Un Poco Más.

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......♥

Cuando los chicos le avisaron que estaba apunto de abandonar Japón no supo cómo manejar la situación de presión que sentía; era demasiado claro que durante el tiempo que paso en Tokio evito a toda costa cualquier tipo de contacto con él, en los cuales fallo miserablemente; mas ahora era diferente, o por lo menos así lo sentía. Aunque no lo confesara temía, la inquietud de ser rechazado como cuando adolescente estaba presente en si durante esos segundos y todo el tiempo que pasó desde su partida, y he ahí el por qué de su estado nervioso.

Algo en si le dictaba y aconsejaba que si no lo afrontaba ahora su peor duda quedara atada a él de una u otra forma, por otro lado, si él lo rechazaba ya no estaría ahí después para admirar como se derrumbaba en pedazos y era consumido por sus insanos demonios.

Realmente ninguna de las dos opciones le resultaba factible, pues terminaría como hace ya tiempo.

Inhalando fuertemente dejo que su cuerpo poco a poco se relajara, pues sentía que si no lo hacía terminaría por decir alguna tontería ofensiva.

—Es bueno verte antes de que te vayas de nuevo,  Akashi-kun.

El pelirrojo pareció sorprenderse cuando el morocho lo nombro, posándose a unos cuantos centímetros de donde él yacía en pie.

—También es bueno verte, Furihata-kun. —Su voz ronca, no sabiendo si era por la situación o si de verdad nunca le prestó demasiada atención erizo su piel por instinto, cual animalillo asustado, cuando en la brevedad él respondió suavemente una respuesta escueta y sencilla. El silencio volvía a reinar, no obstante el chico pareció querer romperlo, más no permitió que los vocablos salieran de sus labios.

—Seijuro, ¿Has pensado ya la respuesta?— Lo vio fruncir el ceño, logrado que Koki volviera la cara hacia un lado. — De mis sentimientos... Ya sabes, en la preparatoria.

Por el rabillo del ojo miro de reojo como boqueaba como pez fuera del agua.

Una ráfaga de aire paso repentinamente por ahí, haciéndolo encrespar por lo frio que se sentía el viento al contacto de su piel descubierta, no fue buena idea salir corriendo al aeropuerto tan sólo con un ligero suéter. — Es mejor que entremos, sino no nos enfermaremos.

Él no dijo nada, tan solo limito a su cuerpo a dar la media vuelta y entrar al lugar con calefacción.Quedando delante de él.

Aun de espalda dejaba que las palabras salieran sin restricción de su boca y mente. —Sé que mi conducta no fue la mejor hacia tu persona Sei, de verdad lo siento, pero también espero que entiendas el porqué de ello.

Su penetrante mirada clavada en sus hombros cual dagas y el silencio de su parte no ayudaba mucho. Realmente algo en él deseaba estallar y dejar ir todas aquellas emociones que lo apresaban cual criminal, recriminándole que todo aquello era total y absolutamente su culpa. Sin poder retenerlo más dejo que el primer sollozo saliera inesperadamente de sus labios, exaltando un poco al nadador.

—No te quedes callado, por favor. — Tallo uno de sus ojos. — ¡Grita! ¡Reclama! ¡Moléstate!, pero por favor no guardes silencio, me mata.

¿Alguna vez se preguntaron cuál es esa sensación de calma y tormento a la vez? Furihata recibió ese efecto cuando su cuerpo encajo de manera rauda y maravillosa entre los brazos del pelirrojo; el peso de sus hombros aparento desaparecer, o por lo menos eso estimo al momento, pero solo fueron breves segundos antes de que otro sentimiento inexplicable la envolviera con mayor fuerza. Sus orbes se volvieron brillantes mientras el constante liquido salino era obstruido por su fuerza de voluntad, no fue durante mucho lapso. No era fuerte, las lagrimas trazaron un camino hasta su barbilla para posteriormente caer al pavimento.

Algo dentro de Furihata vibro, y un estremecimiento recorrió desde la punta de sus pies hasta su cabeza cuando los fríos labios del Seijuro tocaron con suavidad en un acto de consolación su frente. — Lo siento Koki. — El abrazo se hizo más vehemente,  correspondió colocando sus manos en el pecho de él, quien no dudo en recargar se mentón en su coronilla. — Mi intención no era lastimarte, era todo lo contrario, yo deseaba protegerte.

—No tiene sentido lo que dices

La voz en son de risa sonó acre, distanciada. — Cuando confesaste tus sentimientos por mi lo primero en pasar por mi mente fue la confusión, para luego ser sustituida por algo de felicidad; desde que recuerdo de alguna u otra forma estabas ahí para los chicos y para mi, sin pedir algo a cambio. No quería contarte lo de mi viaje, puesto que no sabía cómo iba a ser tu reacción.Lo probable es que creyeras que me fui por tu culpa.

—Empeoraste todo. —Le refuto. — De verdad no tienes idea de como fue en ese momento para mi.

—Erre Koki, me equivoque de la peor manera posible con todos ustedes,  aun así...

—Ellos te aceptaron, ¿No? — Se separo un poco de él, mirando sus acuosos ojos. — Conmigo sucedió algo similar. — Recargo de manera gratificante su frente a su pecho, sintiendo el acelerado latir de su corazón. — El cometer errores no nos hace malos, tan solo demuestra de que somos humanos y debemos aprender.

—Koki

— ¿Qué pasa?

—Creo que ya tengo la respuesta. —Sintió como el menudo cuerpo del chico se tenso. Era curioso que  aun tuviera miedo del rechazo cuando él ya había confesado de manera abierta sus emociones. — Pero creo que deberías contestar la mía primero.

— ¿Cuál es tu orden absoluta? — Bromeó. Era evidente que quería aclarar el ambiente. — Akashi-kun

Él pelirrojo reparo un poco en acariciar su antebrazo son su mano. Su piel estaba fría, probablemente por correr al aeropuerto cuando le dieron la noticia de su ida de Japón; eso bastaba como prueba para lo que estaba a punto de preguntar. — ¿Me esperarías un poco más?

El alivio encamino a grandes escalas su cuerpo, relajándolo y haciéndolo aspirar la fragancia de invierno y menta que siempre mantenía con orgullo. — Creo que duraste demasiado en pedirlo, Seijuro.

— ¿Entonces eso es un sí?

—Claro que si, esperare por ti un poco más.

.............

¡Hey, hey, hey!

Ya os vine y ya me voy; espero y os halla gustado.

Cualquier error que halla en la historia pueden comentarlo.

Byebye~

SencillamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora