CPS(Comento Para Saber)

Santiago

Loan:

Creo que es aquí, bueno debe ser aquí ya que vi el auto de Gabo al llegar. Saco un billete y pago la entrada a la vez que me interno en la fiesta... Apenas pongo un paso dentro, una chica se abalanza sobre mí. Alargo los brazos y la tomo por puro instinto, evitando así su inminente caída. La chica luce bastante desubicada cuando levanta el rostro y mira en mi dirección. Es ahí cuando me doy cuenta de que no es una chica cualquiera, los ojos que posa sobre mi rostro son de un peculiar color violeta.

Violet.

-Hola- le sonrío a su rostro incrédulo, aunque luego, al ver las lágrimas que bañan su rostro, me pongo serio. ¿Qué pasó? Si, llego con un grosero retraso de más de casi veinte minutos, pero no era para que se pusiera así...

-¿Loan?- pronuncia con cuidado, como si fuese algo prohibido y delicado a la vez.

No dudo ni un instante antes de corregirla:

-Me conocen más como Santiago... ¡Au!- gimo ante el golpe que he recibido. Siento la mejilla al rojo vivo, seguro que me dejó sus dedos marcados-. ¿A qué viene eso?- inquiero mientras Violet se aleja de mí, como si fuese portador de una enfermedad altamente contagiosa.

-¡¿A qué?!- luce realmente furiosa.

¿Qué me perdí?

-Si- asiento-. Llegue un poco tarde, pero no creí que...

-No te hagas el tonto. Sabes a que vino eso- su voz suena peligrosamente rota y sus mejillas la hacen parecer un tomate maduro de tan rojas que se ponen.

-En realidad no- digo aunque no es la verdad, ya empiezo a sospechar de que se trata.

-¿Ahora me dirás que no conoces a Xavier? ¿Qué Gabriel no es tu hermano?

Me quedo quieto y sin saber que hacer. Ya lo sabe y no hay nada que pueda hacer para que me perdone. Sabe del engaño, un engaño que surgió sin mi previo conocimiento, por parte de mi hermano y su estúpido amigo, Xavier.

¿Pero cómo puedo explicarle eso a Vi? ¿Cómo decirle que yo no quería que esto pasara, que Xavier la dañara? ¿Cómo decirle que en verdad me enamoré de ella?

¡¿Cómo?!

Violet:

¿Por qué demonios me mira así? Con tanto... con tanto anhelo y tristeza en su semblante. Supongo que debe ser un gran actor y por eso lo contrató Xavier.

Maldito, ¿por qué no puede dejar de observarme así? Por un momento, si consigo ignorar las lágrimas que me ponen pegajosas las mejillas, le creo, creo que vino por mí, que de verdad le importo.

Pero eso no puede ser. No puede porque él planeó todo esto junto con la persona que más odio en el mundo, y me rompió el corazón. En pedazos muy pequeños, por cierto.

Retrocedo un paso, luego otro. No puedo estar cerca de él por más que una parte en mi interior me suplique que me quede y disfrute con su presencia.

-Vi.

-¡No!- por más que lucho, no consigo controlarme. La sola mención del apodo con el cual solía llamarme, logra ponerme la piel de gallina. Sobretodo porque así también me llama Xavier-. No te atrevas a llamarme así. Y tampoco te me acerques.

-Déjame explicarte...

-¿Explicarte que? Eres un cabrón y nadie cambiara eso.

-Yo no...

-Nada de lo que digas servirá- lo corto por milésima vez. Agrego cuando esta a punto de replicar-. Sólo hay una defensa que podría estar a tu favor. Dime: ¿conoces a Xavier?