Había pasado una semana y yo aun no iba a la preparatoria, y no era porque estaba enferma, hace tiempito que ya no lo estaba, pero eso pensaban todos, aun que yo sé perfectamente la razón por la cual eh querido faltar; la verdad no siempre es buena, o no en este caso al menos.
Aun tenía prohibido comer lácteos por que estaba “enferma”, pero por ahora es lo menos, n...o quiero tener que afrontar la verdad, creo que debí pensar las consecuencias antes de meterme en todo este enredo sobre “Romina Van Daan”.
-¡Lo sabia! ¡Vos no estás mas enferma!- grito Mercedes entrado a mi habitación abriendo la puerta de golpe, ¿Justo cuando estoy comiendo golosinas? Me levante y después recordé que estaba “enferma” y me volví a acostar, tarde, pero lo hice.
-¿Eh? ¿De qué hablas Mechi?- le pregunte haciéndome tonta. Mercedes me fulmino con la mirada y se puso delante de mí, obviamente molesta.-Hola…
-No te hagas la tonta, sabes perfectamente que no lo sos, y sabes perfectamente que no estás enferma- me acuso señalándome con el dedo- ¿Sabes lo mucho que nos preocupamos Fran, y yo?
-Lo siento- me encogí de hombros- no tengo ganas de ir a la escuela, no tengo ganas de decir la verdad. ¿Por qué no simplemente podemos olvidar el tema?
-¿Es por Jorge?- me pregunto, no conteste- ¿No quieres decir la verdad? ¿Es eso, Martina?- insistió.
-¿¡Qué pasa si no soy lo que él espera!?- grite molesta y completamente sentimental- ¿Cómo puedo estar segura de que no dirá o hará algo que me lastime?
-Sabes perfectamente que Jorge no es de esa clase de chicos- comenzó Mercedes- creí que el conocerlo te daría seguridad, Marti.
-Y yo creí que sabias que no soy ese tipo de chicas, Mercedes- me cruce de brazos, molesta.-no soy como vos, no soy como Fran.
-Chicas, adivinen quien esta acá…- murmuro mamá- ¿Ya te sientes mejor, Tinita?- pregunto y asentí, sin mirarla.- Me alegro, pequeña. Las dejo solas.
-¡Me alegro mucho de que ya estés mejor, Marti!- me dijo, Fran, emocionada. Pero yo seguía seria, al igual que Mercedes- ¿Paso algo de lo que me tenga que enterar?
-Solo que Martina nos mintió, para no ir a la preparatoria y no afrontar la verdad- soltó Mercedes.
-Que mal, porque tengo noticias muy buenas, Martina- me tentó Francesca.
-Escucho- susurre, ella se sentó a un lado de mi.
-Jorge a estado buscando a la chica, toda la semana- murmuro Fran, abrí los ojos como platos.
-¿Enserio?- pregunte tragando pesado.
-Sí, hoy lo ayude a hacerlo- contesto haciendo comillas en “ayude”- ¿Mañana iras a la preparatoria?
-Si…- susurre apenas audible. Mire a Mercedes quien me miraba seria.- ¿Qué?
-Tienes que usar el brazalete- murmuro Mechi, cortante.
-Lo hare…
Tenía tantas ganas de arrebatar el estúpido brazalete y arrojarlo por el escusado, no quiero que Jorge sepa que yo soy la tal “Romina Van Daan”, pero si eso hace feliz a Fran, y Mer se siente mejor, lo hare.
-Ey, ¿Ya estas mejor?- me pregunto la voz del chico que hacía que me temblaran las piernas.
-Sí, supongo- le sonreí. Levantando mis brazos para estirarme y que notara el brazalete.- ¿Cómo la pasaste esta semana?
-Supongo que bien- sonrió- ¿Qué horas son?- pregunto tomando mi mano, donde estaba el reloj y donde casualmente estaba el brazalete.- Me tengo que ir, mi primer clase es dentro cinco minutos, nos vemos.- dicho esto, se fue.
¡No, no lo noto!
Camine hacia el aula donde era también mi primer clase, llegue al pupitre, y me senté, sin percatarme de que sucedía a mi alrededor. ¿Por qué Jorge no noto el brazalete? Tal vez solo fui una chica cualquiera para él, pero Fran dijo que él me había estado buscando, ¿Y si Fran mintió? No, no creo. ¿En verdad quieres que se dé cuenta de que eres vos? No y es mejor que no lo sepa, mientras este en mis manos, el no lo sabrá, nunca.
-¿Y? ¿Ya hablaste con Jorge?- pregunto Fran, interesada. Ya había terminado la primera clase, y el aula estaba completamente vacío, solo Fran, Mer y yo.
-Sí, pero no lo noto- me encogí de hombros- tal vez es una señal de que no debe saber nada.
-Ese chico está completamente despistado- rodo los ojos, Mercedes.- tan loco que esta por vos, pero no se da cuenta de un simple brazalete.
-Pasaste toda la fiesta con él, te besaste con el ¿Y no puede notar un brazalete?- ahora se quejo, Fran.
-Bueno, Jorge no es de esos chicos- ambas asintieron.
-Tenemos que pasar al plan B- murmuro Fran, pensando.
-¿Otro?- me queje.
-Sí, Jorge debe saber que sos vos Romina Van Daan- aseguro Mercedes.
Toda el día me queje, bueno, cada vez que podía, yo no quería que Jorge supiera que era yo, no soy lo suficiente buena para él, no soy de esas chicas a las que seguro el está acostumbrado… simplemente, no.
Al llegar a casa, entre a bañarme, me cambie, salí a la sala, donde estaba Francisco, viendo una película, y me uní a él.
-¿No saldrás hoy con tus amigas?- pregunto, frunciendo el ceño.
-¿Quieres que me vaya?- le pregunte, tratando de parecer ofendida.
-No estaría mal…- bromeo riendo.
-Eres el peor hermano que eh tenido.- murmure entre risas.
-Y el único- me acordó.
-¿Qué paso con mi hermana, eh?- pregunto.
-¿Cómo?- fruncí el ceño.
-Antes pasábamos todo el tiempo juntos, ahora ni te acuerdas de mi existencia- el corazón se me encogió al escuchar aquello.
-Te quiero mucho, tonto- le dije abalanzándome hacia sus brazos.- Y en mi defensa, si se de tu existencia. ¿Qué tal suena “Lo que queda del día con Francisco”?
-¿Películas?- pregunto sonriendo. Asentí- Bien, iré por las porquerías nada saludables.
-Yo pondré otra película, esa que pusiste da asco- bromee sabiendo que era una de sus películas favoritas.
Había olvidado cómo era pasar un día completo con Francisco, y ahora espero que se repita muchas veces.
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Si se Trata de Amor
Любовные романыLo que comienza como un accidente... termina en algo maravilloso. ¿Te animas a descubrirlo? Esta Novela no es mía, es una adaptación de Facebook, pero me encanto. Es una trilogía original escrita por MaJorge.