, en sus pestañas oscuras y sus ojos claros. Sobre todo sus ojos. Me demoro observando el brillo que sale de ellos, no es su color extravagante lo que llama mi atención, es aquel brillo que siempre tilita en su interior, es esa llama que consigue verse a través de sus pupilas.
Al final retiro la mirada al tiempo que esbozo un mohín. Esto no es justo en ningún sentido. Se lo tengo que contar y lo sabe, a fin de cuentas prometimos que nada se interpondría entre nosotros, mucho menos algún secreto. Y aunque duela, tengo que hacerlo.
Aspiro largamente, como si estuviera a punto de correr un maratón, pero aún así siento el aire escapar de mi interior de golpe en cuanto comienzo a hablar. Los recuerdos se amontonan en mi mente y salen a borbotones por mi boca, atropellándome con las palabras y casi mordiéndome la lengua.
Yo tenía 11 años; Mateo, 4. Recuerdo que había sido un alivio que hubiera nacido un varón, pensé que al fin tendría alguien que con quien jugar. Y, a pesar de la diferencia de edad, así fue. Lo que más me gustó fue que ya no era el "bebito" de mis hermanas, había dejado de ser su juguete y ahora lo era Mateo, pero a diferencia de mí, el bebé parecía disfrutarlo con creces. Hacia poco tiempo que Julie se había mudado y yo me quedaba todo el día con Mateo en la casa. En ese tiempo yo todavía era un chico tímido y reservado y casi me juntaba únicamente con Violet, pero ella estaba enamorada de Luke, se le notaba por todas partes, así que no nos la pasábamos tan juntos como siempre. De todas formas yo estaba encantado con Mateo, que ya no se comportaba como un bebé y había empezado a imitarme en todo, me seguía por toda la casa con mi balón, pidiéndome que le enseñara a jugar. Yo era su héroe y lo disfrutaba en grande, me encantaba ser el modelo a seguir de alguien, sobre todo de ese pequeño que me miraba desde abajo con sus ojos castaños.
Sucedió en invierno.
"Fue un accidente". Ese es el tipo de cosas que dicen los adultos ante tales catástrofes. Sólo que no lo fue, se pudo haber evitado. Debí haberlo evitado.
Me detengo un momento, mordiendo inconscientemente mi labio inferior hasta sentir el sabor metálico de la sangre. Violet no interviene, no me pide que pare de hacerme daño ni me dedica palabras de consuelo, se limita a esperar pacientemente a que me recupere, que es justo lo que necesito. Me encanta que me comprenda tan bien, sobre todo en estos momentos tan difíciles.
Mis hermanas habían venido por las vacaciones. Llegaron con un montón de regalos, sobretodo para Mateo. No me molestó, realmente estaba feliz por mi hermanito y me emocionaba incluso más que él cada que abría un regalo.
Mis padres decidieron rentar una cabaña en un lago, creo que era porque todos estabamos muy felices y querian prolongar ese sentimiento. Todos fuimos, incluso el esposo de Paula y eso que nuestros padres lo odian- ya sabes, se casaron cuando ella tenia 19 y no les agradó mucho que digamos-. En fin, nos la estabamos pasando bien y decidimos pasar ahi la Navidad, los adultos fueron por las cosas para la cena y Paula se quedó a cuidarnos porque estaba embarazada y se encontraba en los peores momentos. Ya sabes, vomitos y eso. Mientras tanto, yo quisé enseñarle a nadar a Mateo Paula le enseñó a Julie y Julie a mí, así que era como una especie de tradición. Ademas, Mateo había estado insistiendo ya que nos veí la divertirnos mientras él tenía que quedarse en la orilla.
Hago una nueva pausa. Algo comienza a doler dentro de mi pecho y por un momento siento que no podre continuar. Entonces levanto la mirada y me basta con observar el brillo preocupado en esos ojos tan familiares para saber que si puedo, que siempre podre salir adelante porque ella estará ahí para mí, dispuesta a consolarme y apoyarme pase lo que pase.
A pesar de todo, la voz me sale ronca cuando consigo continuar:
-Ya te imaginaras lo que pasó. Las cosas salieron mal. Fue quizás mala suerte, no lo sé. Nunca lo sabré.
Las cosas no tenían que haber salido así, Mateo estaba aprendiendo muy bien y rápido. Entonces yo solo me desvanecí, así de la nada. No duró más que un par de segundos, pero fue más que suficiente.
-Todo eso es horrible, Sam- dice Violet al fin, mirándome profundamente con sus ojos claros.- No deberías culparte por ello.
-Fue mi culpa- reitero sin querer mirarla, pues sé que una sola hojeada bastará para que me desmorone.
-No, claro que no- está vez su voz suena tan autoritaria que tengo que mirarla, tengo que hacerlo si quiero ver la fuerza que irradia, esa fortaleza que tanto me gusta-. Eras sólo un niño y ni siquiera hiciste nada malo.
-Aún así yo...
-¡Sam!
Cierro la boca al instante con cierto temor.
-No-es-tú-culpa - su voz suena tan convencida que no tengo otra opción que creerle. Asiento como un cachorrillo regañado, con la cabeza gacha y sin saber muy bien que estoy afirmando. Entonces, sin que me lo espere, Violet se encuentra sentada en mi regazo, con los brazos rodeándome el cuello en actitud juguetona.
-Lamento decírtelo, pero te has estado torturando con algo de lo que no tienes la culpa toda la vida- susurra con una sonrisa traviesa.
-Wow, tú sí que sabes consolar a la gente.
-A la gente no, sólo a mi novio.
Me encanta como suena esa palabra en sus labios, cada vez que lo dice siento un alivio por dentro, como si me fuera a dormir cada noche de nuevo en la friendzone para luego despertar en el cielo con ella sentada en mi regazo como justo ahora, con sus labios rozando mi cuello y ese brillo travieso en su mirada.
A pesar de todo- a pesar de que acabo de contar la historia más triste de toda mi vida- una sonrisa consigue abrirse paso por mi rostro y tengo que admitirlo: Violet sí que sabe consolar a su novio.
Regalito de año nuevo :333
Feliz año, buenos deseos para todos :*
Saludos y besos queretanos-huastecos! 😘
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CPS(Comento Para Saber)
RomantizmVi siempre ha pensado que la preparatoria es un buen lugar para enamorarse, ¿por qué no? Y sobretodo es un buen momento para olvidarse de su psicópata ex novio. Sin embargo, Loan, un enigmático chico lector, no se encuentra en su instituto, de hech...