28 - Algo nuevo

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•Alex•

Tal como se lo pedí, fuimos a recoger las cosas de Pipes al día siguiente; no es que tuviera demasiada prisa por tenerla en mi departamento siempre, es solo que cuando ella estaba ahí todo era mejor para ambas, jamás me cansaré de estar a su lado...
Después de algunas visitas, y seguramente de notar lo cariñosas que estábamos cada segundo, Cal quiso llevar a abue con él unos días, y no éramos nadie para negárselo, solo le pedimos que no le contara a Billy y por supuesto que mantuviera a abue tranquila todo el tiempo para evitar alguna complicación o disgusto.
Se la llevó después de la cena, ahora con el jet era bastante sencillo que fueran de un lado a otro, y más aún para no cansar tanto a abue con los viajes en carretera que suelen ser más largos.
Pipes estaba algo reticente al desempacar sus cosas, porque no sabía dónde ponerlas, pero para mí no importaba si quería tenerlas regadas por ahí, con su natural desorden de siempre, lo que me interesaba es que ya estaban todas sus pertenencias en casa, ahora por fin estaríamos viviendo bajo el mismo techo como antes.

Estaba tumbada en la cama viéndola pasar de un lado a otro, puesto que no había querido mi ayuda, cuando se me quedó mirando y se lanzó hacia mí para besarme.

*Piper: -Estoy muy estresada y no llevo ni la mitad...- se quejó tirándose a la cama y acercándose a mi cuello.

*Alex: -Tómatelo con calma, no hay ninguna regla en específico... Puedes poner tus cosas donde quieras...- besó mi cuello.

*Piper: -¿Qué tal si me ayudas a relajarme? ¿Y si pongo mis cosas justo aquí?- dijo en tono seductor sentándose a horcajadas sobre mis piernas. -Abue no está aquí... Y me gustaría que usaramos mi regalo...- me miró con maldad y aunque me agradó la idea, los nervios comenzaban a hacer lenta mi forma de pensar.

*Alex: -Vaya, vaya...- besé sus labios. -Veo que alguien está caliente solo por tener la casa para nosotras solas...- quise resistirme, pero... ¿a quien engaño? Moría por hacer el amor con ella cada segundo.

*Piper: -Sí Alex, quiero que hagas lo mejor que puedas con el arnés... Sorpréndeme...- me guiñó el ojo y empezó a besarme de una manera bastante sexy. Sus manos masajearon mis pechos y yo solo podía acariciar sus piernas.
Besé su cuello también y mis manos fueron a acariciar sus pechos despacio, acaricié sus costados subiendo de a poco la blusa para sacarsela.
La miré traviesa y me deleité paseando mi lengua por sus clavículas y mordisqueando despacio; llegué al espacio entre sus pechos y saboreé lentamente mientras mis manos desabrochaban de a poco su sostén sin ninguna prisa. Lo deslicé por sus brazos besando cada centímetro de su piel que estaba libre, mis besos eran cariñosos, quería adorar cada parte de ella, cuando llegué a sus pechos di un beso en cada uno y luego succioné su pezón despacio, mientras mis manos apretaban su trasero.
Lo saboreé con dedicación, lo hice erizarse de inmediato trazando círculos con la lengua y luego hice lo mismo con el otro, terminando en una pequeña mordida que la hizo gemir.
El aroma de la piel de mi Pipes es delicioso, huele a frambuesas y cuando estoy paseando por su piel es como tener frente a un pastelito delicioso... Un pastelito que cada vez me invita a comérmelo sin saciarme jamás.
Alterné besos y mordidas pequeñas en sus pechos y debajo de ellos, para seguir bajando por su abdomen.
Desabroché sus jeans tomándome mi tiempo, besé el límite entre ellos y el sur de su cuerpo, para luego jalarlos y sacarlos con cuidado, ella levantó la cadera para ayudarme a hacerlo más rápido, y aunque yo había dejado las bragas en su lugar, ella las quitó con urgencia seguido de sus pantalones.

*Alex: -Vaya que alguien tiene prisa por aquí...- me burlé admirandola, estaba tan excitada con su cabeza hacia atrás y jadeando. Ni siquiera respondió, pero sus manos se aferraron con fuerza a mi cabello jalándome cerca de su sexo, sabía lo que quería, pero yo me estaba tomando mi tiempo.
Principalmente iba despacio porque estaba sumamente nerviosa, quería retrasar lo más posible el asunto de utilizar el famoso juguete; maldije a Nicky por sus ideas locas, e inmediatamente traté de hacer que saliera de mis pensamientos.
Jamás había usado un arnés y no sabía precisamente cómo usarlo... Obviamente sabía que debía penetrarla con él, pero me aterraba el hecho de hacerle daño o no ser tan buena que se convirtiera en una mala experiencia.
Por primera vez dudaba de mis capacidades sexuales, eso ni siquiera ocurrió la primera vez que tuve sexo, pero ahora era más por la persona con quién estaba, no quería decepcionarla y mucho menos hacerla pasar un mal rato...
Mordisqueé sus piernas que tanto me gustan, prestando especial atención a sus muslos, sus manos seguían aferradas a mi cabello, y antes de hacer cualquier otra cosa levanté la cabeza para admirar la preciosa vista que tenía...
Mi rubia estaba con la cabeza hacia atrás, los ojos apretados y mordiendo sus labios, sus mejillas sonrojadas me hacían sentir lo excitada que estaba, y precisamente yo estaba igual; sus pezones erectos apuntando al techo me provocaban inmensas ganas de morderlos, pero de alguna forma quería ser suave con ella esta vez.

DON'T YOU FUCKING LEAVE MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora