Estábamos a tres días de las vacaciones, ¿Pueden creer lo rápido que se pasa el tiempo?
Había salido con Diego, y podría decir que ya lo conozco perfectamente; gracias a él, las burlas cesaron, a su lado me sentía más segura y tranquila conmigo misma, Diego es de esas personas que saben cómo subir el animo a los demás, el era mi persona.
Comenzó el frio, y yo soy demasiado friolenta a decir verdad; usaba unos jeans blancos, botas negras, una remera con cuello blanco, un pequeño saco hasta negro, el cabello planchado; recogido en una trenza de lado, un gorro y unos guantes.
-Tengo demasiado frio- escuche la voz de Mercedes, me gire a verla con una sonrisa; ese conjunto rojo le queda a la perfección.
-Yo también tengo, Mer- murmure frotando mis manos, aun con guantes, hacia demasiado frio.- Oye, ¿Has visto a Fran?
-No, la estaba buscando, pero no eh tenido suerte- me dijo.
-Esta rara últimamente- afirme- pero, ¿Por qué?- me cuestione.
-Creo que es por Jorge- comenzó Mercedes. Seguro, si no la paro, comenzara a darme su sermón diario.
-No me interesa saber nada de Jorge- la interrumpí- creí que ya lo sabías. No lo nombres. El me ha tratado muy mal, Diego no lo hace.
-¿Ahora ves a lo que me refiero?- murmuro, irritada- se entera de la verdad y vos te la pasas juntita con Diego.
-No confundas las cosas, Mechi- le ordene- Diego no tiene nada que ver con Jorge y su carácter…
-¿Jorge y su carácter? Te recuerdo que el se entero de nuestra mentira y…- me miro con el ceño fruncido- sos vos la que día y noche estas; Diego esto, Diego el otro… Diego, Diego, Diego…
-¿Y?- pregunte. Yo no veo el problema de eso- solo me falta que vos te pongas de su parte. Eso sería el colmo- me cruce de brazos.
-Como sos cabeza hueca, Marti, es demasiado obvio.- murmuro- no pelemos. Me tengo que ir, tengo clase y no puedo perderla, nos vemos más tarde- se despidió con un beso en la mejilla y salió caminando a paso rápido.
Mire mi morral, tenía unas cuantas libretas de materias que ya no tendría hasta volviendo de vacaciones, gruñí, el hecho de tener que ir hasta los lockers e dejar estas libretas me daba pereza, pero lo hice.
Abrí el locker con la pequeña llave, busque en mi morral las libretas que tenía que dejar, y comencé a sacarlas y dejarlas en un orden.
-Hola…- la voz masculina de alguien al otro lado de la puertecita me distrajo.
-Diego- sonreí al pensar que era mi Diego. Quite aquella barrera, pero el no…
-No, Jorge.- me corrigió, fulminándome con la mirada. ¿Qué iba yo a saber que era él?
-Eh… yo lo siento- me disculpe volviendo a poner la puertecita entre nosotros. Se movió del otro lado, donde no podía tapar con nada esos ojos verdes que me hicieron llorar más que otras veces.- ¿Se te ofrece algo?
-No- contesto simplemente, sonriendo y cruzándose de brazos.
-Bien, adiós- me despedí, dando a entender que se fuera. Pero no lo hizo, maldito Jorge.
-¿Dónde dejaste a Diego, Martina?- me pregunto “¿Qué rayos te importa Miaranda?”
-¿Dónde dejaste a Sara, Jorge?- copie su pregunta, pero con tono menos agradable.
-¿Te gusta Diego?- me cuestiono, levantando una de sus cejas.
-¿Qué si me gusta?- volví a contestar con una pregunta, levantando una de mis cejas y cruzándome de brazos, para quedar igual que el.
-Simple curiosidad, Martina…- murmuro riendo.
-La curiosidad mato al gato, Jorgito- le el pasillo por donde tenía que desaparecer- Cuidado, Jorge. No querrás que te vean con gente como yo.
-¿No pudiste conmigo y fuiste tras otro?- me pregunto en tono de broma… tono de broma completamente ofensivo.
-¿Eh?- dije en un susurro, con el ceño fruncido.
-Como lo oyes, ¿Diego es el siguiente en tu lista?- volvió a ofenderme. Podrá ser la peor persona del mundo, pero… supongo que aun que me diga cosas como estas, lo quiero.
-¿El siguiente?- pregunte irónica, ¿El quiere jugar sucio?- él es el primero, Jorge. Creí que ya habíamos hablado del tema, el que yo me involucrara con vos de esa manera fue un favor, un favor- recalque.
-Eso no es lo que dice Fran, Martina- me echo en cara. Francesca Divella, hablaremos.
-No sé que dice ella, pero yo se la verdad- me encogí de hombros, tratando de que pareciera que no me importaba en lo más mínimo.
-Lamento lo que te dijo Sara- se disculpo.- hable con ella, no te volverá a molestar.
-No es necesario- asegure, ¡No juegues con tus dedos! ¡No lo hagas!- está en su derecho, Jorge, es tu novia.
-Pero…- se acerco a mí, haciéndome dar pasos inseguros hacia atrás- yo no quiero que te alejes de mi…
Balbucee un par de cosas sin sentido, divise a Diego caminando hacia nosotros a paso rápido, Jorge lo noto y miro hacia la dirección en la que yo lo hacía, cerró los ojos molesto y se puso a un lado de mi, de nuevo con los brazos cruzados.
-Te eh estado buscando, Marti- murmuro- Quiero que me acompañes.- me extendió su mano.
Volví mi mirada hacia Jorge, quien me miraba al igual que Diego, esperando una respuesta.
-Si…- susurre apenas audible, tome la mano de Diego y comenzamos a caminar, dejando a Jorge atrás. Ya más lejos volví mi mirada hacia donde estábamos hace segundos y Jorge ya no estaba.
Jorge no me quiere lejos de él…
“-¿¡Y te creíste que yo estaría con una chica como tú!? ¡No me gustas, Martina! ¡No me interesa lo más mínimo lo que hagas con tu vida, tengo una novia!”
Pero yo si lo quiero lejos de mí…
Diego me llevo a un lugar que ni siquiera sabía que existía en la preparatoria, era un lindo pequeño jardín en la parte trasera.
-Te traje aquí- comenzó tomando mis manos- porque quiero decirte algo.
-Dime…- murmure. Y de pronto me olvide de todo.
-Ya nos conocemos cierto tiempo, y me gustas como nadie, Martina- me confeso, haciendo que me derritiera.
-Vos también me gustas, Diego- ahora confesé yo. El me sonrió, acariciando mis manos.
-Me preguntaba… si tú… querías, ser mi novia.- me dijo, mirándome fijamente.
-¿Me hablas enserio?- pregunte sonriendo.
-Nunca he hablado mas enserio- aseguro. Me atrajo hasta a él para abrazarnos, recargue mi cabeza en su hombro, sintiéndome… bien.
-Si quiero ser tu novia, Diego…- dije, segura de lo que había dicho. El rompió el abrazo para acercarme a él y a sus labios que ya tenía ganas de probar. Y al fin, sucedió… el mejor primer beso de todos.
-Te quiero…- susurro cuando nos volvimos abrazar.
-Yo también te quiero, Diego- susurre recargando mi cabeza en su hombro.
Mi primer beso fue con Diego Gimenez.
Y así lo quiero recordar no quiero recordar el de Jorge Miranda.
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Si se Trata de Amor
RomanceLo que comienza como un accidente... termina en algo maravilloso. ¿Te animas a descubrirlo? Esta Novela no es mía, es una adaptación de Facebook, pero me encanto. Es una trilogía original escrita por MaJorge.