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—¿Estudiaste para el examen?

Jimin se volteó de su asiento para enfocar la mirada en el bicolor, que hacía un esfuerzo sobrehumano para mantener sus ojos sobre el cuaderno. Suspiró como tres veces seguidas antes de elevar su rostro, pero de alguna forma e increíblemente el pelirosa no se veía tan destruido como esa misma mañana. Frunció el entrecejo confundido, detallando mucho más de lo que podría haber deseado.

—Sí, estoy repasando igual, no me siento muy seguro. —Respondió aún pasando sus ojos juguetones por sobre el rostro del contrario, sintiendo varios respingos en su columna vertebral por tal imagen.

Su piel era rosada otra vez, pero no en un tono chillón si no más bien un canto pastel de colores, ojos chocolate e impacientes, cabello rosa y no prendido en horribles llamas. Como si aquella depresión profunda que tenía simplemente se mantuviera dentro de los orbes que lo observaban con recelo.

Taehyung nunca había visto pieles rosadas en su vida, pero Jimin ya las había portado dos veces.

—El tema no es difícil pero me cuesta bastante, ¿Podrías ayudarme en el recreo? —Preguntó con un halo de inocencia a lo que el castaño asintió, de igual forma Park notó su mirada distinta a la de otras veces.

Intentó voltear sobre su asiento de nuevo pero su voz fina y temblorosa lo detuvo.

—¿Te pasa algo? —Quizá había sido un impulso, algo dentro suyo que lo quería hacer gritar. El pelirosa tragó saliva y se encogió de hombros, con una pequeña sonrisita colgando de su gesto indiferente.

—¿A qué te refieres? —Acomodó mejor sus brazos sobre la madera del asiento contrario, notando que Taehyung intentaba con su dedo índice rascar debajo del yeso. Algo que sin duda se le dificultaba bastante, para colmo le daba comezón todo el tiempo.

—Te veo distinto. —Dijo sin pensar, pero el contrario lo tomó como algo normal. Quizá sonreía más de lo habitual, saludaba cortésmente a las personas de la escuela o simplemente tenía un semblante poco parecido a la desgracia. Cosas que cualquier persona podría notar.

Ningún gusano sobre su piel, tampoco agujeros que eran sumidos en la profunda desgracia. Sin duda era una de las auras más interesantes que había tenido el honor de captar, porque parecía bella y peculiar.

—Bueno, estoy saliendo con alguien, puede ser eso. —Respondió con una media sonrisa tímida y sus mejillas rosadas se tornaron de un violeta intenso, algo imposible se vio desde su ojo celeste. Como una luz con los colores del arcoíris se reflejó sobre su dentadura al sonreír de manera enorme; y quería saber más de aquella aura, la curiosidad lograba crisparle los cabellos, lo hacía sentir incómodo con su propio orbe infectado.

Pero el timbre sonó y todos comenzaron a caminar a las afueras del salón.

—¿Cuándo te sacan el yeso?

Luego del examen caminaban con rostros abatidos por los pasillos del instituto, sin duda había sido difícil y se notaba en el semblante de ambos. Aunque ese día en particular Taehyung tenía la iniciativa de pasar tiempo con su compañero, no se veía asqueroso. No era parecido a la muerte. Sus tonos le transmitían una calma que podría acercarse a la que sentía con Jungkook.

Jungkook.

Una semana había pasado desde la última vez que lo vio.

Jungkook.

Como si fuese un susurro, su nombre comenzó a sonar sobre los oídos dispuestos a oir su canto angelical.

—¿Me escuchaste Tae?

Heterochromia • ADAPTACIÓN • JJK + KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora