Prólogo

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Había algo que era difícil para un estudiante de preparatoria, eso era simplemente el sobrevivir dentro de una comunidad en donde más que alumnos, parecían haber animales dispuestos a dañar a cualquiera, con cualquier cosa que se fuera descubriendo.

No importaba si eras parte de los populares, si eras de los que se pasaban la tarde entera en la biblioteca, si eras hijo de algún docente o el mejor deportista de la escuela, bastaba con que supieran la mínima cosa que sabían te desestabilizaría, para utilizarla en tu contra hasta hundirte, y hacerte sentir miserable.

Geremy Lobur, sin embargo, era ese tipo de chicos que siempre sonreía. No poseía una fama muy extravagante, pero al menos su nombre de vez en cuando vagaba por los pasillos como aquel tipo que estaba en el club de música, que le gustaba tocar la guitarra y de vez en cuando los dejaba deleitarse con su tono de voz. Geremy era agradable, quizás uno de los únicos que no se molestaba cada vez que se burlaban de su exagerada estatura o de sus pronunciadas orejas, y es que, si algo tenía muy presente, es que mientras más importancia le diera al asunto, más alimentaba el morbo de sus compañeros.

Sin embargo, Geremy tenía un hermoso y femenino punto a su favor; Jamie Collins. O Nana, como prefería que le dijera todo el mundo. Era una mujer alta y bellísima que sacaba más de un suspiro a los hombres de la preparatoria, sin embargo, aquella hermosa chica estaba actualmente en una relación con nada más ni nada menos que Geremy, el tipo alto de orejas gigantes y sonrisa de maníaco. Es por este motivo que Geremy se decía a sí mismo que no lo molestaban lo "suficiente", sabía que el hecho de tener como novia a una de las chicas pertenecientes al grupo popular de la escuela ayudaba mucho en su reputación, pero de todas maneras no es algo que le preocupara demasiado... Sobre todo, cuando Nana ni siquiera había hecho pública la relación de ambos.

Por otra parte, estaba Kellan Revens. Experto en atletismo, de cuerpo formado y piel morena. Kellan era un chico que pasaba casi desapercibido, aun así, tenía a unas cuantas chicas suspirando por él en los corredores, y es que podría ser fácilmente popular si se lo propusiera, pero había algo que evitaba que consiguiera tal objetivo... Su secreto familiar, que durante los últimos meses dejó de ser eso; un secreto.

Kellan era conocido como el 'maricón' de la preparatoria, y no precisamente porque se hubiese declarado homosexual en algún momento de su vida, sino por el simple hecho de que su familia no estaba dentro de lo que la sociedad estipulaba como normal. Él no tenía una madre, al contrario, en vez de una figura femenina él contaba con dos figuras masculinas como padres, y aunque adoraba a ambos hombres por igual, a veces no podía evitar el sentirse frustrado. Los ataques y burlas con los días habían ido ascendiendo, y con ello, Kellan comenzó a pensar en algo que lo sacara de aquel suplicio, y no encontró mejor manera que demostrar qué tan heterosexual podía llegar a ser, sin importar que sus padres fueran dos hombres. 

No lo nieguesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora