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— Cumplealos... feliz~ pide un deseo JiHyun — Acaricio suavemente JiMin los cabellos del pelinegro menor.

JiHyun cerró los ojos y soplo la vela frente a él, JiMin aplaudió débilmente y le tendió el pequeño pastel.

— Para ti — JiMin aprovecho que su hermano empezó a devorar el pastel para correr a su habitación y de ahí sacar un regalo por el cual había estado ahorrando, volvió a la habitación.

Los ojos de jiHyun se aguaron al ver a su hermano, con la mejilla morada y abrigos de cuello, con un regalo entre los brazos y una radiante sonrisa.

— No debiste...

— Para ti, JiHyun...

— No tenemos el dinero...

— Sé lo mucho que significa esto para ti, JiHyun... acéptalo, es para ti, me esforcé mucho¿Si? — JiHyun apretó los labios en una fina línea y asintió, quitando las lágrimas que se habían empezado a acumular, JiMin se acercó y dejó el regalo sobre el regazo de JiHyun.

— ¿Cómo lograste comprarlo? — Pregunto agarrando el regalo, notando que era pesado.

— Ahorre, es lo único que necesitas saber, Ji — No quiero que sepas como logré ahorrar el dinero.

— JiMin... por Dios... esto... — JiHyun no podía creerlo, tapó su boca con ambas manos y sintió sus ojos volver a lagrimear — Gracias, gracias — Lo abrazó.

— No es nada Ji, yo haría todo por ti, todo — JiMin miró un punto fijo de la habitación, acariciando y consolando a su hermano.

Estuvieron hablando y compartiendo un rato más hasta que la puerta se abrió bruscamente  avisando la llegada de su padre, JiMin se levanto rápidamente y trotó a la puerta, antes de cruzar se dio vuelta.

— Feliz cumpleaños JiHyun...

— Gracias JiMin... te quiero.

— Y yo a ti... recuerda cerrar con pestillo, no quiero que te haga algo.

Más cansado de lo normal, JiMin se levanto de forma perezosa de la suave cama, camino arrastrando las alas, bostezo y se metió en la Tina.

Se recostó  dejando que el agua lo tapara hasta el cuello, acicaló sus plumas una por una notando la rapidez con la que cambiaban sus plumas, aún habían blancas, pero las negras resaltaban mucho más, eran grandes, largas, intimidantes. Hermosas.

Gimio, el agua tibia se sentía tan bien, le fue inevitable undirse un poco, dejando su nariz afuera.

Solo un poco más.

Se hundió un poco más, quedando con los ojos afuera, pero aún no era suficiente.

Un poco más.

Se recostó en el piso de la Tina, abrió los ojos mirando el techo distorsionado por el agua, sintió un deja vu, no recordaba bien de dónde, como si hubiera vuelto al principio de su fin.

Servir.

Esa palabra rondaba mucho su cabeza, tenía claro que quería servir a los chicos pero ahora quería más de ellos, quería tomarlos, hacerlos mansos y disfrutar de ellos como ellos disfrutaban de él.

Angel.  《BTS × JiMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora