XV

10.1K 1.9K 468
                                    


🍂


Taehyung caminó con una especie de terror desbordando sus sentidos, el peso en sus sienes era inminente y maldito. El ojo marrón fue capaz de captar el camino hasta la ventana, la cual subió con dos simples movimientos de sus dedos temblorosos. Tragó saliva al ver frente a frente a Jungkook, que con una simple camiseta negra se coló dentro de cuarto. Un saltó reinó sobre el suelo, llenando un poco el silencio del lugar. El aire frío rápidamente comenzó a colarse por la ventana, un bello atardecer de media estación podía iluminar la mitad de sus rostros, además de crispar los vellos de sus brazos.

Jungkook le sonrió de manera tierna pero al ver que el gesto no fue correspondido, volvió a un semblante de por sí muy preocupado.

—¿Pasó algo...? —Preguntó con su voz gruesa pero celestial, y sólo en ese momento notó el parche de pirata sobre el ojo celeste. Con su ceño fruncido y preocupado, acercó de manera lenta y grácil sus manos suaves para tallar el plástico negro, y llenando sus labios de saliva fue testigo de los temblores en el cuerpo del menor; terror bestial, como mareas cubriendo el infierno de su alma. —¿Por qué el parche TaeTae?

—Hoy... Hoy pasó algo horrible. —Susurró enfocando el ojo chocolate en el ceño preocupado del mayor y sintiendo el tacto de las yemas leves contra la piel. Tragó saliva tratando de contener sus mismas sienes sudorosas, insultando a medio mundo pero siendo testigo número uno de la belleza que irradiaba ese joven pelinegro. —Algo que... Que sinceramente no puedo creer que haya pasado.

—Me estás asustando. —Susurró comenzando a palpar el nacimiento de sus cabellos de manera suave, para lograr calmarlo de alguna forma que el menor no comprendía. El frío viento que entraba por la abertura era más fuerte, más errático, logrando mover hasta los cabellos oscuros del mayor.

Taehyung suspiró, sus pulmones erráticos sintiendo millones de agujas dolorosas. Tan sólo recordar la figura de Jungkook ardiendo en llamas, ese extraño canto que desgarraba la garganta resonando en sus oídos que lo hacía yacer sobre sus mismos ríos de sangre. Su terror infinito también se centraba en aquel color negro que pudría la piel desde adentro, cortando la circulación de todas las venas.

Carraspeó, el agua salada de mar pretendiendo bajar de entre sus cuencas.

—TaeTae, por favor, ¿Qué pasó? —Insistió con leves toques sobre su cabello, logrando un brillo dentro de sus acciones que volvieron loco al menor. Un insano, pero desbordando dulzura, porque no entendía como esas yemas podían darle tanta tranquilidad.

—Fue horrible Jungkook, horrible. —De repente las gotas comenzaron a salir una tras otra creando un camino marchito de desgracias, de horror latente en su corazón. Los dedos fríos sólo atinaron a tomar la playera del mayor para estrujarla entre sus dedos, logrando una horrible incomodidad con el yeso, buscando mucho más que una simple contención. Sorbió su mucosidad antes de seguir hablando. —Era... Todo era fuego, todo. El suelo tenía sangre, mis manos estaban negras y... el dolor, la desolación, la sensación asquerosa de agobio. No había nadie, ni ciudades ni personas... Sólo...

—¿Me estás diciendo que viste todo eso? —Preguntó sorprendido,  viendo como el menor asentía con la cabeza. Los dedos finos se tomaron más fuerte de su remera, arrugado, pretendiendo tomar un poco de su bella alma. Jungkook comprendió el por qué del parche. —Tae, ¿Alguna vez te había pasado? —Su voz melodiosa logró hacerlo suspirar dentro del mismo sollozo, sonidos desesperados de su organismo moribundo. Los ojos se encontraron, café con chocolate tratando de descubrir los más profundos secretos.

Heterochromia • ADAPTACIÓN • JJK + KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora