Lee Jeno usa el francés para enmascarar sus sentimientos hacia Na Sierim. ¿Cuanto tiempo podrá aguantar estando así hasta que su corazón hable?
-Terminada.
-Modificando.
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Casa Na 15:38 Pm
Hyerim se largó un tiempo después, cuando ambas según lo que se dijeron habían entendido todos los temas.A decir verdad Sierim mintió, porque no había entendido ni una fórmula, pero prefirió no hacérselo saber a su mejor amiga porque de ese modo ella se quedaría a explicarle y lo mejor era que fuera a su casa a descansar.
Una vez cerró la puerta la chica soltó un leve suspiro puesto que sabía que fallaría el examen y se consoló a si misma diciéndose que no tenia caso estresarse por ello y que ahora lo mejor sería simplemente tomar una chocolatada y comer galletas con una serie puesta en la televisión hasta que las dos horas que le quedaban para tomar el examen pasasen.
Un leve sonido la hizo salir de su auto apoyo moral y cuando miró hacia el lugar del que provenía se encontró allí con su gatito maullando y sobandose en sus pies.Con una leve sonrisa de pura ternura lo tomó con suavidad entre sus brazos y comenzó a caminar hacia la cocina con él hasta nuevamente dejarlo en el piso a un lado de su plato de comida que momentos antes había rellenado.
—JugJug probablemente sea la última vez que me veas con vida ya que mi cabeza explotará de pensar tanto en el examen—tristemente le habló a su mascota estando de cuclillas a su lado mientras le brindaba unas cuantas caricias y lo observaba comer.
Sierim no pensaba que exageraba, el profesor Jie era conocido por sus clases estrictas de matemáticas.El daba un tema y era mejor que lo supieras de pies a cabezas o estabas muerto, pero la femenina estaba segura que por más que los supiera le sería extremadamente difícil pasarlo, ya que otra característica de este profesor era que lo que ponía en las pruebas era un planteamiento nada parecido al de clases normales.Así que si; no tenía oportunidad.
—Ya llevo escuchándote decir que morirás dos veces en este mes Sierim y aún sigues aquí ¿puedes decirme cuando planeas hacerlo? necesito comprarte las flores —una voz dulce con un tono de broma sonó a sus espaldas y de inmediato la femenina la reconoció como la de Jeno así que se giró, aún en cuclillas, a enfrentarlo.
El chico estaba parado a unos metros de ella recostando uno de sus lados contra la mesada de centro y observándola con una sonrisa pequeña.
—Probablemente hoy, Jeno —respondió siguiendo con su dramatismo haciendo que el mayor soltase una pequeña risa mientras negaba con su cabeza.
—¿Quieres que te ayude? —el castaño ofreció mirándola con sus ojos brillando en una especie de expectativa silenciosa.
—Tienes que estudiar química Lee —Na respondió haciendo una mueca a la par que se levantaba de al lado de JugJug -luego de cerciorarse de que estaba comiendo- y acto seguido se dirigió al refrigerador pasando a un lado del otro.—Además estoy seguro que aunque me ayudes no entenderé nada, soy cabeza hueca —comentó mientras sacaba la chocolatada para servirla en uno de los vasos colocados en la encimara.—¿Quieres?
—Si, por favor —el mayor contestó refiriéndose a la última pregunta y la observó desde un costado sonriendo al imaginarse a Sierim sirviéndole la chocolatada a sus hijos mientras él hacía el desayuno.—Sie, insisto en que te ayudaré, ya había estudiado antes de venir, me sé los temas así que puedo ayudarte y sobretodo cualquier cabeza hueca puede aprender, mira a Jaemin nada más.
Ambos rieron ante lo último y luego de que la pelimiel lo pensara un poco más finalmente aceptó y el par fue hacia al comedor principal, ya que allí estaban las cosas de estudio de la chica, y se sentaron con los vasos llenos de chocolatada y un montón de galletas.
—Si ya sabías los temas ¿por que que viniste?—la menor preguntó abriendo su cuaderno distraídamente.
—Parce que je voulais te voir —Jeno soltó y la castaña levantó su mirada hacia el confundida, al verla el chico rápidamente se apresuró a a hablar nuevamente.—Perdón, aveces se me confunden los idiomas, quise decir que Jaemin me arrastro—vagamente mintió sin embargo la joven pareció creérselo al asentir.
Luego de ello juntos comenzaron a estudiar, cada tema él se lo explicaba fácilmente para que la menor lo entendiera, cuando ella lo hacía procedía a plantearle ejercicios y si los hacía bien pues siguiente tema y si no repasaban.
Ambos estaban demasiado cerca, sus codos chocaban con el más leve movimiento y sus respiraciones hacían guerra en el rostro del otro cuando giraban a verse a la vez.Ante esto Jeno no podía evitar embelesarse y admirar su pequeña nariz, sus afelpados labios rojos tal cual cereza y sus ojitos parecidos a los de un cachorrito confundido cuando trataba de resolver un ejercicio.¿Ser tan hermosa acaso era permitido?
Si él moriría joven la causa sería su corazón, el cual saltaba emocionado cuando la tenía cerca y dolía cuando no la veía en días.Jeno estaba completamente enamorado de ella y aquello solo lograba aumentar más cuando sucedían cosas como esas; rozamientos, miradas entrelazadas y sonrisitas.
Aún así Sierim no se quedaba atrás, cuando Jeno tomaba su cuaderno para repasar química mientras ella resolvía los ejercicios le daba una mirada que creía era rápida pero en realidad demoraba varios segundos, pasmada por lo surreal que su belleza le resultaba, ¿Lee Jeno era tal vez alguna especia de fantasma que vino a atormentarla? puede que si, uno guapo.
En una de esas miradas tantas miradas él la pillo y a pesar de que la chica con las mejillas tintadas de carmín se encargó de apartar rápidamente su vista hacia el cuaderno entre sus manos no se salvo de las palabras del mayor.
—Cambie mi tono de pelo ¿mirabas eso?— preguntó y Na no tuvo más remedio que voltear a verle a los ojos y fingir que efectivamente solo lo observaba por ello.
—Si, se te ve bien —soltó entre dientes no queriendo alagarlo en voz alta debido a la vergüenza.
—¿Me veo infinito?
Jeno soltó y luego de hacerlo el arrepentimiento invadió su cuerpo, se le había escapado pero cuando quiso inventar una excusa ya era demasiado tarde, la chica ya lo había escuchado claramente y se había quedado callada mirándolo con una expresión de shook.Lee Jeno tal vez había echado todo su esfuerzo a la mismísima basura o más profundo.
Infinito
Esa palabra que Sierim hace años no escuchaba siendo utilizada como adjetivo.Cuando ella era pequeña había creido que la palabra infinito se utilizaba para describir a algo absolutamente hermoso, perfecto, sublime; y por ende ella solo decía infinito a algo que en verdad consideraba que estaba a otro nivel de belleza.
Luego de lo que pasó con Jeno le había prohibido a todos sus amigos -quienes con el paso del tiempo habían adquirido el uso de la palabra- que la utilizasen de nuevo, porque Na Sierim durante toda su vida solo había conocido una sola cosa capaz de ser atribuida con la palabra infinito, y esa cosa tenía nombre y apellido; Lee Jeno.
Lee Jeno era infinito.
Y sin pensarlo dos veces asintió, haciendo a ambos corazones revoletear sin parar.