Parte 6: Encuentro

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GEREMY



Por alguna razón que desconocía, no dejé de pensar en Kellan el resto de la tarde. Quizás había quedado algo sorprendido por el hecho de que parecía ser un chico simpático, muy contrario a como se dejaba ver en la escuela. No conocía ni sabía mucho de él, sin embargo, más de una vez había oído rumores sobre su persona, específicamente de chicas que suspiraban y hacían reclamos sobre lo Casanova que era, y de hombres que admiraban su desempeño deportivo, pero a su vez lo envidiaban por la buena suerte con las chicas.

Aunque claro, eso solo era una minoría. En realidad, Kellan Revens era conocido por un tema principal y bastante llamativo: Era hijo de una pareja homosexual. Nadie más allá de Daemon Beckett sabía la verdadera historia detrás de ello, pues Kellan no se daba el trabajo de explicársela a nadie porque no se le daba la gana, y Daemon resultaba ser un amigo bastante leal que cuando le hacían preguntas solo fulminaba con la mirada y era suficiente para saber que de su boca no saldría ni una sílaba con respecto a su amigo y su vida.

No podía evitar compararlos con mi relación con Kris. Éramos excelentes amigos desde hace años, y sé que él me cuidaría y defendería del mismo modo que Dae lo hace con Kellan; amistades como esas son las que valían la pena.

Y nuevamente, por una razón que desconocía, me alegraba que Kellan tuviese a alguien de aquel grado de confianza, aunque la idea de ser más cercano a él había comenzado a atormentarme desde que puse un pie dentro de la casa de mi amigo.

Kristopher seguía durmiendo desde que llegué, abrió la puerta para mí y volvió a escabullirse en su cuarto, dejándome solo y "Estás en tu casa, ya sabes" haciéndome sonreír y enviándolo a dormir otra vez. Me adentré en su cocina desde entonces y comencé a trabajar con los ingredientes que mi amigo tenía generosamente dispuestos para mí en el mesón de la cocina, poniendo en ello todas mis artes culinarias para hacer comida casera que cayera en el buen gusto de la familia Anderson. Estaba seguro de que padre e hijo no habían comido algo decente en días.

Y hablando de comer de manera decente, por mi mente pasó el hecho de que Kellan mencionó que Daemon también le cocinaría a él esta tarde. ¿Acaso el moreno no sabría sobrevivir por su cuenta? ¿No se supone que vivía con sus padres?

Me frustré al sorprenderme nuevamente pensando en él, era alocado y casi enfermizo, no llevaba ni un día de haberle dirigido la palabra y el chico ya ocupaba gran parte de mis pensamientos.

—Quizás es porque tengo realmente una curiosidad enorme por su vida... — Murmuré para mí mismo mientras vertía agua hirviendo en una cacerola, sobre los vegetales salteados.

—¿Por la vida de quién? — Reboté en mi sitio y me giré apuntando al alto de cabello rubio con la cuchara de madera.

—¡Casi me matas del susto! — Solo giró los ojos por mi exageración, y se acercó a mí mirando mi creación.

—Geremy, eso huele increíble... — Halagó y pude jurar que hasta mis oídos llegó el sonido de sus tripas. — Moriría sin ti, bro. En serio.

—Lo sé. Ahora siéntate y espera, que pareces perro hambriento.

—No es muy lejano a como me siento... — Respondió con desinterés, encogiéndose de hombros. — ¿Me dirás qué murmurabas con tu consciencia? ¿De quién te importa la vida?

—De Kellan Revens. — Respondí sinceramente, mirando a Kristopher de reojo quien de inmediato alzó una de sus cejas, dándole una mordida a la manzana que había cogido de su cesto de frutas sobre la mesita.

No lo nieguesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora