Angel. 《BTS × JiMin》

30

Su lengua hizo húmedo recorrido desde el hombro hasta la mandíbula, lento, dejando rastros de saliva, pero no era su culpa, el exquisito sabor de la piel le tenía embriagado.

JiMin mordió suavemente la mandíbula, le sacó un gruñido pero no lo tomo como una intimidación, si no como una incitación. Río con la piel entre sus dientes.

— Eres un ansioso... — Sus dientes subieron hasta morder el labio contrario, jalandolo suave y jugando con él. — ¿Eres un buen chico?~ ¿Lo eres, ah?~

— No me trates como un perro.. — Gruño divertido, aferrando sus manos a la estrecha cintura del Ángel — Soy más que eso..

— ¿Más que eso? ¿Qué eres, Hobi? — Le provocó, sus ojos estaban fijos en los contrarios, moviéndose sobre la cadera contraria.

Jadeo.

Aún estaba dentro de él, aún lo sentía duro y eso solo lograba excitarsle más, ambos jadearon contra sus bocas, el agua de la Tina se movía con cada movimientos que hacían, pero no lo suficiente para sacarla de la Tina.

— Eres delicioso... — Gruño, deslizó sus colmillos por el cuello de JiMin, la tierna carne se abrió para sus colmillos y JiMin enterró sus uñas en sus hombros.

— Más ~ — Lloriqueo, meneando su cadera con urgencia, jugando con la paciencia de HoSeok.

HoSeok gruño enterrando aún más sus colmillos en la carne de JiMin, alzo sus caderas tocando el fondo del Ángel, quien gimio alto.

JiMin se aferro al borde de la Tina, la cual se avolló por el fijo agarre de JiMin, sus caderas impusieron su propio ritmo salvaje y agresivo, el agua se movía con ira dentro de la Tina y terminaba en el suelo mientras que el vampiro enterraba sus dedos en la carne de los glúteos de JiMin, alzando sus caderas casi tan agresivo como JiMin.

Ambos gruñona y gemian  el nombre del otro, JiMin más alto y agudo, tomo la cabeza de HoSeok y la undio en su cuello, sin dejar de moverse.

— ¡H-hazlo! ¡Hazlo, tomame! — Chillo extasiado, sus ojos estaban cerrados, disfrutando del pene que arremetía contra su interior, una y otra vez, sin descanso. Y llegó — ¡A-ahí, ahí! — JiMin perdió todabla cordura en ese preciso instante, HoSeok había llegado a su punto más sensible, y se aseguró de torturarlo con cada fuerte embestida.

El característico burbujeo en su vientre le aviso que estaba cerca de su tercer orgasmo ese día. Abrazo a JiMin dejándolo inmovilizado, el sonido acuoso acompañado de la propia agua hacia todo tan excitante que se le hacía difícil contenerse. Sus testículos chocaban contra el culo del Ángel, quien solo gemía, rogaba por más, mientras que sus uñas arañaban toda la espalda de HoSeok, para luego parar en su culo, apretando entre sus gorditos dedos.

Mordió con fuerza el cuello de JiMin descargando un gran gruñido de satisfacción, la sangre de JiMin llegó de forma gloriosa a sus papilas gustativas y exploto, se corrió en un poderoso gruñido que sacudió la Tina. JiMin se vino de igual manera, un poderoso orgasmo arrasó con todo sus sistema haciéndole tocar el cielo. 

Agitados, jadeantes, todo mojados por el agua de la rina, o la poca que quedaba. HoSeok lo levanto entre sus brazos y caminaron hasta su cama, se acostaron ahí besándose y acariciandose otro rato.

— Eres hermoso...

— Lo sé — Respondió sonriente, dejándose hacer por las manos de HoSeok, que jugaban con sus plumas negras.

— ¿Qué eres, Minnie? — Pregunto sobre sus labios.

JiMin abrió los ojos y sonrió, pero no sabía cómo interpretar esa sonrisa, era maliciosa, ocultaba muchas cosas detrás de esa hilera de blancos dientes.

— Un deseo...

— ¿Un deseo?— Pregunto confundido, alejándose un poco del pelinegro.

— Cómo ni igual, Hobi.. soy un deseo— HoSeok estaba confundido, se levantó cuando JiMin salió de la cama.

— ¿D-donde vas?

JiMin se colocó la camisa de HoSeok y sus pantalones de chandal, se inclino para besar los labios de HoSeok y dejar una mordida.

— Los adoro... — Soltó suave, alejándose lento del rostro de su amante — Los amo... — Sonrió, acercándose a la puerta — Iré al jardín.

— Pero JiMin... son apenas las t-...— No alzando a decir nada cuando JiMin ya se había ido dejando la puerta cerrada detrás de sí. — Tres de la mañana...

HoSeok suspiró acostándose en la cama, aún tenía el olor del Ángel alrededor, sonrió removiendo entre las sábanas hasta que algo le hizo cosquillas, se giró lento, encontrándose con una pluma de color blanco.

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