Parte 9: Encargos

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GEREMY



Había recibido un mensaje de Daemon pidiéndome que nos reuniéramos durante la hora del almuerzo para ver lo del taller. Era algo complicado coincidir horarios dado que yo iba un curso más arriba que ellos, es por ese motivo que sólo durante la hora de la comida podíamos hablar tranquilamente y ponernos de acuerdo.

Kris caminaba con pereza a mi lado, nuevamente se veía cansado haciéndole muy buena alusión al lunes. Ni decir de cómo había llegado durante la mañana, parecía un fanático honrando a The Walking Dead por los pasillos, trayéndome con esa actitud esa mezcla entre preocupación y diversión.

—¿Vas a ir a comer conmigo? Daemon me ha pedido que me reúna con ellos, quieren escuchar la pista para la canción. — Le comenté, mientras nos parábamos en nuestros casilleros guardando las cosas de la clase de la cual acabábamos de salir, y sacando las que necesitábamos para el taller.

—Te alcanzo en el comedor después, el maestro Jackson quería hablar algo conmigo, supongo que tiene que ver con el tope de horario de los partidos y los finales. Tienen que solucionarme ese asunto. — Asentí, colgándome la mochila al hombro para después seguir nuestro camino. — Nos vemos, avísame si van a estar en otro sitio. Cómprame algo para comer.

—Bueno, jefe. — Rodé los ojos haciéndolo reír, y me revolvió el cabello como si yo fuese un niño antes de marcharse por el pasillo en dirección a la sala de maestros, mientras que yo me desviaba por el pasillo siguiente hasta el comedor.

Sin embargo, antes de poder llegar a mi destino, divisé a Jamie con sus amigas afuera de uno de los salones. Como era común en ellas reían de cualquier cosa, quizás chismorreando sobre alguna otra alumna o quién sabe qué cosas, jamás entendería del todo las verdaderas conversaciones de las mujeres, menos si de Jamie y sus amigas se trataba.

Fijé mi vista en ella esperando a que notara mi presencia, y sonreí disimuladamente cuando la escuché excusarse con sus amigas para poder apartarse del grupo, mientras yo me fui por el pasillo más abandonado de la escuela, el sector donde solo la gente del aseo transitaba. Me apoyé en una de las paredes y no muchos segundos después mi novia apareció con ese desplante elegante suyo, dedicándome una bonita y tímida sonrisa que no dudé en corresponder.

—No te había visto durante toda la mañana, ¿Dónde estabas escondida? — Le pregunté mientras me acercaba rápidamente y le robaba un pequeño beso de los labios, logrando que ella retrocediera un par de pasos.

—¡Geremy!

—No hay nadie aquí, no te preocupes. Solo fue un besito. — Me reí, logrando que ella lo hiciera también y volviera a acercarse. — ¿Vas a responderme dónde estabas?

—Una reunión con las chicas, se vienen los partidos y debemos entrenar más de lo necesario. — Dijo con un lindo puchero, uno que de repente me moría por morder y besar. — ¿Kris ha venido hoy? El equipo estaba preocupado por su falta del otro día.

—Sí ha venido, ese día solo andaba cansado. El equipo pierde la cabeza si no lo ve. — Dije rodando los ojos. — ¿Nos veremos hoy en la tarde? ¿O tienes que entrenar?

—Tengo que entrenar, pero seguramente terminaré como las ocho, ¿Crees que podamos vernos a esa hora?

—Por supuesto que sí, me avisas y nos juntamos donde siempre. — Ella asintió, regalándome un fugaz beso en la mejilla y cuando se dio media vuelta para marcharse, la tomé de la muñeca dispuesto a atraerla hacia mí otra vez y poder besarla.

No lo nieguesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora