Je t'aime |Lee Jeno

Trente

Deja de andar jugando  o tendré que meterme al juego.

Al minuto de haberse quedado en aquel pasillo sollozando por el dolor que sentía en su pecho al su corazón parecer estarse partiendo como cristales sintió como dos personas se sentaban a su lado, ya que estas chocaron sus brazos con los propios.

Sin embargo no quiso levantar la cabeza ya que estaba segura que su cara estaría completamente destrozada de lo fuerte que había llorado.

Trató de contener el llanto y hacer que parase para que los individuos a su lado no viesen nada raro pero fue en vano porque sin permiso un hipido salió de su garganta y seguido de varios más y como si de un botón de inicio se tratase el llanto volvió a comenzar.

Lo siguiente que sintió fue como dos brazos la rodeaban, abrazándola con fuerzas y acariciando su espalda, la persona a su izquierda la había abrazado.

—Se está comportando como un imbecil.

Podría reconocer esa voz fácilmente, después de todo diez años le servían para aquellas cosas.Renjun estaba a su derecha y, según el olor a durazno que desprendía la camisa del sujeto abrazándola, Haechan a su izquierda.

—Siempre lo fue pero esta vez es imbecil del lado malo.

La pequeña rió sin ganas por el comentario del moreno y trató de calmar su sollozo logrando luego de unos minutos que lo único que saliesen de sus ojos fueran pequeñas gotas que recorrían su rostro hasta su mandíbula trazando con cada milímetro el retrato de la pesadumbre.

—¿Vieron lo que sucedió? —en un hilo de voz preguntó  cuando finalmente se separó de Haechan y alternó sus miradas entre los dos chicos, quienes le dedicaron una sonrisa de compasión, ya se imaginaba cual era su estado para que sus miradas fuesen así.

Haechan y Renjun siempre habían sido del tipo de amigos con los que no te hablas tan seguido ni tampoco quedan para verse pero que sin embargo siempre existirá la misma confianza entre las dos partes.

—Lo hicimos, los tres estábamos yendo a buscar algo a la habitación y los encontramos, no quisimos interrumpirlos—Renjun le respondió acariciando el pelo de la pequeña y tratando de limpiar los restos de lágrimas delicadamente con su derecha sobre sus mejillas.

—¿Tres?

—Mark estaba con nosotros y si te sirve de consuelo en este momento le estará quebrando algún hueso a Lee idiota Jeno.
   
•••

—Si das otro paso para escaparte como un cobarde te olvidas de que existo Jeno.

Esas habían sido palabras suficientes para que el pelimiel girase en medio del patio, delantero de la casa en dirección al dueño de esta quien se encontraba en el porche. Suspiró, estaba cansado, solo quería irse a casa pero cuando levantó la vista y lo vió Su rostro se llenó de confusión, creía que sus palabras habían sido una broma porque se estaba yendo sin despedirse pero su rostro demostraba furia por lo que  levantó sus cejas en señal de pregunta.

—Bien, lamentó haberme ido sin despedirme pero surgió algo Marku y necesito llegar a casa.

Comentó entre risas acercándose al mayor para intentar abrazarlo sin embargo este lo empujó bruscamente.

—¿!Que mierda te sucede Lee Jeno¡? —Gritó sin controlarse y al ver que el otro había perdido el equilibrio se abalanzo hacia el, tirándolo al piso y quedando encima de este.

—¿!Que dia-

—Cállate y escucha,dame una maldita explicación del porque trataste a Sierim así y considerare no partirte la cara.

El menor se sorprendió, no creyó que alguien los estuviera viendo cuando sucedió eso pero no pudo aguantarle  la mirada y lo único que logró hacer fue mirar al piso.

—Sabes bien que ella no se merece eso, sea cual sea tu problema no te desquites con Sie idiota.Has estado un gran tiempo detrás  y vienes de un momento a otro a arruinarlo todo ¿que diablos te sucede?

—No tengo ningún problema Mark, simplemente dejo de gustarme.

Eso había sido la última gota que Mark necesitaba para explotar, se sentía furioso e impotente frente a toda esa situación.

—Bien Jeno,no pienso siquiera ensuciarme las manos golpeándote.Te deje todo el camino libre todo este tiempo porque creí que eras mejor opción pero veo que no,así que Jeno deja de andar jugando o tendré que meterme al juego.

Se levantó de encima de él y se metió de nuevo en su casa dejando a Lee Jeno atrás sin saber que lo que el chico más deseaba era haber recibido una paliza.

—-
Hoy les presentamos como hacer veinticinco capítulos para que los lectores amen un personaje y lograr que lo odien con dos.MDMS