Capítulo 3 "Desilusiones y trabajos en casa"

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Después de conocer a Jorge Miranda, primo de Francesca, fue un fastidio total. Me molesto el resto del día de ayer, solo espero que no lo haga hoy, porque no tengo ánimos para soportar su estupidez diaria.

Caminaba por los pasillos de la preparatoria, escondiéndome de Jorge, le prometió a Francesca que no me molestaría mas, por supuesto, una promesa falsa, y creo que seguirá siendo falsa.

Llegue a un pasillo completamente vacío, bueno… casi, se encontraba Jorge con una chica, muy linda, mas linda que yo, supongo. Estaban besándose, bueno, yo no llamaría a eso besarse, se estaban comiendo sus bocas. Di unos pasos atrás para lograr esconderme tras la pared y poder, no sé, escuchar mejor. Que desilusión, tiene novia, bueno, igual, no me gusta, es tu enemigo molesto, primo de tu amiga, con novia. No se escuchaba más que el sonido de sus bocas ¿Qué no saben hablar? ¿Qué todo son besos? ¡No señores! ¡Dialogar es primero!

Escuche pasos cada vez más cerca y decidí salir corriendo sin hacer mucho ruido.

El resto del día fue un asco, ¿Y saben que es lo peor? Que no se por qué razón, solo sé que el destino quería que me cruzara ah cada instante al estúpido primo de Francesca con su acompañante de ojos verdes, cabello castaño, y bella sonrisa. Me los cruce en la cafetería, de donde me tuve que ir por que sentí un puñetazo en el corazón, también en el patio de donde igual me fui por que sentí un puñetazo en el corazón, en un salón de clases, por donde pasaba de pura casualidad, de donde también salí corriendo y por suerte ninguna de las veces me vio. Pero no sé por qué rayos me afecta verlo con otra chica, me cae mal, es fastidioso, arrogante, creído, atractivo… ¡No!

-¡Marti!-Escuche la voz de Mercedes gritar mi nombre. Voltee lentamente donde escuche que me llamaba- ¿Te sucede algo? Has actuado muy extraña el día de hoy. Ni siquiera nos has hablado, Fran cree que estas molesta con ella por lo de su primo.

-No me sucede nada, Mechi. Y no estoy enojada con Fran, no tiene nada que ver ella con el estúpido de su primo, es solo que… estoy cansada, el día se me ah hecho eterno, solo quiero ir a mi casa y descansar.- En realidad estaba agotada. Hoy no es mi día.

-Recuerda que hoy tenemos que ir a la casa de Francesca-Me recordó ¿Cómo es que lo olvide? ¡Tengo una buena razón! Jorge me molesto dos días seguidos, y me traumo con su amiga besucona. Era obvio que lo iba a olvidar, claro, no se lo puedo decir a nadie.

-Rayos, lo olvide completamente…-Cubrí mi rostro con mis manos.- ¿Entonces hoy?

-Sí, saliendo de acá nos vamos a la casa de Fran, su primo nos llevara. Sé que no te agrada, pero no tenemos a nadie más para que nos lleve- ¡Noo! ¿Por qué él? ¡¿Por qué él?! Cuenta hasta diez, Martina…

-No tengo el permiso de mis padres…- Me encogí de hombros.-No podre ir- Excusa. Igual ni pedí permiso, entonces no es una excusa, simplemente no puedo ir.

-Martina, si mañana no comenzamos a vender nuestro producto reprobaremos, ¿entiendes? ¡No podemos reprobar!-Me reto, en mi opinión muy exagerada.- Seguro que si le decimos a Jorge él nos lleva a tu casa y después a la casa de Fran. ¿Por favor?- Suplico.

Mercedes tenía razón, si no comenzamos mañana reprobaríamos el proyecto. No tengo otra opción más que soportar a Jorge Miranda.

-De acuerdo- Acepte rodando los ojos. ¡Estúpido proyecto! ¡Espero ese maldito diez, porque si no soportaría a Miranda para nada!

-¡Iré ya mismo a decirle a Francesca que convenza a su primo!- Grito emocionada. Salió disparada a buscar a Fran.

Lo vi besándose. Me llevara a mi casa. Sabrá donde es mi casa. Me llevara en su auto, ¡No, no, no, no, no, no, y no! ¡No pienso subirme al auto de ese chico que no sabe conducir!

-¡No me subiré a un auto con él!-Grite mientras Francesca y Mercedes me jalaban para hacerme entrar al auto.- ¡No sabe conducir!

-No es que a mí me encante la idea de que subas a mi auto y lo ensucies- Hablo el chico maniático.

-¡No quiero morir! ¡Quiero ser alguien en la vida, no puedo morir en un auto con un chico maniático!-No preste atención a su comentario anterior y seguí resistiendo.

-¡Martina Navarro, no puedes ser tan exagerada!-Me grito Mercedes haciéndome entrar al auto finalmente junto con Francesca y ella.

-No soy exagerada, soy realista- Asegure intentando salir de nuevo del auto cuando del otro lado entro Facundo impidiendo que saliera. -¡Quiero vivir!-Grite finalmente.

-¡Martina, mi primo no te matara!-Me grito Francesca mientras Jorge entraba en el asiento del conductor, y Marcos en el asiento del copiloto.

-Ganas no me faltan, podría intentarlo… si no se calla- Me amenazo Jorge.

-¡No ayudas, Miranda!- Lo reto Francesca.

En todo el transcurso de la preparatoria hasta mi casa me la pase quejándome de lo mal que conducía Jorge, diciéndole cosas como: “Seguro no tienes licencia” y ese insulto perdió la gracia cuando él me la enseño con la condición de que me callara, lo cual prometí pero no cumplí pues comencé con mas criticas como: “Conduces muy mal, seguro te robaste la licencia” “Vamos, Miranda. Tengo una vida por delante, no quiero morir ahora por tu maldita culpa”

Al llegar a mi “casita” me puse tan feliz que fui la primera en salir del auto y gritar “¡Gracias Dios, por no dejarme morir!”. Toque el pequeño botón y al instante una voz amable atendió: “Mansión de los Navarro ¿Qué desea?”

-Soy yo, Martina Navarro, entrare con unos amigos. ¿Mis padres están?

-Señorita Navarro, bienvenida. Si están en el patio trasero.- Murmuro atreves de aquella maquina.- Adelante- El gran portón se abrió y agradecí.

Todos bajaron del auto y me siguieron.

-¿Desean algo?- Pregunto Elizabeth, la ama de llaves.

-Están en su casa…- Les dije a todos. Ni modo de decirle “Jorge, vos no me caes bien así que no pidas nada, no toques nada y no hables con nadie” Es primo de mi amiga.- Iré con mis padres.

Subí las enormes escaleras para ir hacia mi habitación, saque una ramera blanca, nada de otro mundo, unos jeans grises, mis converse blancos, y me hice una coleta de caballo. Baje hacia el patio trasero donde estaban mis padres. Seguramente.

Camine hacia ellos donde estaban comiendo en una pequeña mesa, mientras mi hermano Francisco estaba en la pileta.

-Hija, te estábamos esperando-Murmuro mi amorosa madre cuando me acercaba a ellos.

-Solo vengo a pedir permiso para ir a casa de una amiga, tenemos un proyecto para mañana- Cuando llegue finalmente tome un tazón de fruta que había ahí y comencé a comerla.

-¿Qué proyecto?-Pregunto mi padre limpiando su boca con una servilleta.

-Tenemos que hacer un producto para vender en le preparatoria por un mes, tenemos que recaudar fondos para eventos y otras cosas más- Resumí.- ¿Puedo ir?

-Quiero que vuelvas temprano, solo porque es un trabajo Martina-Murmuro mi mamá-Ve con cuidado.

-Gracias…- Dije y bese su mejilla para después hacer lo mismo con papá- Nos vemos más tarde.- Y salí corriendo de ahí no sin antes dejar el tazón de fruta vacio ahí.

Comenzamos con la preparación de los moffis los cuales quedaron riquísimos y hermosos.

Después hicimos los brownis que quedaron igual de ricos y bellísimos.

Francesca reunió a los tres chicos en el comedor y les dio a probar un muffin y un browni para todos. Terminaron rogando por más.

-Ándale, Francesca, dame uno, si?- Volvió a rogar Jorge por milésima vez.- Dame uno que tenga la letra “S”

-¿Por qué la letra “S”?-Pregunto curiosa Mercedes.

-Por Sara. Mi novia.- Respondió este.

Sentí una punzada en mi corazón. Ya no eran esas maripositas que sentía antes, no fue agua la que acabo con ellas, fue asido, un asido llamado “Sara”

Tantas desilusiones en un día cansan.

Si se Trata de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora