.....
Nunca se imaginó cargar en sus brazos a una criatura tan frágil.
Era tan fascinante la manera en que un ser tan pequeño despertara en su sí un sentimiento de protección total; sus orbes escanearon de pedacito en pedacito, desde la maraña de cabellos color granada sobre su cabecita. Sus mejilla regordetas lo encantaron, pero no tanto como sus pupilas escarlata. Sin duda alguna el pequeño era la copia perfecta de su padre.
Furihata rio cuando le busco el pecho sobre la tela. Con movimientos gráciles y cuidadosos lo alejo para desabotonar su camisa lo suficiente, era sumamente gratificante y aterrador que su retoño dependiera de su persona; no pudo evitar gemir cuando el cachorro pego su boca a su pezón. Se avergonzó por el sonido, ¿Cómo podía hacer eso por una simple acción sin dobles intensiones?
Cubrió su cara con la mano disponible; ahora su rostro competía con la melena de su hijo, o quizás peor. El cosquilleo se intensifico cuando trato de relajarse, se sentía bien, como en aquel entonces cuando Seijūrō se ensañaba en dar sensaciones similares; fue esa vez que decidieron tener un bebe.
Respiro un par de veces, queriendo distraerse. No esperaba que sólo nacieran dos crías, por lo regular los de su clase tenían a lo mínimo un trío; probablemente el gen de león por parte de su progenitor tuviera que ver en ello. Sin ser consiente deslizo sus dedos por los rizos inexistentes, en una forma automática. A los pocos segundos admiro como el bebé se alejaba de su pecho para mirarlo.
— ¿Estás satisfecho? —Los ojitos adormilados pestañearon varias veces. Kōki no aguardo demasiado y en brevedad ya lo tenía en su hombro, regalandole palmaditas para que pudiera eructar — Creó que sacaste el apetito de tu padre.
La puerta abrirse lo sorprendió y altero de igual manera. Sujeto con fuerza controlada al pequeño, listo para atacar.
— Furihata-kun. —Al momento de reconocer la voz de su perpetrador se tranquilizo, y como la cereza al pastel el pequeño eructo; sacandole una sonrisa vaga. — ¿Cómo te sientes?
—Mejor, aunque no debes entrar así Kuroko-kun. — Reprendió. Tetsuya se abstuvo de mencionar algo, pero no evito que el pensamiento de Furihata sería una gran madre. — Creí que eras esa enfermera.
Con pasos calmos se acerco a la silla al costado del castaño; manteniendo una distancia razonable para no despertar un impulso posesivo del castaño. No deseaba cometer el mismo error que Kise cuando nació el hijo del matrimonio Aomine; esa sería una anecdota perfecta para contar a sus hijos.
— Ella se fue juntó a las otras. — Cruzó su pierna y fijó su azul mirada en el ser que yacía en la cama; Kōki se encargo de colocarlo ahí para que descansara mejor. — Akashi-kun se tomó en serio tu queja sobre ellas.
— ¿Seijūrō? — Cuestionó. — ¿Por qué?
— Tal parece que no lo recuerdas. — Kuroko negó. — Bueno, antes de que quedaras dormido mencionaste algo así cómo "ellas marcan a los niños con su olor"
El castaño deseo darse un golpe en la cabeza, gritar y refunfuñar; sin embargo ninguna era factible. Caulquiee brusco movimiento o sonido despertaría al dormilon.
— ¿Está molesto por ello? — Tetsuya lo miró confundidon, no comprendía. — Me refiero a que no ha venido aquí en toda la mañana.
Fue ahí donde el huskey entendió todo.
— Si esta molesto. —El rostro del morocho se desfiguro. — Pero no es por tu culpa, Midorima-kun no le permite verte. — Eso logró llamar la atención de Furihata; sin la necesidad de palabras le preguntó el por qué. Tetsuya sólo asintió. — Akashi-kun no puede tenerte cerca por tu olor, Midorima-kun dijo que durante la lactancia tu esencia cambia a una más dulce y la de Akashi-kun a una más territorial. Si ambos permanecen en una misma habitación él querra... bueno, ya sabes.
El sonrojo lo atacó.
— Y- Ya veo.
Furihata trato de evaporar la pena de su sistema, empero le terminaba por ser difícil. No siempre un amigo dice que tú y tu pareja no pueden intimar; ya bien le decía Takao que tener un hijo era el mejor anticonceptivo que podría existir en su vida marital y materna. Con disimulo apreció como el peli-celeste admiraba al niño; su mirada causo una sensación de orgullo.
—Puedes abrazarlo si quieres Tetsuya. —El mayor se asusto. —No me lanzare encima de ti, si es lo que te preocupa.
—No es eso. — Hizo una pausa. — Sólo recuerdo cuando nació Tora. Era igual de pequeño que él, y míralo ahora; es tan grande que a veces me pregunto cuándo creció tan rápido.
—¿Le has dicho a Kagami-kun lo que sientes? —Tanteo terreno. No quería decir algo hiriente en esos momentos. —Por que no le dices sobre ello, quien sabe, tal vez puedan tener otro bebé.
La mirada de Tetsuya tomo brillo, como si esa idea nunca se le hubiera ocurrido. Fue entonces que Furihata lamento haber dado su comentario, si no se equivocaba lo posible era que el can le insistiera a su pareja. Su desdicha se cumplió al momento en que Kuorko abandono la habitación.
Pidiendo disculpas al tigre se levanto con serenidad; cambiaría al cachorro a la pequeña cuna que compartía con su gemelo.
—Pronto tendrás a un compañero de juegos, Seiki.—Susurro lo último; con un suspiro en labios se recosto en el borde de la cuna. Era una sensación tan intima que la percibía ajena, como si no estuviera sucediendo; una sencilla ilusión se su juventud, antes de conocer a Seijūrō. Deseaba tanto una familia, y ahora que la tenía no cabía en ello.
Un peso extra lo sacó de sus cavilaciones; inevitablemente se molestó por ello. No escuchó cuándo alguien entró, debía de controlara sus pensamientos para futuras ocasiones.
— Kōki...
La labia del pelirrojo fue lo que lo sereno; y su olor lo seducio.
Él se veía serio. Su postura mantenía aquel aire de elegancia a pesar de estar de tal humor; no imaginó que esto le sucederia a él. Akashi siempre fue un hombre de voluntad y tranquilidad; inmensas, y apreciarlo en ese estadon era sublime. Su pareja cargaba a Seiji; el pequeño permanecía dormido, muy cómodo a decir verdad.
Notó cómo se giró y lo obligó a corresponder el gesto, quedando entre ellos el bulto de cobijas que envolvian al cachorro.
— Seijūrō. — Su nombre sonó como una invitación. Aún que el bebé en brazos se recargo sobre él sin ser brusco. — ¿Qué... Qué haces aquí?
Las narimas del León se agrandaron, por reflejo los suyas hicieron los mismo; se lleno de él.
No supo en que momento el pelirrojo dejó al niño en la cuna, pero si captó el instante en que Akashi hundió su nariz en el cuello.Kuroko tenía razon.
Tal vez otro miembro complementará a la familia Akashi-Furihata....
¡Hey, hey, hey!Holi, ya os vengo con cap nuevo. Como lo habran notado es una segunda parte de ITRE, ya me la habían pedido mucho; espero y os guste.

ESTÁS LEYENDO
Sencillamente
Hayran KurguLos escenarios entre ellos podian ser de los mas caotico, insufribles o un batallon de ser posible; Por que asi sucedia, por que sus personalidades se completaban cual rompecabezas. Sencilla y paulatinamente. Por que ellos eran Furihata Kōki y Akash...